Como parte de su compromiso con la sostenibilidad territorial y la gestión ambiental responsable, la Corporación Autónoma Regional de Cundinamarca (CAR), en alianza con el Instituto de Estudios Urbanos (IEU) de la Universidad Nacional de Colombia, continúan avanzando en la formulación de una metodología técnica para la definición de umbrales máximos de suburbanización y densidades máximas en suelos suburbanos de Cundinamarca.
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Esta herramienta está diseñada como un insumo clave para fortalecer la capacidad de los municipios al momento de modificar o revisar sus Planes, Planes Básicos y Esquemas de Ordenamiento Territorial, (POT, PBOT y EOT), respectivamente, brindándoles criterios técnicos y ambientales claros para orientar el ordenamiento del suelo rural suburbano, garantizar una ocupación del territorio armónica y prevenir los impactos negativos de la urbanización desmedida.
El proceso, que inició con una revisión conceptual y normativa sobre la suburbanización y su impacto ambiental, continuó con un diagnóstico exhaustivo de variables como la ocupación del suelo, infraestructura de servicios públicos, riesgos naturales y presiones de urbanización, entre otras. Esta caracterización permitió reconocer la variabilidad del fenómeno en las distintas zonas del territorio CAR y entender sus dinámicas.
“Un elemento fundamental de este proceso fue la estrategia de participación y articulación territorial representada en múltiples espacios de encuentro y retroalimentación con alcaldías, oficinas de planeación municipal, actores del sector privado, organizaciones sociales y académicas, así como representantes de los Consejos Territoriales de Planeación”, explicó Yoagen Díaz Fontecha, director de Ordenamiento Ambiental de la CAR.
Como se recuerda, entre marzo y junio de 2025, se llevaron a cabo tres eventos de socialización subregional: en Zipaquirá (8 de marzo), Villeta (22 de mayo) y Bogotá (5 de junio), donde se discutieron los avances metodológicos y se presentaron los principales hallazgos del diagnóstico. Estos espacios permitieron validar técnicamente las propuestas y recoger insumos fundamentales para su ajuste.
A ello se sumaron tres mesas técnicas participativas organizadas en Chía, Girardot y La Mesa. En estos encuentros se debatieron casos concretos, se identificaron retos locales y se ajustaron los lineamientos técnicos con base en la experiencia territorial y el conocimiento de las autoridades municipales.
“Esta propuesta metodológica representa un hito en la gobernanza ambiental del territorio al permitir la definición de umbrales máximos de suburbanización y densidades en suelo suburbano”, agregó Díaz Fontecha, al tiempo que explicó que con este ejercicio se promueve un ordenamiento territorial más coherente con las capacidades reales de los ecosistemas, se previenen conflictos por uso del suelo y se fomenta la equidad en el acceso a servicios, espacio público y calidad de vida.
La CAR reitera su disposición para acompañar a los municipios en la aplicación de esta metodología en el marco de la modificación o revisión de sus instrumentos de ordenamiento para la construcción de territorios más resilientes, sostenibles y en equilibrio con la naturaleza.
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