Don Adolfo Páez, 'el profe', es un reconocido y veterano ajedrecista que siempre está en la carrera Séptima con calle 19, en donde llegan niños, jóvenes, adultos y viejos, hombres y mujeres, que le apuestan a la pasión de jugar ajedrez.
Y es que justo allí don Adolfo logró dar rienda suelta a uno de sus grandes sueños: entretener a cientos de bogotanos que transitan por esta importante vía de la capital y que quieren hacer un alto en sus vidas, reuniéndose con personas que no conocen y que con el pasar de los días terminan siendo amigos o grandes contendores del juego.
A pesar de que ha jugado toda su vida, Páez llegó a este lugar hace cerca de 8 años, cuando el Distrito a través del Instituto para la Economía Social (IPES) le otorgó la oportunidad de trabajar en uno de los módulos donde vende dulces, gaseosas, chicles y minutos.
“Yo quería era montar una escuela de ajedrez en un salón, ya que yo tenía ese proyecto con los vendedores ambulantes”, cuenta.
Cualquier persona creería que Adolfo gana mucha plata con las mesas de ajedrez porque permanecen llenas de jugadores, rodeadas de ciudadanos que observan durante horas enteras el arte del 'jaque mate'. Sin embargo, asegura que apenas saca lo del almuerzo, y es que realmente quienes llegan allí juegan y pagan lo que consideren, desde una moneda de 200 hasta mil o 2 mil pesos.
“Si la persona quiere colaborar puede hacerlo con un billete de 100 mil pesos, si quieren...es voluntario o ¡de 500 euros!”, dice sarcásticamente mientras se ríe.
“Antes no eran mesas, eran tablas, y la gente se sentaba donde quisiera, luego compré mesas, y ahora tengo 4, donde se sientan de a 6 jugadores”, aseguró.
Una de la peores luchas que tiene que librar Adolfo tiene que ver con la seguridad, pues a diario le roban desde las mesas, las sillas y las fichas de ajedrez.
El profe se preocupa mucho en que los jugadores sepan mover con inteligencia los alfiles, las torres y las damas en el tablero de ajedrez, por ello además de comercializar 'mecato' vende en su puesto libros fotocopiados para que los bogotanos que se inician en el ajedrez puedan de una manera económica aprender desde los trucos más simples hasta las jugadas más difíciles.
“El ajedrez se divide en tres partes. Apertura, mediojuego y finales”, exclamó.
“Todos los días se aprende, aquí hay personas que llegan diciendo que saben mucho y cuando se sientan se dan cuenta que no saben nada, el que viene aprende, acá hay el libro de capa blanca, el de Kasparov, La Pasión del Ajedrez, o presto cd's para que las personas aprendan”, señaló.
No solo se ha convertido en el gurú del ajedrez sino que además en el transcurso diario ha logrado aprender inglés, gracias a que tiene que tratar con turistas que llegan a diario a su negocio de ajedrez.
Páez dice que uno de sus grandes sueños es poder ser patrocinado para lograr llegar a participar en grandes torneos internacionales de ajedrez.
Twitter: @ServiCiudadano
Facebook: Alcaldía Mayor de Bogotá
El vendedor de dulces que alquila mesas de ajedrez en la Séptima
11·MAYO·2016
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Juego de ajedrez carera Séptima - Foto: Prensa Alcaldía Mayor de Bogotá / Libian Barreto