Diciembre 09 de 2013
No va a ser fácil este discurso, espero que estas palabras que quiero decirles a ustedes salgan fácilmente, sé que aquí están los pobres de la tierra, como decía el poeta, las trabajadoras, los trabajadores, la mujer, las juventudes, los discriminados, sé que aquí me acompaña por quienes quisimos gobernar, por quienes nos hemos arriesgado, por lo que lo vale todo, por lo que puede cambiar la historia, quiero que ustedes sean consientes, cada uno de ustedes, cada una de ustedes que empezamos a vivir días de historia. Esto no es una manifestación más, no es que pasarán unas horas que nos verán ir, que dirán, ya salieron a gritar a la Plaza de Bolívar, pero se cansarán, dirán que sus cálculos politiqueros podrán vencer de nuevo como siempre lo han hecho en la historia de Colombia, el ansia de la paz, de la democracia de la libertad de nuestro pueblo, yo no soy quién en realidad, quizás por los avatares de la historia misma, un muchacho humilde que decidió leer libros y libros y en los libros encontrar palabras de rebeldía y levantarme contra lo que consideraba injusto.
Cuando era joven, lanzaron dos mensajes de violencia que atravesaron mi memoria, mi corazón, un 11 de septiembre el golpe de Estado contra Allende, 1973, y un 19 de abril de 1970 un fraude electoral contra el voto popular en Colombia. Desde ese entonces en los libros iba leyendo lo que era la oligarquía colombiana, una oligarquía sectaria, atrasada, feudal, dogmática pero asesina, en su corazón no ha sido posible hablar el lenguaje de la paz, el lenguaje del entendimiento, creen que con la trampa, creen que con el engaño, creen que con el juego sucio pueden manipular la historia de Colombia. Fui aprendiendo que este tipo de élites que gobiernan este país eran capaces de matar por su codicia, que no habían entendido lo que significaba la palabra democracia, que antaño unos jóvenes rebeldes, Nariño, Santander, Caldas, Camilo Torres, Bolívar, nos habían enseñado. Al principio fue en los libros, leí la historia de Gaitán que fue alcalde de Bogotá, que destituyeron y luego asesinaron, traté de entender lo que había detrás de eso, dieron la orden oscuros en los palacios jugando al póker, dieron la orden de disparar con los tanques de guerra sobre ese palacio y asesinar a todos los que estaban dentro, dieron la orden de asesinar al candidato presidencial Luis Carlos Calán, dieron la orden de asesinar al candidato presidencial Bernardo Jaramillo, y dieron la orden de asesinar a nuestro comandante candidato presidencial Carlos Pizarro.
No habían pasado, 4 meses de la firma de nuestro acuerdo de paz y asesinaron al hombre joven que podía ganar la presidencia de la República, al comandante, al jefe de la paz, a Pizarro, desataron el genocidio 140 palacios de justicia en toda Colombia, descuartizando y masacrando campesinos, 200 mil en los últimos 10 años y aún así, aún así Aída (Abella), a ti que te dispararon un rokect, porque te querían despedazar en la autopista norte, querían acallarte, acallar a tu partido, acallar a tu movimiento, mataron miles y miles de miembros de la Unión Patriótica, no podían resistir la diferencia, y aún así yo soy el alcalde Mayor de Bogotá, y como jefe constitucional de la Policía Nacional les ordeno dejar pasar a la gente que quiera…
Esta historia, esta historia es indispensable contarla porque aquí también nos acompaña el hombre que recogió los restos asesinados de Pizarro, que nos dijo en un momento muy difícil recuerdo yo, jovencito que era, como muchos de nosotros, tuvo la tranquilidad suficiente para decirle a Colombia, a pesar de que el fascismo, narcotraficante y su poder político nos asesinan a Pizarro, en nosotros está la generación de la Paz, está la posibilidad de la paz.
Este pueblo inmenso colombiano no quiere la guerra, no quiere la violencia, está cansado de enterrar mártires, héroes, gente humilde, no quiere más escuchar a los que nos convocan, para que nuestros hijos se unten de sangre, este pueblo se merece el futuro, eso nos decía el hombre que aquí nos acompaña: Navarro Wolf.
