“Sumercé” es una palabra coloquial usada corrientemente por los campesinos de la región central del país especialmente de Boyacá y Cundinamarca para dirigirse a las otras personas en las conversaciones cotidianas en lugar de usar el “usted”. Y precisamente es el nombre que la Región Administrativa y de Planeación Especial (RAP-E) ha elegido para identificar el Sistemade Información de la región central.
‘Sumercé - Su mercado De la Región Central’, nació como una iniciativa para organizar y recopilar la información del abastecimiento alimentario por medio de una herramienta tecnológica con el objetivo de promover el bienestar y el desarrollo económico de los productores de la región central. Allí se consignan estrategias, programas y proyectos con un horizonte al 2030.
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“El nombre Sumercé evoca las raíces de la región central conformada por Bogotá, Cundinamarca, Tolima, Huila, Meta y Boyacá; es una región sin duda con una vocación productiva”, comenta Sandra Milena Beltrán, coordinadora del Eje de Seguridad Alimentaria y Desarrollo Rural de la RAP-E.
La región central se creó en el año 2014 con el fin de mejorar la calidad de vida de sus habitantes y de construir la competitividad de sus territorios. Pero no fue sino hasta el 2019 que el Sistema de Información nace como el primer producto del plan de abastecimiento de la región terminándose de estructurar en el 2020.
Este sistema de información tiene una gran importancia porque los datos de otros sistemas de información en la región no están actualizados. “No existe una fuente de información en el país que esté al día en la consolidación de la producción agropecuaria de Colombia y especialmente de la región central. Por esta razón se identificó la necesidad de comenzar a construir un sistema de información”, afirma Fernando Flórez, gerente de la RAP-E.
“Los otros sistemas de información que hay en el país solo trabajan por aparte la demanda y la oferta. Nosotros la hemos consolidado en un solo sistema, no solo trabajamos la oferta y la demanda, sino todo el tema de logística y facilitamos la comercialización a través de las distintas redes bancarias”, añade Flórez.
Este sistema de información brindará a los productores, campesinos y otros actores del abastecimiento de alimentos, datos confiables, actualizados y en tiempo real, además de servir para el diseño de programas y proyectos, tanto locales como regionales.
¿Qué ventajas tiene el sistema de información ‘Sumercé’?
El objetivo de este sistema es consolidar un repositorio de información para análisis de toda la información que se vaya a recopilar en los 336 municipios de la región central.
'Sumercé' ofrece cifras actuales de lo que se ha sembrado y de lo que se va a cosechar en el próximo semestre. De esta manera, los campesinos podrán saber cuánta papa sembrar, por ejemplo. “Si se estabiliza la producción de los alimentos, el campesino no se va a perder sus inversiones por efecto de los precios”, dice Flórez.
Teniendo un sistema de información conectado con la oferta (el que siembra y sus organizaciones), con el que consume (tiendas de barrio, los medianos supermercados y las grandes superficies), con la demanda que tiene el Estado y el plan alimentario, ‘Sumercé’ estaría eliminando el problema de la intermediación de los productos que en algunos casos alcanza hasta 10 intermediarios o comerciantes.
Los intermediarios son los que fijan los precios de los productos en detrimento de los campesinos. “Si se logra bajar esa intermediación la rentabilidad para el campo va a ser mayor”, afirma el gerente de la RAP-E.
El sistema también tiene una serie de incentivos. Habrá ruedas de negocios y capacitaciones certificadas con el SENA para los campesinos, consumidores y productores. También se les darán códigos de barra a los productos de quienes estén interesados.
Beneficios de ‘Sumercé’ para Bogotá
Vale la pena aclarar que el sector agro de la región central es uno de los más importantes que tiene Colombia. Juntos, abastecen el 26% de la producción diaria de alimentos del país y entre sus metas con ‘Sumercé’, es lograr incrementar ese suministro y ser el mayor proveedor de alimentos en el país.
