Estudiantes de Usme descubren la versión extrema de Bogotá

20·DIC·2015
Entre las moles de cemento, los trancones y las calles congestionadas de la capital, existe una ciudad con ríos cristalinos, montañas frondosas y escena...
Deportes extremos - Portal Bogotá - Foto:educacionbogota.edu.co
Deportes extremos - Portal Bogotá - Foto:educacionbogota.edu.co

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Entre las moles de cemento, los trancones y las calles congestionadas de la capital, existe una ciudad con ríos cristalinos, montañas frondosas y escenarios de ensueño para practicar deportes extremos y experimentar altas dosis de adrenalina. Conózcala de la mano de 75 estudiantes del colegio Las Violetas - Gabriel García Márquez.

Con sus cascos bien puestos, los invitados de esta jornada siguen todas las indicaciones. Ordenadamente el grupo inicia el recorrido subiendo por el camino que los lleva a la carretera principal, conocida por todos los del barrio, como la antigua vía Villavicencio. Conforme se va subiendo, el punto de partida, se va convirtiendo en un pequeño punto de cemento enclavado en lo bajo de la montaña. El viento sopla más fuerte, el cielo se despeja y aparecen ante los ojos de todos, las imponentes montañas.

De esto se trata ‘Ecología, Turismo y Aventura’, un proyecto que desde 2006 le ha enseñado a los estudiantes del colegio Las Violetas – Gabriel García Márquez a apropiarse de su territorio, y de paso invita a todas las niñas, niños y jóvenes de la capital a descubrir ‘la otra Bogotá.

Una ‘eco pedagogía’ para vivir mejor

Gustavo Moreno, docente creador del proyecto, dijo:“Hace ya nueve años aquí en el colegio durante el desarrollo de una de las clases de ciencias naturales con el grado noveno, le pregunté a los estudiantes ‘¿qué tenemos?’, y ellos me dijeron, ‘nada, aquí solo hay matas, montañas y agua’. Fue en ese momento que vi la necesidad de que ellos aprendieran a conocer su entorno para que empezaran a valorarlo”.

Con más ganas que recursos, este licenciado en biología y química empezó a explorar con sus estudiantes el territorio que los rodea y, mientras lo iban descubriendo, él aprovechaba para enseñarles sobre medio ambiente, geología de los cerros orientales e historia de los barrios aledaños al colegio.

De este ejercicio, que él llama “una eco pedagogía para vivir mejor”, todos sus estudiantes se contagiaron, y empezaron a entender desde la práctica, lo afortunados que eran de vivir en un lugar como Las Violetas.

“A veces uno piensa que el sur solo tiene cosas malas, pero los profesores del proyecto nos han enseñado a mirar de una manera diferente todo lo que nos rodea. Lo más importante es que descubrimos la importancia de cuidar el medio ambiente, en especial el agua, que aquí tenemos por montones, pero que no cuidamos. Eso es lo que trato de mostrarles a los chicos que vienen a hacer estos recorridos”, comenta Talía, una de las 75 estudiantes que hace parte de la última camada de este proyecto, que en lo largo de toda su historia ha vinculado a más de 450 alumnos de grado sexto a grado once.

Gracias al gran impacto que ‘Ecología, Turismo y Aventura’ ha tenido dentro de esta comunidad educativa, ahora es parte vital del Proyecto Ambiental Escolar – PRAE-, de esta institución educativa, y se ha convertido en uno de los centros de interés de profundización de los aprendizajes de la Jornada Completa de Bogotá.

Tras correr algunos kilómetros de carretera, llega el grupo a un paraje boscoso desde donde se puede escuchar el arrullo de una quebrada. “Llegamos a la quebrada Yomasa”, dice Talía.

“¿Y cómo vamos a llegar por aquí a la montaña?, no veo camino”, dice uno de los estudiantes del colegio La Candelaria. “Por el lecho del río, vamos a hacer cañyoning”, responde Talía y empieza a caminar por entre las rocas.

El cañyoning es un deporte de aventura no competitivo cuyo objetivo es disfrutar de los retos naturales al avanzar por entre el río. Talía, guía la ruta parándose con destreza en las grandes piedras de la quebrada Yomasa.

El paisaje es hermoso, no hay ruidos de carros, solo la naturaleza que los recibe con cariño. Al llegar al nacimiento de la quebrada, los recibe Fredy Eduardo Salamanca, docente de educación física, con quien iniciarán la segunda parte del recorrido.

Senderismo, es el nombre de la actividad que emprenden los aventureros, toman fuerzas con un ejercicio menos exigente, se les explica sobre la importancia de cuidar el patrimonio natural y cultural de la zona.

Poco a poco el camino se empieza a hacer más empinado, el profesor Jhon separa el grupo: con Camilo seguirán las personas de más edad o que no crean resistir más la altura, y con él y Talía se irán las que quieran llevar su aventura a un nivel más extremo practicando rappel en la montaña más alta del páramo ubicada 3.400 metros sobre el nivel del mar.

“Me involucré en el proyecto porque vi en la propuesta muchas potencialidades para el desarrollo de mi área, particularmente por el contexto social y geográfico que envuelve esta comunidad. Desde que ingresé a la institución tenía la idea de desarrollar actividades en la naturaleza, deportes de aventura y otros relacionados, y este proyecto me ha dado esta oportunidad, que es única”, comenta el docente Fredy, quien enseña a los estudiantes todo lo relacionado con la quinestesia, normas de seguridad, nudos y manejo de los equipos para realizar rappel.

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