El profe Roland, como lo llaman sus estudiantes, es un apasionado por la docencia que ha descubierto en el campo educativo una de sus mayores inspiraciones, las cuales lo llevaron a formarse como profesional en el área, convirtiéndose en un docente sordo que ha descubierto que no existen las discapacidades cuando el amor y la pasión por lo que haces es una prioridad.
El amor de Roland por brindar conocimientos a los demás, le dio una herramienta fundamental en su vida profesional, la cual ha utilizado para la construcción de lo que él llama "Un puente de comunicación entre sus alumnos", enseñando en un mismo salón lengua de señas, a estudiantes sordos y oyentes, rompiendo las barreras comunicativas y generando una amplia relación entre los estudiantes del aula clase.
Roland Quintero creció con una discapacidad auditiva, siendo el único miembro sordo en su familia, pero esto no fue un impedimento en su vida, todo lo contrario, para él fue una oportunidad que le ha permitido demostrar que tiene las mismas capacidades, como cualquier otra persona, para cumplir sus metas personales. Su familia ha sido uno de sus principales motores, pues le han brindado un apoyo incondicional en todos los momentos importantes de su vida y en sus proyectos.
Contenidos relacionados
Roland, que nació en Neiva, desde que era un niño fue testigo de las barreras comunicacionales que hay en los entornos escolares, puesto que en esa época no encontró muchas opciones para su vida académica. A raíz de esta situación, supo que tenía que cambiar lo que en su momento vivió; por eso se dedicó a buscar un lugar en el que pudiera formarse como docente y, a futuro, poder crear espacios educativos que le permitieran compartir sus conocimientos con personas sordas y oyentes.
“Siempre me preguntaba qué me gustaría ser y descubrí que yo deseaba ser Licenciado en Matemáticas. Estando en la escuela superior de Neiva decidí formarme como docente normalista y, luego de obtener mi formación como normalista, me enamoré completamente de la educación” asegura Roland Quintero, a través de un intérprete de lengua de señas.
Al convertirse en docente normalista, su pasión por la educación fue creciendo y le permitió descubrir un camino maravilloso que lo llevó a graduarse como Licenciado en Matemáticas. Una profesión que le ha dado la fortuna de poder formar, enseñar y compartir con sus estudiantes que el relacionamiento social tiene distintas caras. .
“Me gusta mucho poder fomentar ese proceso comunicativo que ayuda a romper esa barrera entre sordos y oyentes [...] Con las experiencias que he tenido he adquirido el amor por enseñar y el amor por la docencia. He aprendido a amar esta labor”, afirma Quintero.
Salón 301: Clase de inclusión con el profesor Roland Quintero
Con el despertador marcando las 4:30 a.m. Roland se levanta para comenzar sus días laborales: se arregla, organiza sus libros, sale de su casa y está, a las 6:00 a.m., en su lugar de trabajo: el colegio República de Panamá.
Su jornada escolar empieza en su salón: el 301, el cual resalta dentro de las aulas del República de Panamá, pues Roland se ha encargado de adornar las paredes del salón con mensajes de bienvenida para todos sus estudiantes, quienes saben que al llegar se van a encontrar con el rostro sonriente del profe, que los espera con ansias en su clase de lengua de señas.
El colegio se ha convertido en un espacio que le ha abierto las puertas a Roland para que él enseñe lengua de señas a las y los estudiantes de bachillerato, que a diario llegan al aula de clases saludando al profe por medio de señas, un gesto que lo enorgullece porque siente que su trabajo está dando grandes frutos.
“Me he sentido muy contento en el colegio República de Panamá por la orientación que me dan; me parece un espacio muy agradable donde podemos compartir con los docentes y estudiantes. Yo me siento integrado con el equipo de profesores, algo que no pasaba en otras instituciones”, afirma Roland.
Las mañanas de Roland, se convirtieron en espacios de felicidad que comparte junto a sus estudiantes, como se puede ver en la siguiente foto, en la que todos están aplaudiendo en lengua de señas:
Desde hace más de 19 años, Roland ha ejercido su profesión como docente, brindándole a sus estudiantes clases didácticas, pedagógicas y divertidas. Su trayectoria lo ha llevado a trabajar en diversas instituciones tanto públicas como privadas, fomentando un aprendizaje mutuo en materias como: matemáticas, física, cálculo, trigonometría y actualmente lengua de señas.
Cada una de las materias que ha enseñado le han permitido seguir creciendo en su campo profesional y han dejado en sus estudiantes, desde primaria hasta bachillerato, vivencias imborrables.
“Lo que más me gusta es que los chicos [estudiantes no oyentes] no se sienten excluidos cuando, por ejemplo, en las otras clases se les habla a todos y ellos están a su lado”, comenta Beicker Martínez, estudiante del colegio República de Panamá.
La educación inclusiva crece en las aulas escolares de Bogotá
Roland hace parte del grupo de los nueve docentes sordos que dictan lengua de señas en colegios del Distrito en Bogotá, beneficiando a más de 400 estudiantes con discapacidad auditiva que reciben estas clases, en las que construyen una interacción asertiva entre pares (estudiantes oyentes y estudiantes sordos).
Una sonrisa es lo que nace en el rostro de Roland cada vez que ve que todo su trabajo en pro de la comunidad sorda y educativa ha tenido grandes frutos, se siente orgulloso cuando sus estudiantes lo saludan, interactúan con él y se interesan por siempre estar presentes en sus clases.
El profe asegura que seguirá trabajando por la comunidad educativa y por sus estudiantes, para que sigan ampliando sus conocimientos en lengua de señas, abriéndole así nuevos caminos a la comunicación entre todas y todos, sin exclusión.
“Es muy necesario y ojalá más instituciones educativas, más colegios, abran esta materia de Lengua de Señas Colombiana. Es muy importante porque uno puede tener un hijo que nazca sordo y vas a necesitar saber lengua de señas, además para fomentar el diseño universal de aprendizaje es necesario mantener los puentes de comunicación que generan la verdadera inclusión”, finaliza el profe Roland.