No sabían, pasaron por el pelotón de fusilamiento como decía Gabriel García Márquez y sin embargo de alguna manera mágica, como mágica es América Latina, surgió entre las piedras la victoria electoral que nos hizo mayoría en la Asamblea Nacional Constituyente, del cual fue presidente (Navarro), pasaron unos meses apenas de que brindaban en los cócteles por la muerte de Pizarro, y sin embargo tuvieron que aguantarse el que nosotros, la generación de la paz, hiciera la Constitución que aún hoy está vigente.
¿Cuál es entonces nuestro camino hoy? Cuando el fascismo quiere volver a despedazarnos, ¿hay alguna diferencia, Aída, pregunto yo, entre quienes dieron las órdenes para fusilar a miles y miles de militantes democráticos y quienes dan la orden hoy para quitarnos los derechos políticos?
¿Qué le puede decir el procurador hoy al mundo?, ¿Que porque oró frente a la Virgen María, a la cual yo respeto, le consagró el que le hubiera podido quitar los derechos políticos a lo que él denomina un comunista ateo? O al contrario tiene que decirle al mundo que él continuó con la tarea, hoy a través y manipulando la norma, y rompiendo la Constitución, y rompiendo el Estado de Derecho, y rompiendo la Carta Democrática de la OEA y el Pacto de Derechos Civiles y Democráticos, que le ha quitado los derechos políticos, los derechos fundamentales a ejercer, a votar y a ser elegido a quién denunció el paramilitarismo, a quien denunció el cartel de la contratación por medio del cual, unos cuantos empresarios corruptos, empresarios del poder y de la muerte, habían decidido quedarse con los dineros públicos de todos los bogotanos.
El procurador tiene que decirle al mundo que él es el continuador en una de sus formas de lucha, de la misma lucha de quienes levantaron las sierras eléctricas, de quienes quisieron extinguir la diferencia en Colombia, la diversidad y la democracia, por eso, haciendo una reflexión, ¿cuál es nuestra actitud hoy? Pues recuerdo Antonio (Navarro) sus palabras ante Pizarro muerto en su tumba: Nosotros somos la generación de la paz, no nos vamos a dejar arrebatar de nuevo la esperanza de la paz y la democracia, no vamos a caer en sus trampas, nos quieren llevar a la violencia y no señores, los violentos son ellos, los tristes son ellos, nosotros somos la alegría, nosotros somos la paz y la democracia. Alegres pero firmes, por eso debemos ser conscientes de lo que empieza hoy en la Plaza de Bolívar de Bogotá. Aquí empieza una movilización popular, este es el primer día de muchos, hoy nos vemos muchos, pues seremos más.
Creyeron que calculando la decisión arbitraria, cercana la Navidad, el pueblo no iba a salir a las calles.
Cómo será, cómo será la conciencia de la arbitrariedad que han cometido, que temerosos del pueblo, temerosos de la democracia una vez hicieron su rueda de prensa anunciando la ingrata noticia, desocuparon y evacuaron la Procuraduría General de la Nación, la hicieron rodear de fusiles y tanques. Miren qué diferencia, miren qué diferencia, mientras allá está el vacío lúgubre de los pasillos de la Procuraduría, mientras sólo se pueden defender a punta de fusiles, aquí estamos nosotros, aquí estamos nosotros sin una sola arma rodeados de los del pueblo. La diferencia es que allá son conscientes de lo que hicieron, allá para que Uribe pudiera subrayar su amistad con con Pacho Santos, entonces armaron la trapisonda, destituyamos a Petro que nada pasa, y ponemos a Pacho Santos en la Alcaldía... ¡ay Uribe, como si se pudiera borrar al pueblo!
Aquí comienza un movimiento popular. Esta Plaza de Bolívar tiene que ser el comienzo de muchas Plazas de Bolívar en todos los pueblos de Colombia.
Con mucha tranquilidad, con mucha alegría, pacíficamente, el Alcalde Mayor de Bogotá convoca a toda la ciudadanía de Colombia a expresarse en las plazas de Bolívar para convertirlas en la prosa de la democracia, en las prosas de la Paz.
Quiero, que los indígenas salgan con sus cabildos, quiero que el movimiento agrario salga a abrazar a la Bogotá Humana, quiero que los trabajadores y las trabajadoras de Colombia organizados o no, constituyan los comités de defensa de la Bogotá Humana que son los mismos comités de defensa de la paz y la democracia, quiero que las juventudes animalistas, las que saben qué significa matar entre aplausos y alegrías un toro, quiero que las juventudes ambientalistas que saben que es más importante un árbol que un bolardo, que es más importante un humedal que una losa de cemento, quiero que todas las juventudes de Colombia, que saben que es más importante el cerebro que el cemento, el libro que el tanque de guerra, se reúnan en las plazas de Colombia y produzcamos el movimiento que sea capaz de detener a los enemigos de la Paz.
