A través de un panel virtual organizado por la Subdirección para la Vejez de la Secretaría de Integración Social, expertos expusieron sus opiniones frente a la intención de la Organización Mundial de la Salud, OMS, de señalar la vejez como una enfermedad en la Clasificación Internacional de Enfermedades para el año 2022.
En Bogotá, solo el 22 % de las personas mayores, tienen algún nivel de dependencia, eso significa que la gran mayoría, el 78 %, son personas que desarrollan su vida cotidianamente, con autonomía y con independencia.
En Bogotá el 14% son adultos mayores
Actualmente en la capital colombiana, el 14% de su población total, corresponde a personas mayores, pero en 30 años, ésta se va casi que a duplicar.
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La Subdirección para la Vejez de la Secretaría Distrital de Integración Social realizó el panel internacional virtual sobre ‘La vejez como posibilidad, no enfermedad’ a propósito del debate abierto a nivel mundial desde diversas organizaciones sociales y sociedades médicas, sobre la posibilidad que existe que, a partir de enero del año 2022, la vejez sea catalogada por la Organización Mundial de la salud (OMS) como enfermedad en la Clasificación Internacional de Enfermedades.
El 22% de las personas mayores son dependientes
Para Sonia Tovar, subdirectora para la Vejez aseguró que “hay que tener en cuenta que, en Bogotá, solo el 22 % de las personas mayores, tienen algún nivel de dependencia, eso significa que la gran mayoría, el 78 %, son personas que desarrollan su vida cotidianamente, con autonomía, con independencia y con unas condiciones de salud diferentes.
Actualmente en la capital colombiana, el 14 % de su población total, corresponde a personas mayores, pero en 30 años, ésta se va casi que a duplicar. Se proyecta que en 2050 seremos alrededor del 27 % o 28 % de la población, lo que quiere decir que nuestro proceso de envejecimiento demográfico, va dándose cada vez de una manera acelerada”.
El Panel que se transmitió en vivo por el Facebook de la SDIS, contó con la participación de expertos académicos internacionales sobre vejez y envejecimiento, como, Argénida de Barrios, directora, fundadora de la Universidad del Trabajo y la Tercera Edad de la Universidad de Panamá; María Isolina Dabove, fundadora y directora de la maestría en Derecho de la Vejez de la Universidad Nacional de Córdoba, Argentina y; el comunicador social y periodista colombiano, Héctor Antonio Tabares Ortiz, quienes hicieron de este encuentro un espacio de reflexión y análisis sobre este ciclo vital, entendido como la posibilidad que comprende y reivindica la vejez como potencial y capacidad y no como enfermedad.
"La vejez no es una enfermedad"
En ese sentido, para María Isolina Dabove, la incorporación de la vejez como enfermedad en la Clasificación Internacional de Enfermedades, es realmente un error conceptual, casi inconcebible en un mundo demográficamente longevo y en un marco de envejecimiento creciente y global.
Para la abogada argentina, la gerontología tiene una visión diametralmente opuesta a la enfermedad en la vejez, es decir, esta es una etapa más, dentro del ciclo vital, en la que podemos vivir situaciones de plenitud, de salud, como dice la propia OMS, de equilibrio biopsicosocial, aunque también es cierto que podemos enfermarnos, como en cualquier otra etapa.
En sus palabras, “hubiese sido más lúcido de parte de la OMS, en todo caso, determinar cuáles son esas enfermedades que aparecen con más frecuencia en esta etapa de la vida, que en otras o bien que aparecen en esta etapa, no en otras, para poder justamente diferenciar el envejecimiento normal, activo, saludable de aquel que está atravesado por algunas circunstancias de enfermedad”, dijo la experta.
Sin embargo, para el periodista, Héctor Antonio Tabares Ortiz, quien cómo el mismo lo dice, su función es investigar, la OMS no iba a sacar de la manga la intención de incluir en enero de 2022 la vejez como enfermedad en esa clasificación internacional de enfermedades.
