Han pasado más de 200 años desde que se firmó el Acta de la Revolución el 20 de julio de 1810.
Era un viernes, día en el que más asistía la gente a la plaza para hacer mercado.
A las 11:30 de la mañana un grupo de criollos liderado por Antonio Morales y su padre Francisco Morales, fueron donde el señor José González, en lo que hoy se conoce como una de las esquinas de la Plaza de Bolívar, a pedirle prestado el florero que marcaría la historia de la independencia de la nación.