El lunes 24 de mayo de 2021 la alcaldesa Claudia López, luego de algunos días de recuperación y aislamiento por el COVID-19, hizo importantes anuncios derivados de las movilizaciones sociales que se llevan a cabo en la ciudad, y que incluyen un giro radical en la destinación del presupuesto Distrital, para combatir la pobreza y la falta de oportunidades.
A continuación puedes leer el discurso entregado por la alcaldesa Claudia López:
Hola a todos.
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Después de dos semanas difíciles para mi salud he superado este contagio de COVID-19. Les agradezco de todo corazón al personal médico y a la Secretaría de Salud por sus cuidados, a todos los que muy generosamente me escribieron deseándome una pronta recuperación, a mis ángeles de la guarda que una vez más me ayudaron a superar esta prueba difícil.
A lo largo de estos meses he visto a muchas personas sanas, contagiarse de Covid, empezar aparentemente con pocos síntomas y fallecer a las pocas semanas. Luego de días de sentirme muy mal, muy agotada, muy falta de energía, cuando me confirmaron que tenía Covid volví a sentir lo mismo que cuando me dijeron que tenía cáncer: una desolación e incertidumbre que te cala hasta el alma. ¿Habré contagiado a Angélica? ¿Cómo le voy a decir a mi mamá a quien le acaban de poner un marcapasos y no se puede angustiar? No puedo darme el lujo de enfermarme justo en este momento. Pero no había nada qué hacer. Tenía que parar, aislarme y cuidarme. Hoy ya sé que afortunadamente los síntomas no empeoraron, no fueron tan graves, y manteniendo algunos cuidados, puedo regresar al trabajo.
El aislamiento, el paro obligatorio, me ayudaron a recuperarme del Covid, pero también me ayudó a tener el tiempo y la distancia para la reflexión.
En primer lugar, estos días de distancia me ayudaron a entender que a diferencia de lo que yo veía hace un mes no hay un paro sindical tercamente atravesado en la mitad del tercer pico de la pandemia. Que no comprende que estamos al borde del colapso hospitalario y que ya retiraron la reforma tributaria. La que no estaba comprendiendo era yo. Aproveché estos días para leer, ver y escuchar, escuchar y escuchar las voces y reflexiones de cientos de jóvenes en Bogotá y en otras ciudades de Colombia. Después de escucharlos, quiero empezar por ofrecerle excusas a los jóvenes y a la ciudadanía por no haber comprendido desde el principio la magnitud de sus angustias y reclamos. No hay un comité sindical haciendo un paro para cambiar una reforma. Hay un estallido social por la falta de empleo y oportunidades, hay una generación en rebeldía contra el abuso de poder y el abuso de la fuerza, y hay un reclamo profundo por cambiar una historia, no una Ley.
Hay un contundente cambio de prioridades de la ciudadanía. No es que de repente a la ciudadanía y a los jóvenes no les importe la salud, o el contagio, o el Covid, es que a una ciudadanía y a una juventud terriblemente empobrecida y abusada les importa más el hambre, el desempleo, no perder lo poco que ha conseguido, que no les nieguen el derecho a un reclamo justo sin por eso arriesgar la vida ni los ojos, y el derecho a tener un mejor futuro.
Las prioridades de la ciudadanía cambiaron y por lo tanto las mías, las de la sociedad, las del gobierno nacional deben cambiar. Así que voy, vamos, a dejar de reaccionar a la jornada de paro de cada día, como si fuera exclusivamente un problema de bloqueo a la movilidad, y voy, vamos a ocuparnos del rescate social, económico y de legitimidad que nos reclaman los ciudadanos y en particular los jóvenes en las calles.
La ciudadanía lleva un mes hablándonos. Somos nosotros quienes debemos dar los pasos para reconstruir la confianza, el dialogo y las soluciones a las crisis que atravesamos.
Vamos a empezar por lo más importante. Vamos a cambiar las prioridades del presupuesto de Bogotá. Vamos a cambiar la destinación de dos billones de pesos del presupuesto de Bogotá para destinarlos a un programa de educación y empleo de emergencia para jóvenes y mujeres, de renta básica para todas las familias en pobreza extrema, de atención humanitaria para que nadie pase hambre, de nutrición y educación preescolar para cuidar a todos los niños y posibilitarles a sus mamás que puedan volver a trabajar, a pasar de 20.000 a 50.000 cupos de educación superior pertinente y gratuita para los jóvenes, y a invertir más en sectores que generan alto empleo en Bogotá como la construcción de vivienda, vías locales, parques y también en sectores como telecomunicaciones y marketing digital. Ese plan de cambio de prioridades y rescate social lo presentaremos en detalle mañana martes y convocaremos a sesiones extras al Concejo de nuestra ciudad para que lo apruebe y podamos ejecutarlo pronto.
Segundo, el miércoles, entregaremos a la Oficina de la Alta Comisionada de Naciones Unidas para los Derechos Humanos las denuncias y evidencias que hemos recopilado sobre violaciones a los derechos humanos durante el paro en Bogotá, y le pediremos su asistencia para que una misión independiente nos ayude a establecer los hechos, y los canales de reparación y garantías de no repetición. Le agradezco a Human Rights Watch y a su director para las Américas, José Miguel Vivanco, que apoyará a la misión independiente en esta tarea. A los jóvenes, ciudadanos y familias agredidas en estas semanas debemos ofrecerles perdón, sin peros ni atenuantes, perdón por los abusos cometidos contra su legítima movilización y reclamos.
Tercero, la mayor generación de empleo, ingresos y oportunidades que necesitan los jóvenes no vendrán de subsidios del estado sino de empleos del sector privado. Empresas y jóvenes se necesitan mutuamente para sobrevivir y salir adelante de esta crisis. Aunque todavía tenemos grandes riesgos por la pandemia, aunque la pandemia no se ha acabado y debemos mantener los mayores niveles de autocuidado y protocolos de bioseguridad vamos a reactivar todos, todos, los sectores económicos de Bogotá a partir del 8 de junio. La gente necesita trabajar para salir adelante. Desde mañana empezamos la vacunación de todos los profesores de los colegios y jardines públicos de nuestra ciudad para que los niños, niñas y jóvenes puedan volver a estudiar y sus padres a trabajar. El jueves presentaremos en detalle los protocolos de bioseguridad, ventilación y cuidado con los que reactivaremos la economía Bogotana. El tejido empresarial y comercial bogotano es la fuerza más poderosa de inclusión social y productiva de Colombia y la vamos a poner a funcionar, con todo el cuidado, a su máximo potencial.
Por último, un agradecimiento adicional y una reflexión personal. Mi agradecimiento a las universidades públicas y privadas de Bogotá, a la Iglesia y al Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo por haber aceptado ser convocantes, organizadores y garantes de una plataforma de diálogo virtual y presencial para los jóvenes de Bogotá, en la que puedan construir con autonomía, con independencia y con apoyo metodológico sus propuestas, agendas y canales de interlocución para que sean no solo escuchados sino para que sus propuestas sean debida y prontamente tramitadas por las diferentes instancias a las que les corresponda. Cuenten con que yo personalmente y toda la Alcaldía de Bogotá escuchará y tramitará lo que nos corresponda.
Para terminar una reflexión y un consejo para nuestros jóvenes. Generación tras generación, ser escuchados, respetados e incluidos no nos ha sido fácil. Hoy la mayoría de la sociedad los escucha, los entiende, los apoya. No pierdan eso. Es la fuerza serena, no es la fuerza de la rabia, ni de la violencia, es la perseverancia organizada y pacífica y es la representación directa de su propia voz la que los va a sacar adelante.
En los últimos 30 años desde la Constituyente hasta los Acuerdos de Paz ni el modelo tributario ni la Policía han podido ser reformadas. Un modelo tributario progresivo y equitativo y una Policía civilista y garante no se negoció con los partidos, no se negoció en la constituyente, no se negoció para la paz, pero se tiene que concertar con esta generación. Esas dos reformas son indispensables para cumplir el contrato social que los rescate de esta crisis económica y les asegure la convivencia pacífica que estamos luchando por lograr desde la Constitución de 1991.
Aprovechen las plataformas de dialogo que han construido en estas semanas, el acompañamiento que les brindarán las universidades, la iglesia y el PNUD para asegurarse que este mismo año, sin falta y sin excusas, en el Congreso o en las urnas, ustedes logren la reforma civilista de la Policía, un plan nacional de rescate social y económico de la juventud y su derecho a ser elegidos representantes de sus regiones o senadores de su país a los 18 años. No puede ser que a esa edad ustedes sean mayores de edad para votar, para pagar impuestos, y no para representarse directamente en el Congreso, que es dónde se hacen y sobre todo se dejan de hacer, las reformas de inclusión y garantías que están reclamando. No le deleguen a otros su propia voz y representación, gánensela y ejérzanla y no se trancen por nada menos que esas tres victorias: una reforma para tener una Policía civilista, un pacto social que los incluya y su derecho a representarse directamente en el Congreso de la República. Que ese sea el legado de su generación. Que ese sea el legado de esta movilización.
Un abrazo para todos.