"Día Mundial de las Manos Rojas" contra el reclutamiento de menores en la guerra

Manos Rojas por la no violencia contra los niños
Celebración del 'Día Mundial de las Manos Rojas': 12 de febrero
Publicado:
12
Feb
2021
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En el marco de la celebración, este 12 de febrero, del  “Día Mundial de las Manos Rojas” que lucha contra el uso y reclutamiento de niños, niñas y  adolescentes  en  la  guerra, las  organizaciones  sociales  y  entidades vinculadas llamaron  la  atención  sobre  la  situación de  violaciones  de  los  derechos de  la  niñez  y  la  adolescencia  en  Colombia

Al  conmemorar  19  años  de  la  entrada  en  vigor del Protocolo  facultativo  de  la Convención sobre los Derechos del Niño [y la Niña] relativo a la participación de niños en los conflictos armados(OPAC  por  sus  siglas  en  inglés), se evidencia la continuidad de  las afectaciones contra esta población por razones  del conflicto armado y violencias relacionadas en medio de la pandemia.

Aproximaciones a la realidad de niñas, niños y adolescentes en Colombia

El cierre de las instituciones educativas, la intensidad de las acciones de los diferentes grupos armados que operan en  el  país y  la  grave  crisis  humanitaria  por  la  que  atraviesa  la  población  en  general,  han  sido  el  escenario  de múltiples violaciones  de  derechos  humanos  e  infracciones  del  derecho  internacional  humanitario  contra  niñas, niños y adolescentes.

De acuerdo con los registros del Observatorio Niñez y Conflicto Armado de la Coalico, durante 2020 se presentaron por lo menos setenta y nueve eventos con afectaciones aproximadas a 222 niñas, niños y adolescentes que resultaron víctimas o en riesgo de serlo por causa del uso y reclutamiento por parte de los actores armados.

Niño con una pistola

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Estos hechos sucedieron a pesar que la Defensoría del Pueblo para el año pasado, había emitido un promedio de veintitrés alertas tempranas que daban cuenta de la persistencia del riesgo de reclutamiento y utilización de niñas, niños y adolescentes en zonas como: Antioquia, Caquetá, Cauca, Chocó, Meta, Nariño, Valle del Cauca y Putumayo.

Tampoco frenaron estos hechos violentos, el lanzamiento del gobierno nacional del Plan Nacional de  prevención del reclutamiento, a finales de julio, y de la implementación del programa “Súmate por mí”, liderado por la Consejería Presidencial para los  Derechos   Humanos  y   Asuntos   Internacionales,   en   ochenta y seis  municipios   priorizados   para   la   prevención del reclutamiento.

En este último caso, se espera que sea una oportunidad para que se identifiquen y fortalezcan las líneas  o  acciones  previstas  en  el  Plan  Nacional  y  en  los  planes  locales  de  prevención  de  estas  violaciones  y disminuyan  de  manera  efectiva el  riesgo  y  la  comisión  del  reclutamiento  y  utilización  de  niñas,  niños  y adolescentes por los diferentes actores armados.

De conformidad con los registros de la Oficina de la Alta Comisionada para los Derechos Humanos de las Naciones Unidas en 2020, por lo menos 24 niñas y niños fueron asesinados en las masacres perpetradas en el país por los grupos armados.

De  otra  parte, por lo menos 5 742 niñas, niños y adolescentes fueron víctimas el desplazamiento  forzado,  confinamiento,  así  como  la  denegación al acceso  humanitario en 45 eventos monitoreados, principalmente en los departamentos en Antioquia, Cauca, Chocó, Nariño y Valle del Cauca.

Se llama la atención de manera particular sobre las afectaciones de la naturaleza enunciada que victimizan a niñas, niños  y  adolescentes  de  las  comunidades  indígenas  y  afrodescendientes,  y se  reitera la  necesidad  de  tomar medidas especialmente  de  carácter  integral  y  muchas  veces  con  enfoque  comunitario  atendiendo  a  las particularidades de esta población para atender los riesgos que enfrentan evitando acciones con daño.

El  COVID-19  y  las  situaciones  de  confinamiento  limitan  la  respuesta  humanitaria  en  contextos  de  conflicto, aumentan los riesgos para la niñez tales como el reclutamiento, los eventos generados por minas y la violencia sexual, alrededor de las escuelas, afectando estos referentes en las comunidades como espacios seguros.

El temor por el uso de estos espacios por parte de actores no educativos, así como los daños a la infraestructura escolar, pueden evitar el retorno seguro a la escuela y postergar la interrupción del aprendizaje.

Con este complejo panorama, las organizaciones sociales señalan que  es perentorio  que  el  Estado  colombiano  reafirme  su  compromiso de  promover  todas  las  acciones  que  estén  a su alcance para proteger a la niñez y la adolescencia en Colombia de las consecuencias de la participación de esta población en el conflicto armado.

Finalmente, piden prevenir que estas situaciones sigan ocurriendo para contribuir a que cesen estas violaciones y se llegue a la no repetición de estas en el país.