El cautiverio genera graves consecuencias a la vida de los animales silvestres

Imagen de una lora en proceso de rehabilitación.
Esta lora se encuentra en proceso de rehabilitación en el Centro de Fauna Silvestre del IDPYBA.
Publicado:
26
Oct
2020
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Imagina que por alguna razón desconocida te raptaron y encerraron en una habitación estrecha durante un largo tiempo, incluso por años. Que durante ese tiempo te privaron de tus actividades naturales y adicional a ello te dieron una precaria alimentación.

Luego piensa en los efectos que esa condición de cautiverio te generaría a nivel físico, emocional y comportamental. La pasarías muy mal, ¿cierto?

Lo más probable es que con el tiempo perderías tu condición física y te sentirías débil, a nivel emocional aumentarían los niveles de estrés y con ello la ansiedad, solo para darte un pequeño ejemplo de los efectos negativos que genera el cautiverio en los seres vivos.

Esta pequeña reflexión es una invitación a que reconsideremos la idea de que los animales, al igual que el ser humano, son seres sintientes, es decir, que también experimentan sensaciones de dolor, sufrimiento y estrés o enfermedad.

Hablamos con las biólogas del Centro de Fauna Silvestre, Johana Izquierdo y María Camila Cardona, quienes nos contaron desde su ámbito profesional algunos de los efectos que genera retener o privar de su libertad a los animales silvestres, en especial a las loras.

“La realidad es que todos los días ingresan animales a nuestro Centro de Fauna Silvestre a causa de la tenencia o tráfico ilegal. Algunos llegan con alteraciones osteomusculares por golpes, traumas, con afectaciones en su sistema respiratorio debido a que son alejados de sus lugares de origen y la altura y temperatura de Bogotá les afecta. También presentan daños gastrointestinales por mala alimentación y deshidratación”, explicó Johana Izquierdo, bióloga y coordinadora del área de fauna silvestre del Instituto de Protección y Bienestar Animal, IDPYBA

Así mismo, aseguró que las especies que más ingresan a procesos de rehabilitación al Centro de Fauna Silvestre son las loras (Amazona ochrocephala) y los canarios costeños (Sicalis flaveola).

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¿Cuáles son los efectos del cautiverio en las loras?

Las loras pertenecen a la familia de los psitácidos o Psittacidae, se caracterizan por tener pico curvado, ser buenas escaladoras de ramas y árboles por sus garras prensiles y suelen vivir en zonas cálidas. Son consideradas como las más inteligentes dentro del grupo de las aves.

La bióloga Johana Izquierdo nos da un pequeño contexto en el siguiente audio sobre los efectos del tráfico ilegal.

Alcaldía Bogotá · Consecuencias Del Tráfico Ilegal De Fauna Silvestre

 

En la actualidad se recuperan en el Centro de Fauna Silvestre más de 223 loras que llegaron en malas condiciones por tenencia ilegal.

Entre los efectos del cautiverio más comunes detectados por los especialistas es que muchas de estas aves no saben que pueden volar, debido a que estuvieron enjauladas durante muchos años y no pudieron utilizar su plumaje e incluso reconocer las vocalizaciones o canto de otras aves.

Imagen de loras en proceso de rehabilitación
Las loras <em>Amazona ochrocephala</em>, son las especies más apetecidas por el mercado negro para su comercialización.

El 100% de las loras que arriban al Centro de Fauna han sufrido graves lesiones en su plumaje debido a que les cortan las plumas de su cola y alas para que no puedan volar, y también presentan daños en su sistema gastrointestinal porque las personas que las retuvieron no proporcionaron la dieta adecuada que estas especies encontrarían en su hábitat natural.

El crecimiento excesivo del pico y garras es otro de los efectos típicos del cautiverio, pues las aves no cuentan con las cortezas de los árboles para limar esas partes de su cuerpo de manera natural y esto les causa ese tipo de deformaciones.

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El comportamiento natural de las loras también se ve afectado debido a que con el tiempo de cautiverio aprenden y se habitúan a las conductas de los humanos y esto no les permite identificarlos como sujetos de riesgo para su supervivencia. En muchos casos incluso cambian su vocalización y repiten las palabras de las personas con las que vivieron.

El mayor problema de que las loras generen este vínculo con los seres humanos es que les impide retomar su vida silvestre porque que pierden la capacidad de defenderse por sí solas, de identificar a sus predadores y/o reconocer y buscar su propio alimento.

“Por más que las personas consideren que en cautiverio las loras tienen una jaula limpia y amplia, estas no son las condiciones adecuadas para la vida de un animal silvestre. Es importante recordar que el sano desempeño de estas aves se desarrolla en libertad y en sus lugares de origen en donde, además, ellas cumplen un rol importante para la vida de los ecosistemas”, explicó María Camila Cardona, bióloga del Centro de Fauna Silvestre del IDPYBA.

 

Un programa de enriquecimiento ambiental para lograr una rehabilitación integral

En lo corrido de 2020 han ingresado al Centro de Fauna Silvestre cerca de 73 loras, de las familias: Amazona Amazónica, Amazona Autumnalis, Amazona Farinosa y Amazona Ochrocephala.

A través del programa de enriquecimiento ambiental del Centro de Fauna Silvestre, un equipo de profesionales como las biólogas Johana Izquierdo y María Camila Cardona, realizan toda clase de actividades para estimular los comportamientos naturales de las aves.

Se valen de dispositivos de audio para emitir sonidos de águilas, que son aves predadoras, para que las loras identifiquen este sonido y en este caso los profesionales evalúan sus comportamientos. El ideal es que las aves logren reconocer estos sonidos como amenaza y se comporten de tal manera para defender su vida.

También utilizan cuerdas para ubicar el alimento en las partes altas y estimular el vuelo de las aves, cubren cilindros de cartón con miel y mixturas de semillas o distribuyen pedazos de corteza de árboles para que las loras puedan limar de manera natural sus picos y garras.

Imagen de las biólogas preparando las mixturas de semillas para las aves.
De izquierda a derecha: las biólogas María Camila Cardona y Johanna Izquierdo preparan rollos de mixtura de semillas para estimular a las aves.

“El reto más grande para recuperar a las aves es ejercitar su musculatura pectoral debido a que está totalmente atrofiada. Dependiendo de estas terapias y la evolución de las loras es que vemos si las aves logran alcanzar la altura necesaria para alimentarse como lo hacen en la copa de los árboles en su hábitat natural. Recuperar su plumaje también es un proceso que lleva tiempo porque no forzamos la muda, sino que esperamos a que las aves lo realicen de manera natural”, agregó la bióloga Johana Izquierdo.

Imagen de una lora alimentándose de vegetales
Esta lorita aprovecha del alimento que le proveen durante su proceso de rehabilitación.

Finalmente, las biólogas del Centro de Fauna Silvestre concluyen que ninguna condición de cautiverio reemplaza la vida natural de las especies silvestres y que la mejor manera de cuidar la fauna es respetarla, dejarla libre en sus lugares de origen y cuidar los ecosistemas en los que habitan.

De igual manera, el Instituto de Protección y Bienestar Animal hace un llamado a la ciudadanía para que se abstengan de retener a las especies silvestres en condición de mascotas y que por el contrario, se conviertan en agentes de cambio y denuncien estos casos y el tráfico ilegal a los números de teléfono: 3174276828, 3188277733, 3183651787, o 3187125560.