Según la Organización Mundial de la Salud, el límite de velocidad recomendado en zonas residenciales, es decir, donde las personas y el tráfico se mezclan, es de 30 kilómetros por hora. Esta fue la premisa que las Naciones Unidas (ONU) promovieron en la Sexta Semana Mundial para la Seguridad Vial, adelantada en la tercera semana del mes de mayo de 2021.
En el marco de la celebración global, las autoridades del sector transporte y seguridad vial de Colombia, Bogotá y Cali, junto con la Organización Panamericana de la Salud (OPS), aliada de la Iniciativa Bloomberg para la Seguridad Vial Mundial; se unieron a la campaña ‘Calles para la vida’ que promueve las velocidades bajas en algunos segmentos viales para salvar vidas en el tránsito.
Bogotá ratificó la Declaración de Estocolmo de 2020, que surgió de la 'Tercera Conferencia Ministerial Mundial sobre Seguridad Vial: Alcanzar los objetivos mundiales para 2030', que propone "exigir una velocidad máxima de 30 km/h en zonas donde los usuarios vulnerables de la carretera y los vehículos se mezclan de forma frecuente y planificada, excepto cuando existan pruebas sólidas de que las velocidades más altas son seguras".
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La vida es la prioridad, los peatones tienen que ser protegidos por todos los actores viales y por eso es importante el control de la velocidad, pues reduciendo a 30 km/h en zonas residenciales, las posibilidades de que un incidente lleven a la muerte se reducen a un 10%.