La población rural de Bogotá es pequeña; en estos momentos hay aproximadamente 8.000 habitantes en el sector rural quienes producen en un año lo que Bogotá consume en día y medio. Es decir, no alcanza al 2% de lo que consume Bogotá.
Aunque Bogotá no es un gran productor agrícola, es en donde funciona el canal de comercialización de la región central y es el mayor demandante de productos. Según Sandra Milena Beltrán, coordinadora del Eje de Seguridad Alimentaria y Desarrollo Rural de la RAP-E, “A diario ingresan cerca de 8.000 toneladas de alimentos en fresco de los cuales el 86% vienen de los territorios de la región central”.
Por su parte, Fernando Flórez, gerente de la RAP-E, dice que “El 18% restantes, o son productos importados o son productos que vienen de los otros departamentos”.
Bogotá es muy dependiente de los demás territorios. Pero hay que tener en cuenta que la mayor producción de Bogotá está representada en la papa y las hortalizas, cultivadas en las zonas rurales altas de la ciudad como Usme y Sumapaz. En el plan de desarrollo de Bogotá se contempla la reconversión de esos territorios para que produzcan agua y así se pueda abastecer a Bogotá con productos de los demás departamentos.
Lo que se prevé a futuro es que la población campesina disminuya, debido a que la mayoría de los cultivadores son mayores de 50 años. Es una amenaza latente para Bogotá que es el primer demandante de productos agrícolas de la región.
El plan de abastecimiento de la región central está estipulado para diez años, es decir, hasta el año 2030. Debido al aumento de la población de Bogotá se deberán tomar decisiones prontas y oportunas para hacer del campo más productivo y poder así abastecer satisfactoriamente el consumo de productos agrícolas.
Así mismo, Bogotá es el principal núcleo de concentración demográfica que hay en la región central, además de ser el mercado potencial más importante junto con las otras capitales. Solo Bogotá representa el 55% del consumo de alimentos que diariamente se hacen en la región.
Según Flórez, “si no se toman medidas vamos a tener los mismos problemas que tienen otras ciudades del mundo, que hoy, reunidos en el pacto de Milán, están tomando decisiones para mirar cómo se pueden abastecer de alimentos”.
Por su parte, Beltrán afirma que “para nosotros como región es muy importante articular de manera adecuada la oferta de productos de alimentos que ingresan a Bogotá de una manera más eficiente, actualmente se hace, pero la idea es que ingresen de manera eficaz para que esas falencias en el sistema se puedan redistribuir a lo largo de la cadena”.
Precisamente, esas ineficiencias en la cadena de abastecimiento en Bogotá, le cuesta a los capitalinos $3.8 billones de pesos anuales según la RAP-E. Estamos hablando de cuánto cuesta que los productos tengan ocho o diez intermediarios, por ejemplo, que los productos no generen valor agregado, que los fletes viajen con el 48% de su carga, que los productores no estén asociados para transportar los productos, o que estos vengan con empaques inadecuados. “Es por eso que con ‘Sumercé’ queremos que los productores de Bogotá ganen mejor y el consumidor no pague tanto”, afirma Beltrán.
Cuando ‘Sumercé’ comience a funcionar definitivamente, una de las ventajas para Bogotá es que la capital tendrá una información en tiempo real y una apuesta progresiva por la transformación digital de la zona rural del agro de la cadena de abastecimiento.
Reconocimiento internacional
‘Sumercé’ y su instrumento de planificación regional, es el primero en Colombia y en América latina. La FAO lo reconoció internacionalmente y ha estado brindando un acompañamiento técnico junto con la Cámara de Comercio de Bogotá y así mismo, trabaja de manera articulada con la Secretaría Distrital de Desarrollo Económico.
Aunque en el momento ‘Sumercé’ se encuentra en un plan piloto inicial en los territorios de la región central, finamente, el sistema se va a lanzar el primer viernes de junio del presente año en la celebración del día del campesino y en abril de 2022 entrará en vigor definitivamente.