Omar Cutiva, uno de los guardias que se la juega por los privados de la libertad

Él es Omar Cutiva, uno de los 165 guardias que se la juega por la población privada de la libertad.
Él es Omar Cutiva, uno de los 165 guardias que se la juega por la población privada de la libertad.
Publicado:
28
Abr
2020
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“Se ha tomado conciencia sobre los cuidados propios que debe tener cada uno, porque cuidarse uno es cuidar a todos” quizás esta frase resume el cambio que debemos tener todos en la época actual. Es la frase con la que el Sargento Omar Cutiva se refiere a lo que ha significado esta cuarentena para su trabajo y su vida personal. 

Desde octubre de 1999 el Sargento Cutiva hace parte del personal de la Cárcel Distrital de Varones y Anexo de Mujeres. Hoy en día dirige la compañía América, una de las tres compañías que en total suman 165 guardias de cuerpo de custodia y vigilancia de este centro carcelario.  

Han sido muchos los cambios que ha tenido en su vida a lo largo de estas dos décadas de labor, entre ellos el nacimiento de su hijo David Alexander, a quien por la coyuntura actual no ha podido ver con normalidad debido a que por temas de estudio actualmente no vive con él. Un gran sacrificio, solo uno de los que esta cuarentena le ha significado.

Ocurre lo mismo con sus padres y hermanos, ya que es consciente que, por su salud y la de ellos, no es posible visitarlos. Hablar sobre los miembros de su familia y no poder verlos por el momento le hace pensar sobre el día en que todo esto termine y afirma que lo primero que hará una vez se supere esta situación es ir a buscarlos y darles un gran abrazo. 

Los sacrificios familiares no son los únicos que ha hecho, aunque en su trabajo siempre viste el uniforme camuflado gris característico del cuerpo de custodia y vigilancia de la Cárcel Distrital, le gusta también vestir uniforme deportivo; Omar tiene 46 años y afirma que toda su vida ha sido un apasionado por el deporte, puntualmente el voleibol. Con sus 1,76 de estatura y su condición atlética ha participado en varias actividades relacionadas con el deporte. Es una de las actividades que más disfruta, eso y pasar tiempo con su esposa Adriana, uno de los motores y apoyos del sargento en esta cuarentena. 

Pero el voleibol debe esperar, las circunstancias no lo permiten y el Sargento se concentra en su trabajo. Tanto él como sus compañeros y todo el personal que convive en esta cárcel han tenido que cumplir con las estrictas medidas de bioseguridad necesarias para evitar la COVID-19. Afirma que con compromiso y la mejor actitud, todos los días se levanta a las 5:00 a.m, se alista para salir, se despide de su esposa y se desplaza desde su hogar en el barrio Galán hasta su lugar de trabajo ubicado en el barrio Calvo Sur.

Llega con anticipación, limpia sus botas con alcohol, y adoptando las demás medidas de bioseguridad inicia sus funciones y compromisos con la población privada de la libertad. Si bien estas son similares a las que realizaba antes de la coyuntura actual. Las medidas han cambiado, entre ellas el distanciamiento con la población privada de la libertad y sus compañeros, la toma de temperatura, entre otras.

Una vez terminada su labor, en el trayecto de regreso a su hogar, observa lo que ocurre en las calles y siente preocupación. “a veces uno ve mucha gente. Gente que quizás si podría quedarse en su casa pero que no se cuida. Eso a uno le da un poco de miedo porque se pueden contagiar o lo pueden contagiar a uno o a su familia”, aseguró. Omar no sólo se preocupa por él, al ver personas en las calles piensa en su seguridad, la de su esposa y la de la población privada de la libertad. 

Podría decirse que el Sargento Omar Cutiva ha visto diversos lados de esta cuarentena; el de aquellas personas que no pueden salir a la calle por decisiones que han tomado en el pasado, el de aquellos que pudiendo salvaguardarse en sus casas deciden salir, y el de quienes, como él, deben salir a trabajar por su familia y por su ciudad.

Así es la vida del sargento Ómar Cutiva, y que refleja la de los otros 160 héroes que hacen parte de la guardia de cuerpo de custodia y vigilancia de la Cárcel Distrital, uno de los muchos héroes que se la juega por la ciudad en esta cuarentena por la vida. A todos ellos: ¡Gracias!