Con apoyo de la Dirección de Asuntos Étnicos de la Secretaría de Gobierno, así como de la Alta Consejería para las Víctimas de la Alcaldía Mayor de Bogotá, regresaron a Risaralda quinientos diecisiete indígenas Embera-Chami, desplazados por la violencia. Los indígenas en su mayoría eran víctimas del conflicto armado y se encontraban en condición de desplazamiento en Bogotá, incluso, algunos desde hace más de una década.