Karina Alejandra Rangel tiene 26 años y es cuidadora de una persona mayor y de cuatro perros, que luego de migrar de Venezuela y empezar de cero, encontró en la Manzana del Cuidado de Usaquén una oportunidad para retomar su proyecto de vida.
“Sufro de depresión y ansiedad. Mis perros fueron la tranquilidad para viajar, a pesar de no tener nada acá en Colombia, absolutamente nada, con su compañía logré, por lo menos, estabilizarme emocionalmente. Lloraba casi todas las noches extrañando a mi mamá, a mi papá, en ese momento ellos fueron los que me ayudaron a salir adelante porque yo sentía que estaba cayendo en un hueco, en trabajos que nunca pensé en mi vida que iba a hacer”, afirmó Karina.
El viaje de Karina con sus animales de compañía desde Caracas, Venezuela, hasta Bogotá, fue toda una travesía, pero ella misma asegura que era incapaz de dejar a sus perros. “Salí de Venezuela a las 6 de la mañana un lunes y llegué un día viernes a la medianoche a Bogotá, caminando con mis perros en guacales con ruedas, arrastrándolos porque no los podía dejar”, cuenta.
Karina realizó el peligroso viaje por trocha cuando apenas tenía 19 años, y después de eso tuvo que acostumbrarse poco a poco a un nuevo país y una nueva ciudad. “Fue muy duro porque mi acento era muy venezolano y la xenofobia era demasiado fuerte, directamente le decían a uno 'vete para tu país, no tienes nada que hacer acá’”, recordó.
Aunque Karina había terminado sus estudios de bachillerato en Venezuela, no había tenido los recursos para apostillar sus documentos, por lo que se quedó sin la forma de certificar sus estudios en Colombia. Sin un bachillerato formal, Karina ha tenido que ganarse la vida en trabajos informales, por turnos y sin muchas garantías.
“Trabajo haciendo turnos en restaurantes o haciendo turnos en zapaterías en Santa Fe, que tengo conocidos y he trabajado siempre en eso, y cuando necesitan alguien para cubrir un turno yo voy y así, no es algo fijo, no es que me vayan a pagar seguridad social o liquidación”, dice Karina.
Karina ya estaba resignada a no tener la posibilidad de certificar sus estudios, cuando por medio de una publicación en Facebook se enteró del programa de educación flexible en la Manzana del Cuidado de Usaquén.
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“Yo estando acá averigüé muchos lugares, pero estaban lejos de mi casa, eran en Suba y las clases acababan a las 10 de la noche. Cuando salió esta oportunidad yo lo que hice fue inscribirme y decía: bueno, a la de Dios, lo que salga porque no sé, al menos me queda cerca a la casa, no voy a gastar en transporte porque hay veces que uno no tiene la plata para un transporte, ni para comerse una empanada en la calle y cuando ya dijeron que iban a abrir las inscripciones y que uno debía traer los documentos yo enseguida los traje y ya estoy estudiando”, explicó.
Hoy ella está cursando grado décimo, y espera el próximo año graduarse y así poder cumplir varios de sus sueños: el primero es tener un trabajo con más garantías y estabilidad, y el segundo es entrar a la universidad pública para estudiar la carrera que siempre quiso desde pequeña: veterinaria.
“Toda mi vida intenté estudiar veterinaria, pero en Venezuela lo que llegué a hacer fueron 4 semestres de contabilidad, me gustan mucho los números, soy buena en eso, pero amo los animales”, dijo.
Karina hace malabares con su tiempo para poder estudiar, cuidar a su suegra que ya es una persona mayor, a sus cuatro perros que son el amor de su vida, y cumplir con los turnos ocasionales de trabajo informal que ha logrado conseguir.
En la Manzana del Cuidado de Usaquén, Karina no solo está terminando su bachillerato, sino que ha asistido a los cursos de autocuidado y cuidado de animales de compañía del Instituto Distrital de Bienestar y Protección Animal, con los que ha adquirido herramientas para el cuidado de sus 4 perros.
“A mí me parece genial lo que están dando ahora, que son cursos para el cuidado de ellos, para evitar que se vayan a intoxicar, tenerles las vacunas, esterilizarlos para que no haya sobrepoblación, y todos esos detalles eso es lo más hermoso”, afirmó.
Hoy Karina recomienda todos los servicios de la Manzana del Cuidado de Usaquén, sobre todo a las mujeres cuidadoras migrantes que como ella, están buscando opciones para salir adelante y estabilizarse en Colombia.
“Recomiendo la Manzana del Cuidado para que las personas tengan una estabilidad, hay muchas personas que viven de trabajos informales, como de vender dulces, y quieren salir adelante y no saben cómo, porque terminar el bachillerato cuesta”, puntualizó.
En Usaquén cuidamos a las que cuidan
¿Eres cuidadora y vives en la localidad de Usaquén? ¡La Manzana del Cuidado es para ti y para tu familia! Ven ya y disfruta de todos sus servicios gratuitos.
Te esperamos en el CDC Simón Bolívar, Calle 165 #7-38. También puedes comunicarte con Alejandra Ballén, coordinadora, al teléfono 311 2542 476 o al e-mail: aballen@sdmujer.gov.co
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