En su caballito de acero, Johan Stiven Zea demuestra que es una de las principales figuras del ciclismo adaptado de Bogotá y se consolida como uno de los mejores en las justas Nacionales con un futuro promisorio.
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La historia de Johan oriundo de Monterrey, Casanare es una más de las que ejemplifican cómo Bogotá mi Ciudad, mi Casa abre sus puertas a personas de distintas regiones del país. En este caso, el profesor Marco Tulio Ruiz, reconocido por su intuición para descubrir talentos, lo reclutó tras observar su excelente condición en competencias locales.
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Actualmente, Johan se ha preparado para representar la bandera capitalina, que le ha permitido obtener triunfos y experiencias en el exigente mundo del paracycling.
Ya con un oro obtenido en la prueba de ruta de estas justas enfocadas en el talento y reserva de las regionales de todo el país, ahora debuta en la pista, en ese monstruo de cemento y pista de madera, el único velódromo homologado por la UCI, el Alcides Nieto Patiño de Cali.
Johan, un joven sencillo, hogareño como el mismo se describe, llega al ciclismo adaptado debido a una enfermedad congénita, el síndrome de Marfan, que lo ha obligado a migrar del deporte convencional al paralímpico, tras más de 10 años de competir en su caballito de acero.
A continuación te compartimos una foto del deportista del Equipo Bogotá, Johan Stiven Zea:
Con el equipo de Bogotá arrancó en el Festival de Verano de este año, en la tradicional Copa Colombia de paracycling en donde obtuvo varias medallas y ratificó el diagnóstico del profe Marco Tulio quien le apostó a este joven regiomontano, quien todavía vive en su pueblo natal y viaja a la gran urbe a encontrarse con su equipo y preparar las competencias.
Relata que su primer y más importante entrenador ha sido su padre, quien también fue pedalista, y como casi siempre sucede, su familia como gran patrocinador de los deportistas colombianos; ahora, bajo la tutela y aporte técnico y en ciencias aplicadas del Instituto Distrital de Recreación y Deporte (IDRD).
“Estoy muy feliz de representar al Equipo Bogotá. Quiero agradecer a mis entrenadores y al equipo de apoyo que ha estado conmigo en estos Juegos”, expresó Johan con humildad y su sonrisa que lo caracteriza, quien sigue entrenando al lado de su padre, que lo acompaña en moto, rumbo a nuevos triunfos y metas.
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Para Johan los podios no son el final del camino, son apenas el comienzo de un sueño más grande, como figurar igualmente en carreras internacionales del paracycling llevando en alto la bandera de Bogotá y Colombia.