Lo que tenemos que detener es un fascismo, no es este el único caso en el mundo, muchos fascismos se han detenido en el mundo bajo la consigna de no pasarán, le tocó a Bogotá ser el inicio de este movimiento de los indignados de Colombia, le tocó a Bogotá ser la vanguardia de quienes decimos basta a la trampa, de quienes decimos basta al asesinato, de quienes decimos que aquí en Colombia debe reinar la paz y la democracia el entendimiento y el diálogo, que el Presidente de la República lo sepa, él es el que tiene que decidir en última instancia, él es el que tiene que decidir si avala la decisión del Procurador o es capaz, ante la ruptura de la Constitución, de impedir su orden arbitraria, ahora sabremos si el Presidente de la República está con la paz o simplemente con su reelección.
Que América Latina, el pueblo latinoamericano que es diversidad, ha sido capaz de decirle al mundo su dignidad, su soberanía que hoy Bogotá se levanta indignada esperando la solidaridad latinoamericana, y como somos un movimiento internacional de solidaridad con la Bogotá Humana para que aquí el fascismo se detenga.
Quieren acabar con la Bogotá humana porque quieren acabar con la democracia en América Latina. Que lo sepan en La Habana. Que lo sepan en La Habana, el mensaje, el mensaje que quiere dar el Procurador no es solamente la repetición vieja del discurso dogmático y sectario que elimina la diferencia, es también una trampa que quieren eliminando Bogotá Humana, es lanzar un mensaje de guerra sobre La Habana y aquí queremos decirlo con mucha claridad, los hombres que aquí estamos, que nos levantamos en armas, que no nos dejamos arrodillar ante la tortura y nos condujeron a la cárcel, Antonio que también como Aída, que nunca conoció un arma, pero Antonio qué le quitaron la pierna, su voz en uno de los tantos atentados, nosotros que nos levantamos en armas pero que firmamos la paz tres años antes que Nelson Mandela, parte del gobierno, las Farc en La Habana, que no retrocedan ante la paz, que lo que quieren hacer aquí es una trampa para impedir la paz de Colombia, qué quieren dejándonos a nosotros, los que formamos la paz, los que le cumplimos a Colombia con nuestra firma, los que dijimos que la palabra vale, que palabra que sí, los que hicimos la Constitución, y los que gobernamos estos dos años sin robarnos un peso, con la frente en alto, los que con el corazón decidimos política pública tras política pública sólo con el afán de favorecer a los humildes, de favorecer a los excluidos, de favorecer a los discriminados, nosotros les decimos a los guerrilleros de las Farc: ni se les ocurra bajar la bandera de la paz, la paz es la democracia, la paz es la justicia social y aquí estamos construyendo esta Bogotá, hoy vanguardia democrática de Colombia, cada uno de nosotros, cada una de nosotras, presente uno junto al otro, una junta a la otra, somos la cadena de afectos qué puede lograr verdaderamente la transformación de Colombia y la paz.
Yo voy hasta donde ustedes me digan, si vamos a ir a donde queremos, hacia la paz y la democracia, tenemos que saber lo que tenemos que hacer en estos días, esta es la Plaza Tahir de Colombia, aquí debe comenzar una revolución democrática y pacífica, una revolución de los corazones y de los cerebros, hemos convocado a América Latina y creemos que América Latina nos va a responder, creemos, a pesar de la opinión del fascismo, que la Bogotá Humana se va a quedar en este Palacio y en los barrios de Bogotá, pero quiero que me acompañen para enseñarle a Colombia, quiero que nos hagamos aquí un compromiso, no solamente nos vamos a ver hoy en una manifestación más en la Plaza de Bolívar, aquí ha de quedar un equipo, voluntarios y voluntarias haciendo vela democrática en la Plaza, aquí mañana tenemos que volver y pasado mañana, y después de pasado mañana, aquí cada vez más y más pueblo y multitud, aquí vamos a saber defender la dignidad de Colombia, aquí el alcalde se queda si ustedes se quedan.
