En octubre llega la semana de receso escolar para los estudiantes de las escuelas y colegios bogotanos. Aunque muchas familias aprovechan para viajar, lo cierto es que la mayoría de los niños permanecen en casa y los padres deben aumentar las medidas prevención para evitar accidentes por elementos o sustancias que estén en el hogar.
Según cifras del Centro Regulador de Urgencias y Emergencias de la Secretaría de Salud, en las viviendas de la capital se registran en promedio 1.000 accidentes caseros al mes, que involucran a los niños bogotanos. Están relacionados principalmente con la manipulación de fósforos, velas, cuchillos, tijeras, estufas, ventanas sin seguro, productos tóxicos reenvasados en botellas de jugo o gaseosa, conexiones eléctricas sin protección y acceso a superficies húmedas.
Este tipo de incidentes, que representan el cuarto motivo de consulta en los servicios de urgencias de las Subredes Integradas de Servicios de Salud, pueden prevenirse si se tienen en cuenta las siguientes recomendaciones:
No permitir que los niños jueguen sobre sillas, mesas ni muebles.
Fijar firmemente a la pared estanterías y repisas.
Proteger las puntas de las mesas.
Colocar protectores o cubrir con cinta los tomacorrientes.
No dejar armarios o cajones abiertos.
Utilizar antideslizantes para pisos, baldosas y duchas.
Colocar barandas en escaleras, balcones y ventanas.
Prohibir a los menores jugar con fósforos, velas y herramientas (y no dejarlos a su alcance).
Guardar con llave los elementos cortopunzantes.
No colocar en los cajones herramientas, cuchillos y tijeras con puntas hacia arriba.
Restringir el acceso de los menores a la cocina.
Alejar a los niños de la zona de planchar.
Revisar la temperatura del agua antes de bañar a los menores.
Cerrar los conductos del gas.
No dejar la gasolina o líquidos inflamables al alcance de los niños.
Guardar medicamentos en sus envases originales y fuera del alcance de los niños.
Los accidentes más comunes en las viviendas son:
Trauma y fractura: por golpes contundentes con objetos pesados que caen desde lo alto o generan tropiezos. Algunos de estos incidentes son casos maltrato infantil reportados como accidentes caseros.
Heridas: por objetos corto punzantes (cuchillos, cuchillas, bisturís o tijeras).
Intoxicaciones: por ingerir fósforo blanco, raticidas, medicamentos o insumos de aseo.
Caídas: en escaleras, balcones, terrazas, sillas y superficies resbalosas.
Quemaduras: por líquidos y vapores hirvientes, fogones, fósforos, encendedores y planchas.
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