La Secretaría de la Mujer compartió la historia de Luz Dary, quien a sus 60 años, es lideresa en la localidad de Antonio Nariño y trabaja a diario para defender los derechos de las mujeres.
Luz Dary tiene cientos de historias para contar, aunque algunas de ellas ya se le olvidan, como consecuencia de las secuelas que dejó el Covid-19 en su cuerpo.
“Estuve entubada un mes larguito, y luego empecé mi recuperación que duró tres meses, no podía hablar ni moverme fácilmente”, explicó.
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Toda su vida ha vivido en el barrio Policarpa Salavarrieta, en la localidad de Antonio Nariño, a la que llegó luego de que su madre y su padre fueran desplazados por la violencia en el Tolima, durante la época de los sesentas. Allí aprendió a leer y a escribir, aunque su padre se oponía a que estudiara.
“Mi papá decía que las mujeres no eran para estudiar, que él me daba la primaria máximo, entonces mis tías me apoyaron y lograron que me recibieran las legionarias de la Montesori. Él nos ponía a vender cebollas, pescado y a vender mercados, entonces nos tocaba vender los mercados y salir corriendo a estudiar. Él decía que yo no tenía por qué estudiar, porque las mujeres solo eran para estar en la casa y hacer oficio, no más”, recuerda Luz Dary.
A pesar de las dificultades, Luz Dary logró salir adelante a punta de su trabajo como vendedora ambulante, e inscribiéndose a cursos de formación en diferentes temas como educación, manualidades, entre otros que llamaran su interés.
“Me terminé de pagar el bachillerato trabajando en zapatería aquí en la localidad, y luego, con un puestico de empanadas me empecé a pagar la carrera de derecho luego de casada y de tener mis tres hijos”, afirma.
Un día en el colegio de su hijo decidió postularse para ser representante de los padres de familia. Allí comenzó su camino de liderazgo en la comunidad.
“A mí me fue gustando el tema de liderazgo, de hablar, de comentar, de hacer, en el colegio había muchas necesidades porque estaba en construcción. Me di cuenta de que era importante ser una lideresa y había mucha discriminación a las mujeres”, afirma Luz Dary.
Con esta vocación de liderazgo, Luz Dary comenzó a trabajar en la Junta de Acción Comunal: “Nosotras empezamos a hacer talleres con las Juntas de Acción Comunal de Bogotá y empezamos a ver que había varias mujeres presidentas y vicepresidentas pero que no éramos reconocidas”.
En su trabajo local, Luz Dary se enfocó en ayudar a las mujeres emprendedoras con ferias comerciales para que pudieran vender sus productos, y además vio la creación de la Secretaría Distrital de la Mujer, donde con diferentes actividades y programas más mujeres conocían sus derechos y compartían experiencias para convertirse en lideresas.
“En esta localidad tenemos una gran cantidad de mujeres, casi un 54% del total de la población. En todos los espacios hay mujeres zapateras, mujeres mecánicas, vendedoras de botas, mujeres maestras, hay mucho potencial y lo que queremos es que se sientan importantes y reconocidas”, explica Luz Dary.
En sus años de trabajo con la comunidad, Luz Dary ha visto como poco a poco se han ido abriendo los espacios para las mujeres de la ciudad, gracias a la lucha comprometida de muchas lideresas que como ella, dedicaron su vida a trabajar por sus barrios y localidades.
“He visto el cambio en la sociedad, ya tenemos las Casas de Igualdad, tenemos casas de justicia, tenemos abogadas que antes no existían, tenemos equipos de psicólogas, hay instancias de participación”, afirma.
Y aunque su labor no es remunerada, Luz Dary siente que los espacios de participación son sus vitaminas, y que servir a su comunidad le da más energías para seguir adelante.
“Una señora una vez me dijo: ‘es que usted para mí es Luz Da, la luz que da’ y eso me sonó tanto que me ha dado como 20 años de vida. El mejor pago para mí de ser lideresa es hablar con las personas, conocerlas, me gusta compartir, escuchar y que me escuchen, me gusta ser neutral, detesto las injusticias”.
Hoy, ya recuperada, siente que tiene una segunda oportunidad de vida para continuar la lucha por los derechos de las mujeres y ha vuelto a vincularse a los procesos de la Casa de Igualdad de Oportunidades, desde donde impulsa a otras mujeres a que conozcan sus derechos y a que participen, conozcan y aporten en temas que son importantes para el desarrollo de su comunidad: “Yo voy a ser lideresa hasta lo último”, puntualiza.
La Casa de Igualdad de Oportunidades de Antonio Nariño está ubicada en Calle 11 Sur # 11B-31. Acércate y conoce todos los servicios que ofrece para las mujeres de la localidad. También puedes escribir al correo cioantonionarino@sdmujer.gov.co