En‘Bogotá, mi Ciudad, mi Casa’ trabajamos por la seguridad de las mujeres y de su entorno. La violencia vicaria se define como el uso de los hijos e hijas para amenazar, controlar o hacer sufrir a la madre. Esta forma de agresión no solo busca causar dolor emocional, sino que también pone en riesgo el bienestar físico y psicológico de los niños y niñas.
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Los agresores pueden manifestar esta violencia de diversas maneras:
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- Manipulación emocional: Utilizan a los hijos e hijas para intimidar o controlar a la madre.
- Descuido o abuso: Ponen en peligro el bienestar de los niños para angustiar a la madre.
- Interferencia en la relación: Intentan obstaculizar o dañar el vínculo afectivo entre la madre y sus hijos.
Este tipo de violencia tiene efectos devastadores tanto para las madres como para sus hijos e hijas, como el trauma emocional, donde las víctimas pueden experimentar un profundo daño psicológico. Así mismo, aislamiento social, ya que muchas mujeres se sienten solas y sin apoyo en su lucha contra esta forma de violencia.
Según datos recopilados por organizaciones como la Fundación Contra la Violencia Vicaria, al cierre de 2023, al menos 2.517 mujeres fueron víctimas de esta violencia en Colombia. En el primer trimestre de 2024, se reportaron ya 890 casos, lo que resalta la urgencia de abordar este problema.
Actualmente, hay dos proyectos de ley en Colombia que buscan abordar la violencia vicaria
Proyecto en la Cámara de Representantes: Este proyecto busca reconocer legalmente la violencia vicaria y se enfoca en acciones preventivas, atención integral y acceso efectivo a la justicia. Incluye capacitación para personas que ejercen como funcionarios públicos, medidas de protección y un registro específico por parte del DANE.
Ley Gabriel Esteban en el Senado: Esta iniciativa incluye delitos y penas específicas dentro del código penal, diferenciándose al no clasificar la violencia vicaria exclusivamente como una forma de violencia de género, sino como un tipo de agresión que puede dirigirse también hacia los padres.
Mientras estos proyectos se convierten en ley, podemos enfocarnos en la importancia de reconocer que cuando un hombre amenaza con arrebatarle a una mujer a sus hijos e hijas, está mostrando signos claros de violencia vicaria. Estas amenazas deben activar todas las alarmas necesarias.
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En el marco de la Estrategia Mujeres, la administración actual ha fortalecido los equipos que componen la Ruta Única de Atención a mujeres víctimas de violencias, así mismo desde la Secretaría Distrital de la Mujer, tenemos a disposición de ellas, sus hijas e hijos, seis casas refugio que los acogen si corren peligro inminente. Allí se puede llegar a través de medidas de protección emitidas por juez de control de garantías o por orden de comisarias o comisarios de familia, en estos espacios se les garantizan de manera gratuita el alojamiento, alimentación, vestido y transporte, beneficiando así el quiebre de los ciclos de violencias y evitando la instrumentalización de las hijas o hijos para dañar a las madres.