Valentina Judex Cardenas y Jorge Trujillo Reyes fueron los ganadores de las categorías juvenil y adultos, respectivamente, del concurso 'Bogotá en 100 palabras' en su quinta edición. Con los relatos ¡Un minuto de silencio por favor! y Trapos al aire, lograron atrapar a los jurados de la V edición.
Por un lado, Valentina tiene 17 años, nació en Bogotá y ha vivido en la capital desde entonces. Siempre le han gustado las historias y los cuentos. "Me gustaba mucho imaginar los personajes y los espacios en mi mente, escribí cuentos en primaria y mis maestros me decían que no dejará de escribir sin embargo por alguna razón lo deje hasta que encontré este concurso", aseguró.
Por su parte, Jorge nació hace 38 años en un lugar apartado del departamento del Meta. Lo bautizaron con el nombre de su padre: Jorge. De allá se vino junto a su familia, huyendo de la violencia, cuando apenas era un niño. Eso fue a comienzos de los noventa. Desde entonces ha vivido en Bogotá.
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"A lo largo de este tiempo he habitado en muchas localidades, sobre todo en las del sur. Actualmente vivo en Bosa, en el bario San Bernardino. Hace casi seis años que vivo aquí. Me había ido, pero volví. El sur es un buen vividero. Aquí la ciudad está viva, es cruda y violenta, y los arriendos son baratos. Qué más se puede pedir", afirmó Jorge Trujillo.
A continuación te compartimos una fotografía de los ganadores del concurso en las categorías Juvenil y Adulto.
En entrevista con Portal Bogotá Valentina y Jorge nos contaron como fue su incursión en la literatura, como conocieron el concurso 'Bogotá en 100 palabras' y que se siente haber sido el ganador entre miles de participantes.
Portal Bogotá: ¿Desde qué año empezaron a escribir?, ¿Cuál fue esa motivación o inspiración?
Valentina: Cuando estaba en segundo de primaria recuerdo muy bien que nos pedían inventar historias y me llenaba de una emoción muy grande a la hora de crear un cuento, creo que mi inspiración venía simplemente de lo que vivía día tras día y como sería si fuera extraordinario pues creaba relatos muy locos de algo inusual.
Jorge: Empecé a escribir hace poco, casi finalizando la carrera en la universidad, no hará más de seis años. Si hay algo que lamento mucho es lo lejos que estuve de la literatura; lo lejos que estuve de la lectura, para ser más específico. Los libros llegaron a mi vida tal vez demasiado tarde.
P.B: ¿Qué fue lo más difícil y lo más apasionante al momento de empezar a escribir?
V: Deje de escribir hace mucho tiempo así que volver a escribir causo bastante temor en mi ya que no sabía que tan buena era realmente sin embargo fue emocionante retarme para ver qué tal me iba escribiendo después de tanto tiempo.
J: Escribir es muy difícil, es algo que nadie enseña, es caer y levantarse, fracasar y volver a fracasar; fracasar hoy y mañana y pasado mañana y siempre. Una página buena, un párrafo que valga la pena, un segundo de genialidad, puede que nunca lleguen. Escribir es algo muy parecido al masoquismo: Sabes que no vas a vivir de esto. Imposible. A menos que seas un genio, y esas cosas no se dan con mucha frecuencia, surge uno cada cien años, dicen las estadísticas.
La literatura es algo que cada vez le importa a menos gente. No se puede vivir de esto en los tiempos de los celulares inteligentes y los carros que se manejan solos. ¿Entonces por qué escribimos? ¿Para qué? Respuesta: Para forjar el carácter y hacernos duros y expiar nuestros pecados y flagelarnos innecesariamente y dárnoslas de interesantes.
A continuación, te compartimos el relato de Valentina.
P.B: ¿Cómo conocieron el concurso 'Bogotá en 100 palabras'?
V: Fue muy extraña la manera en que me enteré del concurso pues un día en mi tiempo libre tenía ganas de concursar en algo, así que me dirigí a la página de la secretaria a ver si depronto encontraba algo y fue cuando ví el concurso y averigüe profundamente sobre el, leí todo lo que pude del concurso y cuando estuve empapada de el, me sentí preparada para arriesgarme a concursar.
J: No recuerdo cómo fue que supe del concurso. Creo que ya antes había leído muchos de los cuentos de Santiago en 100 palabras. Cuando supe que también lo iban a hacer en Bogotá me pareció excelente y pensé en concursar.
A continuación te compartimos el relato de Jorge.
P.B: ¿Qué piensan de estos concursos de la Secretaría de Cultura?
V: Me parece extraordinario que existan estos concursos pues incentivan a las personas a entrar en el mundo de la literatura, los impulsa a arriesgarse y poner a prueba sus habilidades.
J: El concurso me parece excelente, como ya dije. Una oportunidad valiosa para que la gente se acerque a la literatura y al ejercicio creativo sin atender las limitaciones propias de un relato más extenso. Cualquiera puede concursar. No se necesita conocer las estructuras de la prosa o dominar el lenguaje literario o estructurar un tiempo narrativo complejo y desarrollar personajes tridimensionales. Este concurso es para todo el mundo, para el que quiera participar, sin distingo de formación académica, edad o procedencia.
A continuación, te compartimos el relato de Valentina, ¡Un minuto de silencio por favor!.
Valentina Judex Cárdenas de la localidad de Kennedy nos lee '¡Un minuto de silencio por favor!', relato ganador en la categoría juvenil de #BogotáEn100Palabras.@Bogota@CamLibro@idartes@BibloRedBogota@Educacionbogota@Alcaldiakennedypic.twitter.com/YXxClLRIea
— Secretaría de Cultura de Bogotá (@CulturaenBta) January 27, 2022
P.B: ¿Qué se siente ser el ganador en la Categoría Adultos y Juvenil, respectivamente, de más de 9 mil relatos participantes?
V: Es una sensación única saber que tu relato causo una sensación diferente a los demás relatos y solo por el hecho de haber dicho lo que sientes, es grato saber que tu punto de vista es la cruda verdad para los demás,te llevas una sorpresa al ver que al parecer tienes dotes en la escritura y no estabas por enterada lo cual te llena de orgullo y todo esto gracias por tomar una iniciativa y arriesgarte a expresarte. Te sientes plenamente orgulloso.
J: Felicito a los organizadores por haber decidido premiar a un ganador por cada categoría. Era más que necesario. Haber ganado el concurso me alegra profundamente. Pienso que es algo que no merezco. Seguramente había cientos de relatos mejores que el mío, pero los azares de la literatura, y la generosidad de los jurados, hicieron que se inclinaran por el mío, cosa que les agradezco.