La Universidad Distrital ‘Francisco José de Caldas’ acaba de ratificarse como una de las mejores del país en artes plásticas, pues consiguió el primer lugar en el Premio 11 Salón Arte Joven Club El Nogal, otorgado a Didier Bedoya, estudiante del Proyecto Curricular de Artes Plásticas y Visuales.
Didier es estudiante de octavo semestre de esta carrera y ganó el destacado premio gracias a su trabajo llamado ‘Anónimos’, de la serie Puentes; esta es una reflexión artística sobre las dinámicas que se viven en zonas fronterizas entre Colombia y Venezuela, alrededor del contrabando de combustibles y, en particular, la brea de petróleo, el material con el que trabajó la obra con la que concursó.
Inspirado en su propia experiencia
Y es que ese material; la brea de petróleo, y la experiencia del contrabando fronterizo, Didier los conoció de primera mano, debido a que el artista, nacido en San Jerónimo, Antioquia, donde solo vivió sus dos primeros años, fue desplazado por la violencia hacia Venezuela, donde su familia buscó mejores oportunidades de vida.
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Publicación en el Twitter de la Universidad Distrital sobre el premio ganado por Didier Bedoya.
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— UniversidadDistrital (@udistrital) September 11, 2021
Después de trasegar por departamentos limítrofes como Casanare, Vichada y Amazonas, Didier tuvo que devolverse a Colombia, porque en los últimos años las condiciones económicas en la hermana república se hicieron insostenibles, por lo que en su obra quiere reflejar todas esas vivencias, que incluyen la migración y todo lo que se mueve en su entorno.
A continuación, una fotografía del día de la premiación.
Didier creció como migrante en Venezuela
“Crecí como migrante en Venezuela. Cruzaba el río todos los días para para estudiar al otro lado, del lado colombiano”, recuerda Didier y agrega el por qué de su obra en la que dos personas cargan unos bultos y caminan sobre unas estibas: “Hay unos sujetos que no se sabe quiénes son, por eso siempre se les cubre el rostro. Siempre van de espalda y están caminando sobre un puente, recurso que utilizo porque en el 2015 hubo un auge migratorio desde Venezuela hacia Colombia y en la parte fronteriza de Cúcuta, en el río Táchira, como es tan bajito, construyeron muchos puentes de estos, pero a modo muy artesanal, con el fin de cruzar. Esa acción de cruzar es importantísima para mí, a la hora de querer realizar este tipo de representaciones”.
Aunque en su familia no hay una herencia artística, Didier desde niño tuvo esa pasión y por eso apenas llegó a Bogotá ingresó a la Universidad Distrital en el 2017, iniciando una carrera que ya le empieza a brindar los mejores frutos y en la que ha cumplido y cumple labores de montajista, ayudante en procesos de obra y, en general, en las diferentes tareas que demanda el medio artístico lo que le ha permitido una mirada más amplia en cuanto a las artes plásticas. Una pasión que consolidó en las aulas de su querida Universidad Distrital.
La U. Distrital tiene un alto nivel de acreditación
“Es una universidad que tiene un alto nivel de acreditación, con unos maestros que son muy reconocidos en el medio artístico y enseñan de una manera mucho más clara a ver las artes, no en el sentido teórico. Las técnicas que se manejan en la Distrital son muy buenas, por ejemplo, el taller de grabado es de los mejores del país. En pintura hay muy buenos maestros, también en fotografía, en digital”, afirma con una voz cargada de orgullo y en la que ya no hay matices de su origen paisa.
Hoy tiene 25 años y el premio, sumado a su gran talento, ya le empezó a abrir más puertas para mostrar todo su potencial en el que resalta lo bidimensional, es decir aquellas obras con ancho y largo, sin profundidad, que predominaron entre los 28 participantes en el concurso que ganó. “Eso demuestra que la pintura está volviendo después de una pausa bastante grande que ha habido a lo largo de la historia artística en el país. Eso me parece chévere también resaltarlo”.
Fotografía en la que aparece Didier Bedoya pintando una de sus obras.
Desde que llegó a Bogotá, Didier, vive solo, en el Barrio San Felipe, considerado un Distrito del Arte en el norte de Bogotá. Desde sus calles y talleres cargados de inspiración, sigue soñando con viajar a Europa, donde le gustaría hacer una maestría. Por lo pronto se dedica a trabajar en los montajes y a terminar su carrera, la misma que aspira a sellar con una tesis laureada o meritoria, confirmando su gran talento en las artes plásticas, gracias al cual ya lo están llamando “maestro”.