Esta es la pregunta que muchos se hacen hoy en Bogotá, y para responderla hay que ir al estudio que se hizo en el año 2015 por exigencia del Gobierno Nacional y realizado por la firma SENER.
En este estudio se evaluaron criterios ambientales, impacto de obras, impacto urbano, experiencia del usuario, beneficios sociales, financieros y los riesgos que trae construir el metro elevado.
La suma del análisis de todos esos criterios concluyó que la tipología en viaducto o elevada es la más conveniente para Bogotá. La alternativa seleccionada es la que ofrece mayores beneficios y menores efectos negativos.
Contenidos relacionados
También le puede interesar: Un metro amigable con el medio ambiente
Gracias a los estudios geológicos realizados se hizo evidente el grave riesgo de construir bajo tierra.
Habría sido necesario abrir una zanja de más de 20 metros de profundidad desde la calle 50 hacia el norte, a todo lo ancho de las carreras 13 y 11 en las estaciones, con altos costos y riesgos de desestabilización de edificaciones, desecamiento e interrupción de redes de servicios públicos.
Por otra parte, el componente económico es fundamental. Estos son algunos de los hallazgos más importantes: