La Candelaria, es una de las localidades más representativas de Bogotá por su ambiente colonial, sus calles empedradas y sus casas tradicionales, donde la mayoría de ciudadanos y turistas la visitan para dar un paseo, ir a restaurantes, museos, tomar chicha, escuchar cuenteros y así sumergirse en la magia de sus espacios.
Existen muchas historias, anécdotas y leyendas que han quedado plasmadas en las calles de este sector. En algunas esquinas de aquellas empinadas calles, resaltan las placas de piedra con nombres poco comunes como: Calle de la Fatiga, Calle del Divorcio, Calle del Coliseo, Calle de la Esperanza, entre otras; que hacen homenaje y tributo a accidentes geográficos, entidades, iglesias, personas, labores e incluso a aquellos sucesos que marcaron un hito en tiempos coloniales.
Portal Bogotá, habló en entrevista con Alfredo Barón Leal, historiador del Instituto Distrital de Patrimonio Cultural (IDPC) para conocer parte de la historia y el origen del nombre de estas calles y de los espacios representativos de La Candelaria.
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¿De dónde vienen los nombres que están plasmados en las placas de piedra de La Candelaria?
Según Alfredo Barón, los nombres que tienen las calles de La Candelaria, son provenientes de las autoridades coloniales desde El Cabildo. Antes de que existiera la nomenclatura numérica que hoy existe, se le daban los nombres a las calles que provenían de características especiales como algún accidente geográfico, entidades o iglesias por ejemplo: la Calle de la Peña o la Calle del Carmen.
Aquellas placas de las calles en La Candelaria representan sucesos importantes que marcaron un punto en la historia, como por ejemplo: la Calle del Coliseo, donde actualmente se ubica el Teatro Colón antiguo Teatro Ramírez, en sus inicios llamado el Coliseo Maldonado, de ahí viene su nombre; o la Calle de la Fatiga, que fue bautizada así porque las personas que empezaban a subir por la calle 10, llegaban casi sin aire por la pendiente de esta calle.
Para los habitantes de este sector del centro de Bogotá, es importante recordar aquellas anécdotas que han marcado parte de su vida, así como lo menciona don Antonio, que nos cuenta parte del porqué la Calle del Divorcio tiene este nombre.
“Esa calle era el punto de las chicherías, los trabajadores salían de trabajar y se iban para allá, ya luego se escuchaban los gritos de sus mujeres y se sabía días después de divorcios y peleas”.
Así, en La Candelaria, son muchas las historias que se cuentan en cada esquina donde actualmente se cruzan las dos nomenclaturas, pues se encuentran las calles con las coordenadas y las placas con sus respectivos nombres; una curiosidad que las hace famosas en la ciudad.
“Todos los nombres tenían una razón de ser, las historias son tantas que no se podrían definir una a una, por ejemplo la Calle Cara de Perro o la Calle del Buen Ladrón (...) Las placas que actualmente se ven en piedra se instalaron para la visita de Pablo VI en 1968”, explica Alfredo Barón, y añade: “En estas calles se concentraban actividades en especial como por ejemplo: la Calle de los Plateros, o la Calle de los Artesanos. Todos los nombres se tomaban porque en cada calle había algún tema que la hacía especial”.
Y no solo los nombres de las calles han dejado este lugar como uno de los más representativos del centro de Bogotá, sus espacios también se han visto adornados por unas curiosas esculturas en tejados y fachadas de la localidad.
Las misteriosas esculturas de La Candelaria
Los techos, fachadas, balcones y puertas se convirtieron en el pedestal de las más de 30 esculturas del artista Jorge Olave, las cuales habían sido instaladas en La Candelaria pero con el paso del tiempo empezaron a ser retiradas y, hoy, solo algunas de ellas se mantienen en el sector.
A mediados de los 90 aproximadamente el artista Jorge Olave inició su proyecto para contrarrestar las tradicionales esculturas que se encuentran en la ciudad. Para él, como lo menciona Alfredo Barón Leal, historiador, en una entrevista que le realizó por los años 2012 - 2013, la idea del proyecto era representar a las personas del común, a las personas del pueblo.
“Nosotros hicimos una entrevista al maestro Jorge Olave en el 2012 - 2013, no recuerdo bien, en la que nosotros le preguntamos por las esculturas que habían existido en este espacio. Lo que él plantea con sus esculturas es una especie de contraescultura para contrastar un poco al monumento tradicional de la ciudad”, comenta Barón.
Representación que quedó plasmada en esculturas como: El Embolador, El Vigilante ciudadano, El Turista, entre otras; que eran esos personajes cotidianos del día a día bogotano y que rompen la tradición de aquellos monumentos que solo mostraban a grandes personajes de la historia.
“Eran personajes comunes que se encontraban en La Candelaria, tenía además unos personajes de los locos típicos de la historia de Bogotá, estaba El Bobo del Tranvía, La Loca Margarita, Pomponio, José María y el Conde del Cuchicute, que eran los clásicos más reconocidos de la Bogotá del Siglo XIX y principios del Siglo XX, entonces él lo que hizo fue hacerles una especie de homenaje y los instaló en el Chorro de Quevedo” explica, el Historiador.
Por último, Alfredo Barón dijo que lo que quería el artista era que las esculturas representaran la vida de una persona: "Por eso su material era en fibra de vidrio para que de alguna manera nacieran, estuvieran un tiempo y después murieran o desaparecieran, no como las esculturas de mármol o bronce que pueden durar siglos”.
Muchas de estas esculturas ya no se encuentran en La Candelaria por diversos motivos, han sido retiradas. Una de las más conocidas es la escultura del 'Malabarista' que esta ubicada en la plaza principal del Chorro de Quevedo y que acompaña a todos los visitantes de esta zona popular de Bogotá.
Hoy se desconoce la cifra exacta de las esculturas que se encuentran la localidad, pero las que se mantienen siguen dándole un toque especial a las fachadas, techos y calles.
Si aún no conoces las calles de La Candelaria, te invitamos a visitar este lugar del centro de Bogotá para que te llenes del ambiente colonial y colorido que tiene en sus espacios. En las siguientes imágenes podrás ver parte de esta tradicional localidad: