La Secretaría de Educación del Distrito realizó el segundo encuentro de Comedores Escolares en el colegio Técnico Palermo de la localidad de Kennedy con la participación de 15 instituciones educativas de Ciudad Bolívar, Barrios Unidos y Engativá.
Durante el encuentro se llevó a cabo un intercambio pedagógico a través de ‘La experiencia de aprender de otros con otros alrededor de la alimentación escolar’. Estos encuentros tienen como fin el intercambio de saberes y conocimientos entre los colegios que operan a diario los comedores escolares.
“La idea es reflexionar acerca de las dinámicas que se presentan en cada una de las instituciones y construir conjuntamente algunos mecanismos que nos permitan ser efectivos en el cumplimiento del derecho a un complemento alimentario para los y las estudiantes”, mencionó Hernando Martínez Niño, rector del colegio Francisco de Miranda.
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A la fecha, en Bogotá operan 208 comedores escolares en los colegios oficiales de la ciudad, que además de ofrecer a niños, niñas, adolescentes y jóvenes el servicio de comida caliente, también se han convertido en un espacio de aprendizaje.
“Allí se trabajan temas relacionados con hábitos de alimentación saludable y comportamiento y acuerdos sociales que permiten crear conocimiento alrededor de ese encuentro con los otros”, agregó el rector Hernando Martínez.
En otro de los momentos de la jornada se llevó a cabo un panel con la participación de rectores, docentes, representantes del Programa de Alimentación Escolar (PAE), del asociado Compensar y, por supuesto, de las y los estudiantes. Además, el evento contó con stands de las 15 instituciones educativas participantes, las cuales compartieron sus experiencias frente al programa.
“Conocer otras experiencias es una oportunidad para mejorar. El comedor escolar es significativo, es un escenario de aprendizaje social y no es simplemente el lugar en donde un estudiante va y recibe un plato de comida”, manifestó la docente Sandra Hernández, del colegio Francisco de Miranda.
Otra experiencia significativa fue la expuesta por Valeria Ovalle y Natalia Calderón, estudiantes del grado sexto del colegio Tomás Carrasquilla, quienes diseñaron una estrategia para promover comportamientos proambientales en el comedor escolar de su colegio.
Las estudiantes se centraron en el problema del desperdicio de alimentos en horas del desayuno. A partir de sus hallazgos, las vigías ambientales crearon unas paletas con diseños y mensajes atractivos, dirigidos a los niños y las niñas de primaria para que aprendan por qué no deben desperdiciar los alimentos.