“Se ha tomado conciencia sobre los cuidados propios que debe tener cada uno, porque cuidarse uno es cuidar a todos” quizás esta frase resume el cambio que debemos tener todos en la época actual. Es la frase con la que el Sargento Omar Cutiva se refiere a lo que ha significado esta cuarentena para su trabajo y su vida personal.
Desde octubre de 1999 el Sargento Cutiva hace parte del personal de la Cárcel Distrital de Varones y Anexo de Mujeres. Hoy en día dirige la compañía América, una de las tres compañías que en total suman 165 guardias de cuerpo de custodia y vigilancia de este centro carcelario.
Han sido muchos los cambios que ha tenido en su vida a lo largo de estas dos décadas de labor, entre ellos el nacimiento de su hijo David Alexander, a quien por la coyuntura actual no ha podido ver con normalidad debido a que por temas de estudio actualmente no vive con él. Un gran sacrificio, solo uno de los que esta cuarentena le ha significado.
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Ocurre lo mismo con sus padres y hermanos, ya que es consciente que, por su salud y la de ellos, no es posible visitarlos. Hablar sobre los miembros de su familia y no poder verlos por el momento le hace pensar sobre el día en que todo esto termine y afirma que lo primero que hará una vez se supere esta situación es ir a buscarlos y darles un gran abrazo.
Los sacrificios familiares no son los únicos que ha hecho, aunque en su trabajo siempre viste el uniforme camuflado gris característico del cuerpo de custodia y vigilancia de la Cárcel Distrital, le gusta también vestir uniforme deportivo; Omar tiene 46 años y afirma que toda su vida ha sido un apasionado por el deporte, puntualmente el voleibol. Con sus 1,76 de estatura y su condición atlética ha participado en varias actividades relacionadas con el deporte. Es una de las actividades que más disfruta, eso y pasar tiempo con su esposa Adriana, uno de los motores y apoyos del sargento en esta cuarentena.
Pero el voleibol debe esperar, las circunstancias no lo permiten y el Sargento se concentra en su trabajo. Tanto él como sus compañeros y todo el personal que convive en esta cárcel han tenido que cumplir con las estrictas medidas de bioseguridad necesarias para evitar la COVID-19. Afirma que con compromiso y la mejor actitud, todos los días se levanta a las 5:00 a.m, se alista para salir, se despide de su esposa y se desplaza desde su hogar en el barrio Galán hasta su lugar de trabajo ubicado en el barrio Calvo Sur.
Llega con anticipación, limpia sus botas con alcohol, y adoptando las demás medidas de bioseguridad inicia sus funciones y compromisos con la población privada de la libertad. Si bien estas son similares a las que realizaba antes de la coyuntura actual. Las medidas han cambiado, entre ellas el distanciamiento con la población privada de la libertad y sus compañeros, la toma de temperatura, entre otras.
Una vez terminada su labor, en el trayecto de regreso a su hogar, observa lo que ocurre en las calles y siente preocupación. “a veces uno ve mucha gente. Gente que quizás si podría quedarse en su casa pero que no se cuida. Eso a uno le da un poco de miedo porque se pueden contagiar o lo pueden contagiar a uno o a su familia”, aseguró. Omar no sólo se preocupa por él, al ver personas en las calles piensa en su seguridad, la de su esposa y la de la población privada de la libertad.
Podría decirse que el Sargento Omar Cutiva ha visto diversos lados de esta cuarentena; el de aquellas personas que no pueden salir a la calle por decisiones que han tomado en el pasado, el de aquellos que pudiendo salvaguardarse en sus casas deciden salir, y el de quienes, como él, deben salir a trabajar por su familia y por su ciudad.
Así es la vida del sargento Ómar Cutiva, y que refleja la de los otros 160 héroes que hacen parte de la guardia de cuerpo de custodia y vigilancia de la Cárcel Distrital, uno de los muchos héroes que se la juega por la ciudad en esta cuarentena por la vida. A todos ellos: ¡Gracias!