Hilando sonrisas: proyecto de ETB que transformó uniformes en oportunidades

ETB transformó uniformes usados en morrales y cartucheras infantiles
Más de 700 niños y niñas en condiciones de vulnerabilidad serán beneficiados con la entrega de morrales y cartucheras, gracias al proyecto de economía circular que nació con la transformación de uniformes usados de los trabajadores de ETB. Foto: ETB/IDRD.
Publicado:
2
Abr
2022
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Con el fin de disminuir el impacto ambiental en el mundo, las empresas están llamadas a impulsar procesos de economía circular en los que los materiales en desuso se transforman en nuevos productos. ETB no podía ser ajena a esta necesidad y por eso creó el proyecto Hilando Sonrisas para darle una nueva vida a los uniformes de sus trabajadores.

Así, 702 overoles y batas se convirtieron en morrales y cartucheras de la mano de emprendedores de la Corporación Mundial de la Mujer Colombia, bajo la guía de la diseñadora María Luisa Ortiz. Hoy se entregan a niños y niñas en condición de vulnerabilidad de las escuelas del IDRD y posteriormente llegarán también a los estudiantes apoyados por la iniciativa ‘Red de escuelas ETB-Redpapaz’, que promueve el cuidado integral de la infancia y la adolescencia.

A continuación, compartimos un trino de ETB en el que se destaca esta iniciativa:

Durante el evento, Sergio González, presidente de ETB afirmó: “Estoy muy orgulloso de presentar este proyecto, pues vivimos en un contexto global en el que estamos llamados a reducir, reutilizar, recuperar y reciclar como parte del compromiso individual y corporativo para la conservación de nuestro entorno. A la vez creamos oportunidades de reactivación para familias emprendedoras y apoyamos a niños y niñas en procesos de formación”.

Los emprendedores recibieron los uniformes después de un proceso de lavado industrial y desarmado. “Nos llega el uniforme, lo cortamos y empezamos a elaborar los morrales para darles una nueva vida, pues la basura no existe, todo se puede reutilizar”, -explica John Montoya uno de los emprendedores-, quien agregó: “El trabajo con la Corporación nos ha dado estabilidad con la que pude educar a mis hijos. Este proyecto de ETB contribuye a darle trabajo a mi familia y a quienes nos colaboran, porque acá en el barrio la mayoría de nuestros jóvenes han tenido en nuestra empresa su primer empleo”.

“Veo el resultado y me dan ganas de llorar porque es el producto de un movimiento colectivo donde todos aportan, como los colaboradores que entregan sus uniformes bajo la conciencia social y ambiental de ETB; si todos ponemos un grano de arena, el cambio es muy poderoso”, añade María Luisa Ortiz.

Pero además del impacto social, el beneficio para el medio ambiente también ha sido fundamental en este proceso de economía circular, pues al evitar la incineración de las prendas dejamos de emitir a la atmósfera el equivalente a 19 toneladas de CO2; es decir, una acción semejante a sembrar 75 árboles.