Hace ya casi 20 años, el 2 de octubre de 2003, la Academia Sueca anunció como ganador del Premio Nobel de Literatura al escritor sudafricano J.M. Coetzee. La Academia destacó la composición, los diálogos y la brillante capacidad de análisis de las novelas del autor, además de su implacable crítica contra la “cruel racionalización y la moral cosmética de la civilización occidental”.
J.M. Coetzee –cuyo nombre completo es John Maxwell– suele experimentar con las estructuras narrativas: desde la cronología más clásica en su novela ‘Desgracia’; pasando por una nueva mirada del género autobiográfico en su trilogía compuesta por ‘Infancia’, ‘Juventud’ y ‘Verano’, hasta la creación de un álter ego femenino, Elizabeth Costello, protagonista de varios de sus relatos.
El autor, quien pasó su infancia y su juventud entre Sudáfrica y Estados Unidos y también tiene nacionalidad australiana, cumple 83 años este 9 de febrero y, para unirnos a la celebración, recomendamos una de sus novelas más celebradas: ‘Esperando a los bárbaros’.
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A este libro, que se publicó en 1980, Coetzee le imprimió esa capacidad de amalgamar la innovación literaria con una reflexión profunda sobre los perjuicios del colonialismo occidental.
Según la Academia Sueca, esta novela es un trhiller político que sigue la tradición de Joseph Conrad en la que “la inocencia idealista abre las puertas al horror”.
‘Esperando a los bárbaros’ se desarrolla en pequeño pueblo fronterizo dominado por el Imperio, que, ante la amenaza de una supuesta invasión de los pueblos indígenas de la zona, pone a todas sus fuerzas en alerta.
La historia se cuenta desde el punto de vista de un magistrado al servició del Imperio, quien en el comienzo disfruta de una tranquilidad pasajera y de una buena relación con los lugareños. A medida que avanza la historia, el magistrado se empieza a debatir entre seguir las órdenes del nuevo coronel, que llega al pueblo con la misión de capturar y castigar a los “bárbaros” de la zona, y la relación que desarrolla con las tribus indígenas, que se profundiza cuando forma un vínculo con una joven capturada.
La trayectoria del magistrado dentro de la novela se convierte en una poderosa parábola sobre el racismo en Sudáfrica y sobre los pecados de las campañas conquistadoras de las grandes potencias mundiales. Así como lo hizo Conrad en ‘El corazón de las tinieblas’, en ‘Esperando a los bárbaros’ Coetzee retrata cómo el salvajismo palpitó más fuerte en los colonizadores que en las tribus a las que sometieron.
‘Esperando a los bárbaros’ está disponible en el catálogo de la Red de Bibliotecas Públicas de Bogotá, BibloRed. Consulta los puntos en los que puedes pedirlo en préstamo aquí.