‘Quebrantos’, una acción de duelo que honra la muerte de líderes asesinados

Imagen de la Plaza de Bolívar, intervención Quebrados, homenaje a líderes asesinados
4.750 líderes han sido asesinados en los últimos treinta años, según cifras de la Comisión de la Verdad
Publicado:
10
Jun
2019
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“El vidrio, al igual que la vida, es frágil, una vez se rompe no lo puedes restaurar. El nombre sobrevive a la persona, da fe de que existió, así como podemos decir que la firma da fe de que una persona viva estuvo ahí”.

Son las palabras de Doris Salcedo, escultora colombiana que se destaca por sus reflexiones sobre la violencia y que una vez más se tomó la Plaza de Bolívar, el pasado 10 de junio, para dar voz a las víctimas de una guerra que aún no termina. 

Doris Salcedo recorre el homenaje a líderes asesinados, que se lleva a cabo en la Plaza de Bolívar


‘Quebrantos’ es la primera de una serie de obras que Doris Salcedo realizará en compañía del Padre de Roux, presidente de la Comisión de la Verdad, y María Belén Sáez, curadora y gestora cultural, para dar voz a los líderes sociales y comunales que han sido asesinados en Colombia.


La Plaza de Bolívar en Bogotá fue el escenario en el que los ciudadanos, turistas, familias y jóvenes se encontraron con una lista de nombres que corresponden a los líderes sociales que han sido asesinados y que fueron escritos con pedazos de vidrio fracturado.


 “Más que una técnica es un ritual. El vidrio fracturado con el que escribimos los nombres de nuestros líderes, simboliza una acción de duelo que busca que reflexionemos acerca de esas pérdidas que están sucediendo con una secuencia inusitada y que nos duelen. Queremos que el país se pregunte qué está pasando”, asegura Doris Salcedo.

Doris Salcedo en rueda de prensa en Plaza de Bolívar

 

La artista describe que estos asesinatos han ocurrido a la luz del día, incluso en zonas militarizadas, en pleno espacio público. Por esta razón, Salcedo decidió sacar el duelo de la esfera de lo privado y llevarlo al espacio público e invitó a la ciudadanía a que acompañaran a las familias de los líderes, hicieran duelo con ellas y a que sentaran un precedente de que la vida es sagrada.

En los últimos 30 años se han asesinado 4.750 líderes, según cifras de la Comisión de la Verdad.


“Aquí están los muertos, los cadáveres y los nombres de nuestros líderes. Hombres y mujeres que luchaban por las cosas que nos son más sagradas como la dignidad de las mujeres en los territorios, la defensa de nuestras comunidades afro y de los pueblos indígenas, entre otras. Esta obra nos muestra que nos quebramos como sociedad y esto no puede seguir así para nosotros”, explica el Padre de Roux.

 

Romper vidrios también es romper con el silencio 

Pastora Tarapues es una mujer que viene de un resguardo indígena de Pasto, Nariño, y hace parte del grupo de líderes y familias que fracturan esos vidrios en un acto simbólico de memoria permanente sobre los líderes que ya no están. 

Ella asegura que no solo asiste a la Plaza de Bolívar en Bogotá para recordar a aquellos líderes sociales que ya se fueron, sino en representación de aquellos pueblos indígenas que han sido víctimas de la guerra, del desplazamiento, del narcotráfico.

Pastora Tarapues, líder social que asiste a la Plaza de Bolívar


“Queremos visibilizar esta injusticia y, sobre todo, recordar que los colombianos debemos hacer actos más concretos para contribuir a que los homicidios cesen. Nos preocupa que estos homicidios sigan en la impunidad y que mueran nuestros compañeros”, asegura Pastora.


Pastora es líder, representa a la mujer y a la juventud a nivel nacional con el Movimiento Autoridades Indígenas de Colombia (AICO). En la actualidad estudia trabajo social en la universidad Externado y le duele que los líderes se estén yendo. Es una convencida de que se necesita convocar a instituciones internacionales para trabajar en unidad y encontrar un punto de diálogo que pare con la violencia en el país.


Así mismo, invita a los ciudadanos para que se acerquen a la Plaza de Bolívar y con su presencia y compañía ayuden a que este ritual no sea solo un proyecto, sino que se mantenga en el tiempo. 


“La vida no tiene precio. A quienes cuidan el territorio, el medio ambiente, a sus comunidades y a sus semillas no se les debe matar. Las mujeres parimos a nuestros hijos no para la violencia sino para la paz. Somos árboles que damos frutos”, concluyó.

vidrios quebrados dibujan el nombre de un líder social asesinado