Desde 2012 existe el Taller de Manufactura Teatral, que se dedica a formar jóvenes en riesgo social. Los muchachos, entre 18 y 28 años, son formados en todo lo relacionado con construcción y montaje de escenografías.
Los jóvenes actúan, producen, hacen vestuario, iluminación, utilería, cámara y construyen la escenografía. “El taller de manufactura teatral es un programa técnico en construcción y montaje de escenografías, se demora 9 meses de formación y 3 meses de práctica. Fue un proyecto piloto por dos años y está en proceso de reactivación”, explica Philippe Legler, coordinador académico del proyecto.
Aunque este proyecto hasta ahora está comenzando ha tenido bastante éxito, pues ha logrado trabajar con el Festival Iberoamericano de Teatro de Bogotá, distintos proyectos de publicidad, moda y otros campos de la escenografía. El 80 % de las personas que trabajan en este taller son egresados.
“De 50 egresados yo creería que 30 están trabajando en el medio. Nosotros les ayudamos, los conectamos con los diferentes ofertantes de trabajo; si tenemos la oportunidad de acercarlos a un trabajo lo hacemos. Muchos chicos se han vinculado en diferentes espacios como el Festival Iberoamericano de Teatro, otros han iniciado proyectos propios y otros han ingresado a empresas como Fox TeleColombia y el Teatro Colón”, cuenta Legler.
El taller busca que los estudiantes siempre estén en contacto con el medio profesional. El programa de hecho hace un simulacro de empresa, en todos los módulos: la primera semana tienen una inducción para conocer a las personas que trabajan en el medio según el tema que se esté trabajando; conocen un artista, un teatro. La idea es que vean su labor en un ámbito real y que se puedan conectar con profesionales para estimular sus relaciones laborales en el medio.
Este taller funciona en la estación de tren de La Sabana y se enfoca en el aprendizaje a través de la experiencia. “Quería que el programa se pareciera mucho a una empresa de construcción para que los chicos al final de su formación estuvieran familiarizados con esa dinámica y para ellos fuera más fácil y rápido entrar a una realidad profesional porque ya la vivieron en la formación”, sostiene Legler.
Los nueve meses de formación que tienen los estudiantes son divididos en tres ejercicios, cada uno relacionado con un área distinta dentro de la disciplina de la construcción de escenografías. Todos los proyectos que presentan los alumnos en estos ejercicios tienen que ser reales: tienen tiempos de entrega, público, y todas las condiciones reales de una producción en construcción y montaje de escenografías.
El taller de escenografía es muy parecido al de carpintería pero con más atajos, puesto que no es una pieza que va a durar mucho tiempo o va a llevar grandes cargas, tiene más atajos constructivos. La maquinaria es casi la misma, pero se utilizan otras herramientas que sirven para hacer cortes en diferentes ángulos ya que se trabaja con madera lista, solo se corta y se ensambla.
“Nosotros lo que queremos aportar es sacar esta disciplina del empirismo total, queremos darle a los chicos más herramientas, más metodología para que haya más precisión en cuánto a las entregas, al dinero que se emplea para hacer las cosas, que puede haber más confianza y menos improvisación. La gente que ha hecho esto antes ha aprendido muchas cosas útiles a través de la experiencia, que es muy importante, pero mezclada con una metodología puede ser muy interesante a nivel laboral”, comenta el coordinador.
Los bogotanos han recibido muy bien este proyecto. Quienes lo conocen se dan cuenta de que es un programa que ofrece alternativas positivas y concretas frente a problemas de orden social en la ciudad. Es un programa que trata de descubrir la vena artística en los jóvenes y que trabajen en este tema, no sólo por necesidad económica, sino por cubrir una necesidad artística e intelectual.
Ximena Higuera Moreno
Periodista - Alcaldía Mayor de Bogotá
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