Aquí se prenderá la antorcha simbólica de la democracia y esperaremos que las novenas navideñas en toda Colombia se den en las plazas alrededor de la antorcha democrática. Esperaremos aquí la decisión de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, esperaremos aquí la decisión de la Corte Constitucional, veremos si es cierto que es un ilícito en Colombia desprivatizar un servicio público, veremos si es cierto que el alcalde de Bogotá actuó irregularmente porque le quitó 500 mil millones de pesos que cuatro contratistas le robaban a los usuarios del aseo de Bogotá, veremos si es cierto que es pecado en Colombia el reciclaje y la separación en la fuente, veremos si es cierto que es una ruptura del orden constitucional remunerando a los humildes recicladores en vez de arrodillarse al poderoso contratista del aseo, veremos si es cierto que la alcaldesa de la derecha no cometió ninguna irregularidad cuando dejó once días a Madrid, España, con las basuras en la calle, pero si es irregularidad que el alcalde de la izquierda de Bogotá le haya resuelto a la ciudad en tres días el sistema del aseo de los operadores.
Quiero que seamos consientes del compromiso que estamos asumiendo, de Petro no saldrá jamás una convocatoria a la violencia, pero no esperen que permitamos que el voto popular y la democracia se arrodillen, no, yo creí en las buenas maneras, yo creí en los discursos, yo hasta por convicción propia voté por el Procurador para demostrar que la diferencia es posible en el Estado, pero no podemos ser ingenuos, ellos no nos tratan de la misma manera, ellos negocian con la democracia, ellos manipulan la Constitución.
Quiero que seamos consientes de la decisión que vamos a tomar, la decisión es convertir esta plaza en el gran ágora de la democracia en Colombia, cada una de ustedes, cada uno de ustedes, ahora dejaremos los voluntarios que quieran velar la democracia, pero cuando regresen a sus casas a sus barrios a sus lugares de trabajo organicen la rabia y la indignación, no dejen que se vaya a la violencia, díganles que vengan a la Plaza, que el Alcalde estará aquí para acompañarlos, que cada vez seamos más, que la población de Ciudad Bolívar, de Kennedy, de Engativá, de Suba, de Tunjuelito, que los niños y las niñas, los artistas, las artistas, las mujeres, los trabajadores, los necesitamos aquí, que este es el momento de cambiar la historia de Colombia, que aquí hay gente dispuesta a asumir el compromiso, que lo que nos emociona aquí no es un puesto, no es un salario, el salario se lo podemos regalar al Procurador.
No nos obnubilan las riquezas ni los palacios, lo que queremos defender aquí es la dignidad, lo que queremos defender aquí es el respeto que se merece el voto popular del 30 de octubre, lo que queremos defender aquí es el derecho a gobernar por parte de quienes son diferentes a la tradición política de Colombia, lo que queremos defender aquí es la Paz, así mismo yo no pertenezco a ningún partido político, he querido que Aída me acompañe, Navarro y mi familia porque quiero que sean testigos de que ésta persona que hoy es el Alcalde, pudo no serlo, está dispuesto a llegar hasta las últimas consecuencias que ustedes me digan, siempre por la paz y la democracia, vamos a comenzar el movimiento de los indignados de Colombia, que lo sepan en toda Colombia, nuestra historia comienza también por su propio pueblo definitivamente aquí y desde aquí, que la Bogotá Humana sea la excusa para construir una Colombia humana, democrática y pacífica.
Los espero mañana con más y más gente, los espero mañana con más fuerza, aquí nos mantendremos en la sede de Nariño y en la sede de Gaitán, aquí nos mantendremos si ustedes nos acompañan, aquí discutiremos si podemos de verdad construir nuestro inmediato futuro, nuestros hijos e hijas se merecen ese esfuerzo que hagamos, no por un puesto, por un país, por una patria, porque no vuelva a suceder lo de la Unión Patriótica, para que no vuelva a suceder lo de Pizarro, porque no nos vuelvan a conducir a las guerras infinitas civiles de Colombia, porque tenemos el derecho a la paz y ese derecho lo ejerceremos. Fascistas, oscuros fascistas no pasarán. Espero al comité que se quede en la Plaza de Bolívar, pueden quedarse todo el tiempo, los espero mañana a las cuatro de la tarde en la Plaza de Bolívar, la plaza de los indignados de Bogotá.
Palabras del alcalde Petro en defensa de Bogotá Humana en la Plaza de Bolívar
10·DIC·2013
Diciembre 09 de 2013
No va a ser fácil este discurso, espero que estas palabras que quiero decirles a ustedes salgan fácilmente, sé que aquí están lo...