Bogotá, mi Ciudad, mi Casa te presenta la exposición “Ningún lugar a donde ir”, hasta el 11 de enero de 2026, en la Galería Santa Fe, un proyecto de la agrupación artística conformada por las hermanas Azul y Lindy Márquez, nominadas al XIII Premio Luis Caballero, el reconocimiento más importante al arte contemporáneo en Colombia. Portal Bogotá habló con una de las artistas, quien nos contó sobre la inspiración de su obra.
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“Ningún lugar a donde ir” aborda la tragedia dela ciudad de Armero, ocurrida hace 40 años, desde una mirada íntima, poética y profundamente humana que invita a conectar la memoria con la emoción y la reflexión. Es una obra creada especialmente para la Galería Santa Fe y concebida como un gesto conmemorativo que propone revisitar la tragedia desde la esperanza.
Sobre Azul y Lindy Márquez y su obra “Ningún lugar a donde ir”
Portal Bogotá habló con Lindy Márquez,quien junto a su hermana Azul es creadora de la obra. En la entrevista compartió detalles sobre su trayectoria y el proceso creativo. La artista, radicada en Medellín, junto con su hermana y con un trabajo ampliamente reconocido en esa ciudad, expresó su expectativa por presentar por primera vez en Bogotá un proyecto de esta magnitud en la Galería Santa Fe.
Una mirada íntima a la tragedia de Armero
La exposición se inauguró el 13 de noviembre, fecha simbólica de la catástrofe, con un recorrido que integra imágenes, sonidos y gestos poéticos para reconstruir la memoria de las víctimas y sobrevivientes.
Sobre la obra Lindy Márquez comenta: ´Ningún Lugar a Dónde Ir´ es un proyecto que nace a partir de un vínculo fraterno con esta tragedia, ya que mi hermana y yo nacimos el día en que la tragedia sucedió, a miles de kilómetros de ahí, pero el solo hecho de pensar que nosotros nacimos y muchos murieron marcó toda nuestra vida y eso hizo que pensáramos en todas aquellas víctimas como parte de nosotras también.
Entonces, esta exposición lo que quiere es conmemorar este hecho, pero a partir de un recuerdo, no el recuerdo que ya todos conocen, que en la televisión muestran imágenes, en la radio de los acontecimientos que cuentan y recuentan, sino a partir de un recuerdo futuro, que es la traducción precisamente de ese pasado.
La artista menciona que el proyecto rinde homenaje a los más de 500 niños desaparecidos, cuyas historias permanecen en el recuerdo de sus familias y en la memoria colectiva del país.
Lindy comenta que con su obra muestran que su búsqueda que se vuelve también un acto de memoria y esperanza:
“Pensar en alguien perdido y buscarlo sin descanso es una angustia indescriptible. Por eso, al acompañar a los padres que aún buscan a sus hijos -a veces sin más que un nombre- nuestra propuesta artística intenta evocar a esos niños, traerlos al presente al nombrarlos y permitir que el espectador participe en ese acto. Convertimos la pérdida en un gesto de esperanza, creando un recuerdo nuevo que no existe en los archivos, para transformar la memoria colectiva y acompañar la búsqueda de los más de 500 niños de Armero.”
Arte audiovisual e instalación para reconstruir el recuerdo
Ningún lugar a donde ir combina la potencia del arte audiovisual con la sensibilidad de la instalación, permitiendo que los visitantes experimenten un encuentro directo con la historia y la emoción. La obra plantea un diálogo entre pasado y presente, pérdida y homenaje, dolor y memoria, transformando la tragedia de Armero en una oportunidad de reflexión colectiva sobre la vulnerabilidad humana, la solidaridad y la capacidad de reconstruir la vida desde el recuerdo.
Sobre lo que desean generar con la obra Lindy menciona: “Nuestro mayor aprendizaje ha sido comprender el sentido profundo de la hermandad. Desde nuestro nacimiento, cuando una de nosotras pudo morir y nuestra madre pidió que viviéramos —o partiéramos— juntas, entendimos que no somos seres individuales, sino que estamos enlazados con otros.
Reconocer el dolor y la memoria ajena nos revela lo vulnerable, lo fuerte y lo amoroso de la humanidad, especialmente en un contexto donde se olvida lo humano. Con nuestra propuesta buscamos que las personas recuerden no solo a quienes ya no están, sino también que ellas mismas son humanas, y que en esa humanidad hay vulnerabilidad, fe y amor.”
Un espacio para la contemplación y el aprendizaje
Con esta propuesta, Azul y Lindy Márquez convierten la Galería Santa Fe en un espacio de contemplación, aprendizaje y empatía cultural, donde el arte se presenta como un vehículo para honrar la memoria histórica y comprender su lugar en la vida contemporánea. La artista comenta que la exposición invita a mirar, escuchar y sentir, guiando al público por un viaje que recuerda a las víctimas y celebra la fuerza de la memoria como acto de amor y resistencia:
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Este contenido fue creado a partir de la información proporcionada y difundida por el Instituto Distrital de las Artes (Idartes) https://www.idartes.gov.co/es . El artículo fue curado por un o una periodista del Portal Bogotá. Si tienes alguna sugerencia, observación o necesitas más información sobre la nota publicada, puedes hacerlo a través de los canales de atención a la ciudadanía de la entidad mencionada o en Bogotá te Escucha: https://bogota.gov.co/sdqs/.