“Precisamente al entrar a investigar en internet, me encuentro que probablemente la OMS, puede llegar a tener razón. Para la Organización, desde el punto de vista biológico, la vejez es la consecuencia de la acumulación de una gran variedad de daños moleculares y celulares a lo largo del tiempo, lo que lleva a un descenso gradual de las capacidades físicas y mentales, un aumento en el riesgo de enfermedad y finalmente a la muerte”, manifestó Tabares, parafraseando a la OMS.
Por su parte, Argénida de Barrios, profesora universitaria, mostró su indignación, al considerar que, con la decisión de la OMS, “nos están bajando la autoestima, un viejo es un enfermo, ya no es una etapa del ciclo vital”, postura que contradice la posibilidad que tenemos de potenciar nuestras capacidades en este ciclo vital.
“Yo he asistido a cantidad de congresos, reuniones, en donde se ha hablado de lo que hice en Madrid, lo que hice en Brasilia, donde se iba ayudar a que el adulto mayor tuviese la capacidad de tener un estilo de vida mejor y empezamos a creernos esa historia y hemos hecho investigaciones que reposan, unas en la Universidad de Panamá, otras en la Universidad Latina, otra hasta la pidió la Universidad Complutense de Madrid, hemos ido a Israel a estudiar y hemos fundado dos universidades para la tercera edad y ahora dicen que cuando llego a la tercera edad, ya no soy Argénida de Barrios vieja, ahora soy Argenida de Barrios enferma”, recalcó la fundadora de la Universidad del Trabajo y la tercera edad en Panamá.
¿Cómo transformar los estereotipos sobre la vejez y el envejecimiento?
Dabove explicó que entre estas acciones se encuentran, primero, la de cambiar el enfoque de la vejez por el paradigma complejo e interseccional, teniendo en cuenta que la mujer vive más que el hombre, segundo, luchar contra los viejismos, por ejemplo, la infantilización en la desconsideración de una persona solo porque es vieja y muchos otros tipos de conductas discriminadoras que hay. Tercero, educar para envejecer sobre esta etapa de la vida.
Igualmente, “desarrollar políticas públicas de toma de conciencia sobre la vejez y los derechos de las personas mayores, consolidar los derechos de esa población, plantear en la justicia la vulneración de los derechos reconocidos, hay que capacitar a los jueces, a los profesionales del derecho y también a la gente para animarse a plantear judicialmente sus reclamaciones por vulneraciones graves, así mismo debemos hacer partícipes a las propias personas mayores en el desarrollo de políticas públicas, incentivar su productividad, valorando su experiencia y generar, por último, alternativas para luchar contra la soledad, contra la miseria, contra la falta del propio lugar”, señaló la abogada argentina.
Héctor Antonio Tabares desde hace 10 años se ha dedicado a visibilizar lo bueno, lo lindo y la verdad del envejecimiento humano, él asegura que esos estereotipos se deben transformar para que “nos vean desde el otro lado de la vida como miembros con posibilidad para el desarrollo individual y social”.
La familia, la escuela y la sociedad misma, son los escenarios desde donde corresponde transformar estos estereotipos y entender la vejez como una posibilidad para el desarrollo y fortalecimiento del proyecto de vida de las personas mayores, plantea Tabares.
¿Intereses económicos detrás de la intención de la OMS?
El médico Carlos Alberto Cano señaló que, si bien es cierto, pueden existir diferentes concepciones frente a la inclusión del término de vejez como enfermedad por parte de la OMS, posiblemente exista un interés económico en poder financiar lo que han llamado ‘enfermedades’ y darle más espacio a la vejez.
No obstante, para Cano, la ruta debería ser priorizar poblaciones que puedan ser más vulnerables o más necesitadas, “pero no necesariamente a expensas de perder lo que durante años hemos ganado, en el contexto de entender la vejez como un concepto normal”.
Desde su mirada, existen argumentos muy sólidos desde la academia, desde el sector de las fuerzas vivas de la sociedad que fueron representadas por los panelistas, para entender que se pueden tener necesidades y limitaciones, pero no ser una enfermedad.
“Seguramente como ha ocurrido en otros escenarios, con el diálogo y con argumentación podamos entender la contradicción de la OMS que está hablando de la década del envejecimiento saludable, pero a la vez la incluyen como una enfermedad” .