En el puente de la calle 80 con la avenida Boyacá se inauguró el Museo por la Vida, una iniciativa que vincula el arte urbano con la memoria, ofreciendo un nuevo escenario en la ciudad para reconocer a las víctimas de la violencia; esta vez los líderes sociales, jóvenes víctimas de la Fuerza Pública y firmantes de la paz, que han sido asesinados en los últimos meses.
Este proyecto artístico de museo al aire libre, cuyo nombre es ‘Todas las vidas valen’, surgió de una alianza entre la Alta Consejería para las Víctimas junto con la Fundación Trípido: Diego Felipe Becerra Lizarazo; unión que vinculó a 26 colectivos artísticos dedicados a las expresiones urbanas: Hard, ISCO, Real Arte Social, Mr Jeres, Alejaskandy, Sueña, DJ Lu, Done, Blank, Neve, Tass, Creza, Toxicómano, Lola, Trust, Yorkoner, Joems 777, Jordie, Ajna, Cuack, Rodar, Mada, Mr Garek, Arcano, Los 90s y Lakse.
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No hay paz y reconciliación sin verdad
La memoria y la verdad son elementos esenciales para la reconciliación y por eso este museo representa la tragedia de la violencia en el posconflicto después de la firma del Acuerdo de Paz con la guerrilla de las FARC, muros que reflejan el dolor de las familias de las víctimas y de los líderes, lideresas y firmantes de la paz que sobreviven bajo la amenaza permanente de las armas:
“Este es un dolor que no podemos olvidar. La paz y la reconciliación, sin verdad, sin justicia, sin reparación integral, no es concebible”, señaló el alto consejero para los derechos de las víctimas, Vladimir Rodríguez Valencia, quien a su vez agregó que “en Bogotá no podemos asumir una actitud pasiva a la hora de exigir respuestas que nos permitan aclarar y entender para qué y por qué sucedió. No podemos ser inferiores a este momento histórico”.
Por su parte, Gustavo Trejos, director de la Fundación Trípido: Diego Felipe Becerra, explicó que la iniciativa “tiene como finalidad resignificar la memoria de todas aquellas personas que han sido asesinadas en el país por diferentes razones: desde el Estado, la Fuerza Pública hasta por los grupos armados al margen de la ley. Es una iniciativa única en Colombia, que nos ayuda a no olvidar a aquellos a los que les fue arrebatada la vida de forma violenta en un país como el nuestro”.
En su propósito de convertirse en epicentro de paz y reconciliación, Bogotá avanza hacia la implementación de los acuerdos pactados entre el Gobierno y las FARC en La Habana. Por eso, la capital reconoce el impacto del conflicto armado en su territorio y propende la protección de las víctimas para su recuperación tras los embates de la guerra.