Es posible la vida humana en áreas de conservación

“Quienes han vivido en los Cerros nos han enseñado qué es lo que debemos hacer. Varias personas que han hecho su vida construyendo en los Cerros, nos han demostrado con insistencia que la vida humana es posible en áreas de conservación. Tenemos varios ejemplos de que esto se puede hacer bien”.

Con estas palabras el Secretario Distrital de Planeación, Gerardo Ardila Calderón, aplaudió 14 casos comunitarios de habitabilidad sostenible en los Cerros Orientales de Bogotá que hoy día hacen parte del libro “Así se viven los Cerros. Experiencias de habitabilidad sostenible”.

Es así como la Bogotá Humana avanza en el cumplimiento del fallo del Consejo de Estado que reconoce, en primera instancia, la existencia de asentamientos localizados en este territorio, contando más de sesenta barrios que han encontrado opciones de vivienda en estos lugares y que hoy deben adaptarse a modelos sostenibles, más ecológicos y con mayor equidad social.

Entre las recomendaciones que deja este estudio es fundamental que se trabaje por potenciar social e institucionalmente las experiencias comunitarias que han significado buenas prácticas de habitabilidad en los Cerros Orientales, así como brindar atención y acompañamiento a las iniciativas comunitarias

También es importante establecer pactos sociales de borde que permitan la consolidación y mejoramiento integral de los asentamientos humanos con prácticas de urbanismo y construcción sostenible, reforzar a lo largo de la Franja de Adecuación prácticas sostenibles como la agricultura urbana, promoviendo la agrobiodiversidad y la transformación de alimentos, y fortalecer de los acueductos comunitarios e implementar restauración ecológica de quebradas.

Experiencias de Habitabilidad Sostenibles
El libro “Así se viven los Cerros. Experiencias de habitabilidad” contiene algunas de esas experiencias que representan una serie de formas de vida y de asumir el mundo, pensadas desde el bien común, basadas en luchas, logros y adversidades, y resignificadas como hitos de organización comunitaria. A continuación conozca dos de las 14 experiencias comunitarias de habitabilidad sostenibles planteadas en esta publicación:

Acualcos
Barrios: San Isidro, San Isidro II, San Luis y la
Sureña.
Población UPZ: 18.858 habitantes
Localidad: Chapinero

El  acueducto comunitario de Acualcos ha sido una estrategia exitosa de manejo integral del agua por parte de las organizaciones sociales. Gestión que permite el desarrollo de actividades relacionadas con la restauración ecológica, la limpieza de quebradas y el mejoramiento barrial.

El acueducto como tal surgió por iniciativa comunitaria en 1982, y la bocatoma o lugar de captación de agua se construyó en la vereda el Verjón, en la parte alta y media del río Teusacá, específicamente de la quebrada Amarilla o Montañuela, a 14 km de distancia de los barrios.

Antes de hacer el acueducto, las familias se abastecían de los nacimientos de agua. Se trata de la prestación del servicio público de acueducto por parte de las comunidades organizadas que, en este caso, abastece alrededor de diez mil actividades de cuidado de los nacimientos de agua, muchos de ellos ubicados en sus casas.

Las Moyas
Barrio: San Luis
Población UPZ: 18.858 habitantes
Localidad: Chapinero
 
La Casa Taller Las Moyas le apunta al desarrollo comunitario, dando ejemplo de formas de habitación amigables y armónicas con el ambiente y defendiendo los espacios públicos que permiten el esparcimiento y el quehacer colectivo de la comunidad. Se concibe como una experiencia de educación para la libertad, basada en la autonomía y en la solidaridad, con el propósito de potenciar el desarrollo humano de los participantes.

Twitter: @ServiCiudadano
Facebook: Servicio al Ciudadano – Bogotá