Moisés Alonso Ramírez, emblemático jugador del rugby en silla de ruedas del Equipo Bogotá, y pionero de esta disciplina en el país, falleció en la capital del país a los 48 años de edad, según informaron sus familiares.
Con casi 20 años practicando este deporte, Moisés pertenecía al Club Arcángeles, y fue siempre Selección Bogotá, con la que ganó muchos torneos nacionales, y Selección Colombia, con la que actuó en más de 30 eventos internacionales, destacando en campeonatos mundiales, suramericanos y Juegos Parapanamericanos Toronto 2015 y Lima 2019, en los que fue medallista. Se alistaba para representar a la ciudad en los Juegos Paranacionales y en los Parapanamericanos Santiago 2023.
El IDRD, en cabeza de su directora, Blanca Durán, directivos y funcionarios, lamentan el fallecimiento de Moisés y expresan a los familiares su sentida voz de condolencia y envían un abrazo solidario y de apoyo en este difícil momento.
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Mira aquí, el tuit del IDRD sobre el fallecimiento de Moisés Alonso.
El IDRD lamenta el fallecimiento de Moisés Alonso, deportista paralímpico de rugby en silla de ruedas del #EquipoBogotá.
— 🟨🟥Recreación y Deporte (@IDRD) March 20, 2023
Enviamos a sus familiares un abrazo de solidaridad y apoyo en este difícil momento.
Foto IDRD/ @AnndresRotpic.twitter.com/4VjiJsVFMa
Todo un guerrero
Cada vez que se iba a los entrenamientos del Equipo Bogotá de rugby en silla de ruedas, en los coliseos Cayetano Cañizares o del CEFE El Tunal, de lunes a viernes desde las 6:00 de la mañana hasta las 2:00 de la tarde, se escuchaba la voz cantante de Moisés, animando a sus compañeros, o haciendo bromas, o comentando sobre algo, porque tenía don de liderazgo y era el que animaba, el que empujaba hacia delante para ir por todo en cada partido.
Nació en Bogotá el 2 de febrero de 1975 y era el penúltimo de los hijos de Vicente Alonso y María Álvarez, “dos campesinos echados para adelante”, como decía orgulloso Moisés, quien, además, vivía agradecido con ellos porque lo hicieron ser fuerte y luchador y no resignado por tener una discapacidad.
Llegó a este mundo sin sus manos y parte de sus piernas, producto de una focomelia, y desde niño aprendió a defenderse solo, aunque entendía que las cosas se le hacían más difíciles, “pero no imposibles”, como manifestaba.
Trataba de llevar una vida normal y siempre fue activo, no se podía quedar quieto. A los 18 años fue papá y desde entones todo giró en torno su hija Ximena, quien era la luz de sus ojos. Y ella le dio la alegría de ser abuelo con tres nietos: Gabriela, Alison y Elías, que eran su todo, especialmente Gaby, la mayor.
Con ellos compartía un poco de la tarde y las noches de lunes a viernes, porque entrenaba, y los fines de semana enteros, porque descansaba. “Es que es más bacano ser abuelo que papá, por todo”, decía.
Pionero del rugby en Bogotá
Moisés conoció el rugby hacia 2006, y en 2007 se metió de lleno en la promoción de este deporte, para masificarlo, tarea que cumplió a cabalidad, convirtiéndose en uno de los referentes del Equipo Bogotá, junto a Carlos Neme, entre otros. “El rugby es adrenalina pura, me encanta por la velocidad, por los choques… es muy llamativo”, manifestaba.
La muerte lo sorprendió este domingo. Ya no hará más el recorrido de su casa en el barrio Bachué hasta el CEFE El Tunal, ni volverá a saludar con tanto entusiasmo ni a los vigilantes, a quien veía por ahí, a quienes les decía jocosamente “choque esos cinco”, para burlarse de su discapacidad de no tener manos.
Su alegría y entrega por el deporte estarán siempre en el recuerdo de sus compañeros y de quienes lo conocieron. Deja un gran legado para el rugby en silla de ruedas. Buen viaje Moisés.