Dolly y Rito, dos operarios de aseo que llevan más de 20 años limpiando Bogotá

Ella Dolly Tafur y Rito Cárdenas, operadores de aseo de Bogotá Foto: Ciudad Limpia
Dolly Tafur, es operaria de aseo, y Rito Cárdenas, limpiador de cestas públicas de Bogotá.
Publicado:
2
Oct
2022
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Con escoba, pala y cepillo, Dolly Tafur y Rito Cárdenas trabajan incansablemente para mantener muy limpias las calles de Bogotá. Llevan más de 20 años realizando diariamente el aseo de la ciudad, para que los ciudadanos puedan disfrutar y caminar en los espacios públicos limpios y procurando que tengan a disposición canecas para poder botar los residuos.

Dolly lleva 28 años vinculada a la UAESP, a través de Ciudad Limpia, operador de aseo de Bogotá, y se encarga de recorrer los barrios de Hayuelos y Modelia, en la localidad de Fontibón, barriendo y manteniendo el aseo en las calles y parques de estos sectores.

Oriunda de Guataquí, Cundinamarca, llegó a Bogotá cuando tenía 12 años y desde corta edad comenzó a trabajar para ayudar económicamente a sus papás por la falta de dinero en la casa. A los pocos años, y después de haber trabajado como potera, cargadora de papas, logró ubicarse laboralmente como operadora de aseo, trabajo con el que continúa sustentando a su familia.

Actualmente, labora en el horario de la tarde, de 11:30 a.m. a 8:00 p.m., barriendo con diligencia las áreas que tiene a cargo para que las calles queden muy limpias y sin basura, así como se muestra en la foto:

Dolly Tafur
Dolly se siente orgullosa por el servicio que presta a la comunidad. Foto: Ciudad Limpia

“Me siento muy orgullosa y contenta de realizar este trabajo, porque me da la oportunidad de prestar un servicio a la comunidad”, expresa feliz.

Rito, por otro lado, trabaja desde hace 27 años con la empresa, pero desde hace 14 se dedica a limpiar y arreglar las canecas públicas de las localidades de Kennedy y Fontibón. Con el trabajo de tantos años logró sacar adelante a su familia, dos hijos, una hija y esposa, quien también tuvo que ayudar económicamente para poder subsistir en mejores condiciones.

Rito se levanta muy temprano, pues debe estar en su trabajo a las 6:00 a.m. Empieza su jornada lavando las cestas o canecas en los sectores asignados; les cambia la bolsa, y si es necesario les cambia los pines dañados, las pinta si están deterioradas y las deja en perfecto estado para el uso de la ciudadanía. Es un trabajo que hace con esmero y corazón pues dice estar orgulloso por su labor.

“Cuando me hacen solicitudes para arreglar cestas me siento satisfecho de poder componerlas”, asegura Rito.

En el siguiente tuit, conoce el trabajo que Rito Cárdenas hace con las cestas públicas de Bogotá:

El trabajo de Rito puede parecer sencillo, pero realmente requiere de mucha paciencia y dedicación.

“Por ejemplo, me ha pasado que arreglo una cesta porque está vandalizada, y tiempo después tengo que volver porque otra vez está dañada”, dice Rito.

En la foto se ve el ejemplo de unas de las tantas cestas públicas que han sido vandalizadas en Bogotá y cómo, gracias a la labor de operadores como Rito, son devueltas a su estado normal:

cestas públicas
Solo en julio de 2022, fueron vandalizadas 4.972 cestas en Bogotá. Foto: Ciudad Limpia

De acuerdo con la UAESP, existen cerca de 100 mil cestas públicas ubicadas por toda la ciudad, y según cifras de Ciudad Limpia, a corte de julio de 2022, 31.102 han sido vandalizadas.

También, se encuentran muchas veces con personas descorteses y en situaciones molestas con los que Dolly y Rito tienen que lidiar a diario.

Dolly ha recibido malos tratos de algunos ciudadanos que la ven haciendo su trabajo. “En una ocasión me sucedió que, estaba recogiendo las colillas de un señor que estaba fumando y, de repente, las cogió y me las tiró a la cara”, cuenta Dolly riéndose, pero sorprendida por lo sucedido. “Hay que tomar las cosas con calma y tener paciencia con este tipo de personas”, agrega.

Pero no todas las personas actúan de una manera grosera con los operadores que limpian las calles; la mayoría de ciudadanos apoyan estas actividades y los tratan con respeto.  

“Mucha gente me dice comentarios lindos y me felicitan por mi trabajo. Me agradecen por prestar el servicio, por limpiar la ciudady me dicen que, si no fuera por nosotros, la ciudadanía mantendría en la suciedad”, afirma Dolly.

Los residuos, el gran problema en Bogotá

Algunos ciudadanos no están disponiendo adecuadamente los residuos. Lo que hacen es botarlos en las calles en vez de usar las canecas o cestas que hay en Bogotá. Esto genera acumulación de basura en el espacio público.

De acuerdo con la UAESP, diariamente se recogen entre 700 y 800 toneladas de residuos en puntos críticos de la ciudad, es decir, los que se forman por la mala disposición.

“Las personas no tienen conciencia, no entiendo por qué dejan las bolsas de basura al lado de la cesta desocupada o botan residuos al lado de ellas. Hay personas que se quejan echándole la culpa a las propias cestas del reguero en la ciudad y no se dan cuenta que es la misma ciudadanía la que ayuda al problema de residuos” agrega Rito desconcertado

Aquí un video de la UAESP donde se evidencia del mal uso de las cestas públicas en Bogotá:

Dolly también ayuda a desocupar las cestas, pero dice que, las personas prefieren arrojar sus residuos en las calles. “Por ejemplo, algunas personas que tienen perros no recogen las heces de sus animales dejándolas en parques y zonas vedes. Otras, comen y arrojan las envolturas al suelo teniendo la cesta a la vista”, dice un poco desconsolada.

El Distrito, por medio de su campaña ¡No sea mugre con Bogotá!, tiene como objetivo crear conciencia entre los bogotanos para que arrojen sus residuos en las cestas de basura y saquen sus bolsas de basura solo cuando pase el camión recolector.

Los ciudadanos pueden conocer los días y horas en las que pasa el camión recolector por sus barrios a través de la página de la UAESP, o por medio de la plataforma SIGAB.

Por último, la recomendación de Rito es que cuidemos las cestas y que las usemos sabiamente.

“No dañen las cestas- dice Rito- hagan buen uso de ellas y trátenlas bien para que podamos seguir ofreciéndoles un buen servicio”.

Dolly, invita a que pensemos en el trabajo que ellos desempeñan. “Pónganse en nuestros zapatos, nosotros estamos haciéndole un bien a Bogotá, no estamos dañando a nadie”, puntualiza.