Programa Calma, pilar de transformación social en Bogotá

14·NOV·2023
El Programa Calma tiene como objetivo prevenir la violencia de género a través de la promoción de masculinidades corresponsables y no violentas.
Programa Calma, referente de convivencia ciudadana para Bogotá en 2023Foto: Secretaría de Cultura.
Las experiencias y resultados del Programa Calma quedaron incluidos en un documento que recoge metodologías exitosas en materia de convivencia ciudadana en Bogotá y el país.

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El Programa Calma, liderado por la Secretaría de Cultura, Recreación y Deporte de Bogotá, tiene como objetivo prevenir la violencia de género a través de la promoción de masculinidades corresponsables y no violentas. El programa cuenta con dos componentes principales: la Línea Calma, que ofrece atención telefónica gratuita a hombres para manejar situaciones emocionales como ansiedad, depresión, problemas económicos, entre otros; y la Escuela Hombres al Cuidado, que brinda formación en masculinidades corresponsables y no violentas.

Los antecedentes, la puesta en marcha, los resultados y el seguimiento del Programa Calma quedaron registrados en un artículo del documento “Lineamientos y buenas prácticas para la implementación del Código Nacional de Seguridad y Convivencia Ciudadana”.  

En esta publicación de la Secretaría de Seguridad, Convivencia y Justicia de Bogotá, quedó registrado el impacto de la Línea Calma y la Escuela Hombres al Cuidado en la prevención de las violencias contra las mujeres y las niñas, así como la experiencia de promover masculinidades corresponsables y no violentas desde el enfoque de cultura ciudadana en Bogotá.

Uno de los aspectos que llama la atención del artículo es que para la implementación del Programa Calma se tuvieron en cuenta tres encuestas representativas para hombres y mujeres de Bogotá, aplicadas entre el 2020 e inicios del 2021. 

Entre las conclusiones se evidencia que las principales violencias de género reportadas en el ámbito de la pareja en la ciudad son físicas y psicológicas, siendo los celos y el control (55% de los casos) los principales motivadores. 

También resalta que los hombres en Bogotá no comparten sus emociones y naturalizan la baja gestión de las mismas, teniendo en cuenta que el 75% considera normal que sean más reservados que las mujeres. 

En cuanto a los trabajos de cuidado, se encontró que los hombres en el hogar no cambian pañales, no preparan alimentos, ni acompañan a sus hijos a hacer tareas, entre otras actividades. De hecho, solo el 7% afirmó ser responsable de brindar cuidado emocional a los niños. Y aunque se espera que ayuden en casa, el 50% asegura que no se encarga de dichas labores porque no tiene el don que sí tienen las mujeres.

Finalmente, en las encuestas se observó que existe cierta normalización a que los hombres ejerzan constantemente su sexualidad (hombres 65% y mujeres 57%) y que sean exitosos conquistando mujeres (57% hombres y 50% mujeres).

Teniendo en cuenta estas y otras cifras, a lo largo del artículo se aborda el proceso de implementación de la Línea Calma, partiendo del modelo de gestión pública del cambio cultural y comportamental para la ciudad de Bogotá (IDEARR), como un servicio de atención psicosocial y emocional para hombres, dirigido a la prevención de las violencias basadas en género y a desaprender las creencias y normas sociales del machismo como los celos y el control. 

También se presenta el diseño metodológico de la estrategia “Escuela A cuidar se Aprende: Hombres al Cuidado”, orientada a impulsar la corresponsabilidad de los hombres en las tareas del hogar. 

En la publicación de la Secretaría de Seguridad, Convivencia y Justicia, el lector podrá encontrar cómo fueron los pilotajes e implementaciones de estas dos estrategias y los resultados le han dejado a la ciudad. 

Uno de los más relevantes está relacionado con que el 94% de los usuarios de la Línea Calma reportó sentirse mejor gracias a la atención prestada. Con respecto a la Escuela A cuidar se Aprende, se calificaron muy bien los contenidos de las sesiones y las pedagogías implementadas, estableciendo que ha generado un cambio positivo en la disposición de los hombres (del 67% al 90%) a abordar el cuidado emocional de sus hijos. 

“Nos sentimos muy orgullosos de los logros alcanzados por el Programa Calma, ideado por nuestra Subsecretaría de Cultura Ciudadana y Gestión del Conocimiento. Ser parte de un documento enfocado en buenas prácticas de convivencia ciudadana, abre las puertas a que esta experiencia de cuidado se mantenga en el tiempo, debido a sus impactos en la transformación de las creencias asociadas al rol de los hombres y en la eliminación de todas las formas de machismo, aspectos clave para la convivencia pacífica y la prevención de las violencias”, señaló Catalina Valencia, secretaria de Cultura, Recreación y Deporte. 

Otras experiencias

El documento “Lineamientos y buenas prácticas para la implementación del Código Nacional de Seguridad y Convivencia Ciudadana”, presentado al público el pasado 9 de noviembre, reúne otras experiencias exitosas en materia de prevención, materialización y cultura ciudadana, tendientes a la construcción de la convivencia pacífica en la ciudad y el país, de forma que sirvan de herramienta para la ciudadanía y demás actores clave. 

Por ejemplo, se encuentra el Laboratorio de Innovación y Convivencia (Labco), creado por la Secretaría de Seguridad, Convivencia y Justicia de Bogotá, cuyo fin es transformar comportamientos contrarios a la convivencia y promover formas pacíficas y disfrutables de convivir. Entiende la innovación como un proceso que interpela, cuestiona y genera preguntas en la ciudadanía acerca de sus comportamientos.

Las metodologías que usa el LabCo no buscan ofrecer soluciones a las personas, pues parten de la base de que la ciudadanía es un agente de cambio, es decir, que cada uno tiene el potencial de agencia para transformarse. De esta forma, el LabCo diseña dispositivos y propicia condiciones para que las transformaciones ocurran. 

La publicación también rescata la Escuela para la Convivencia (ECO), que anima el diálogo sobre las convivencias y activa las voces comunitarias para que tengan eco en la ciudad. Es un escenario de reconocimiento de las prácticas convivenciales atravesadas por violencias estructurales y simbólicas, para visibilizar necesidades de transformación social y cultural desde el territorio y los actores que lo cohabitan.

Bajo este propósito, la ECO activa polifonías al tiempo que promueve espacios pedagógicos diferenciales para la convivencia y el acompañamiento psicosocial en diversos escenarios comunitarios.

Estas y otras experiencias presentadas en el documento, son el resultado de una gestión de dos años, adelantada por la Alcaldía Mayor de Bogotá, que permitió articular los procesos con líderes de sectores públicos y privados para promover buenas prácticas sobre prevención y materialización de comportamientos contrarios a la convivencia.

El documento “Lineamientos y buenas prácticas para la implementación del Código Nacional de Seguridad y Convivencia Ciudadana” se puede consultar aquí.