El doctor Pablo Vásquez Hoyos es médico pediatra, especialista en cuidado intensivo pediátrico y magíster en epidemiología clínica. Se ha desempeñado como jefe de cuidado intensivo pediátrico en el Hospital San José y como profesor universitario. Desde el inicio de la pandemia, a través de sus redes sociales, realizó seguimiento a las cifras de contagios en niños y niñas, así como a los casos que se presentaron de enfermedad grave por COVID-19 y la los índices de mortalidad.
En sus cuentas hay un registro contundente del bajo nivel de afectación que el coronavirus SARS-Cov-2 ha tenido en los niños y niñas, evidencia que sustenta con los datos de otros países para sostener que hoy los beneficios de volver a clases en los colegios son muy superiores a los de la educación virtual. Y sustenta que no hay que cuidar a los niños de otros niños, sino que los padres tienen que evitar el contagio del virus por ser ellos los principales transmisores.
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En esta entrevista para el Portal Bogotá, nos explica algunas razones para que los padres de familia asuman con mayor tranquilidad el retorno a los colegios.
Portal Bogotá: ¿Cuáles son los riesgos del regreso a clases?
Pablo Vásquez Hoyos: Cuando empezó la pandemia se descubrió que era un agente respiratorio viral y al principio se asumió, a partir del conocimiento previo, que los niños eran transmisores frecuentes de las infecciones virales, como sucede con las gripas y las escuelas. Por eso lo primero que se hizo fue cerrar los colegios, asumiendo que los niños eran una fuente poderosa de contagios.
En la medida en que conocimos el virus y vimos experiencias de todo el mundo, encontramos que a los niños les daba mucho más leve que a los adultos, el riesgo para su salud personal es infinitamente más bajo: mientras en los adultos puede llegar a morir el 1 % o 2 %, en los niños no alcanza a ser el 0,1 %.
En los últimos hallazgos también encontramos que los niños transmiten la enfermedad mucho menos que los adultos. En los menores de diez años el riesgo de que transmitan la enfermedad es la mitad de los adultos. También tienden a ser más asintomáticos y esto es importante porque las personas asintomáticas transmiten el virus mucho menos que las personas sintomáticas. Por lo tanto, tienen menos riesgo de desarrollar una enfermedad grave y menos riesgo de transmitirla.
PB: Pero entonces sí existen riesgos…
PVH: En medicina siempre hay que entender que el riesgo cero no existe. En los años anteriores, antes de que apareciera el COVID-19, las infecciones virales eran muy frecuentes entre los niños y había muchos muertos por año a causa de esas enfermedades. Comparado con otros virus, el riesgo para los niños con el coronavirus COVID-19 es menor.
PB: ¿Eso quiere decir que el coronavirus SARS-Cov-2 es mucho menos agresivo en los menores que otros que existen hace tiempo entre nosotros, como los adenovirus?
PVH: Correcto. Comparado con la mortalidad que causa el Virus Sincitial Respiratorio, que es la principal causa de infección en niños pequeños, llegan a morir muchos menos niños por coronavirus que por la enfermedad que éste causa. También aplica lo mismo comparando con la influenza o los adenovirus. Para ellos, este virus representa menos riesgo que los otros con los que ellos estaban acostumbrados a convivir.
PB: ¿Por qué este comportamiento tan extraño en un virus que causa enfermedad respiratoria, que es, por lo general, del tipo de patologías que más afectan a los menores de edad?
PVH: Hasta ahora no tenemos una respuesta muy clara. Estamos ante un comportamiento muy inusual de un virus y por eso ha sido tan difícil convencer a la gente de que los niños son menos susceptibles.
Una de las hipótesis más interesantes, desde el punto de vista biológico, tiene que ver con el receptor que atrae el virus hacia la célula: la angiotestina, una molécula que controla la tensión arterial y el volumen de líquidos en los riñones. La respuesta inmunológica del sistema inmune termina generando un exceso de inflamación. Se ha descubierto que los niños tienen cierta inmadurez inmunológica que evita que la reacción sea tan agresiva.
PB: Con cifras se ha demostrado que en la zona fronteriza con Venezuela se han presentado varios casos de COVID-19 grave en niños migrantes, que vienen de largas caminatas en zonas agrestes y con ciertos rasgos de desnutrición. ¿Qué explicación tiene esto?
PVH: Con muy poca frecuencia hemos visto casos de niños que desarrollan una enfermedad pulmonar grave, ese es un porcentaje muy pequeño de los casos.
Otro patrón es el Síndrome Inflamatorio Multisistémico asociado a COVID-19, una respuesta inmunológica exagerada posterior a la infección viral que se manifiesta con una disfunción cardiovascular con síntomas gastrointestinales y en la piel. Esta por fortuna tiene una muy buena respuesta a la vigilancia y al manejo.
En otro grupo de enfermedad están los pacientes susceptibles con varios tipos de comorbilidades: neurológicas, inmunológicas, las de origen renal, etc., a ellos cualquier tipo de enfermedad respiratoria podría llevarlos a hospitalización. En ese grupo podrían estar los niños migrantes: con grados severos de desnutrición, enfermedades respiratorias crónicas y otras vulnerabilidades.
PB: ¿Cómo se debería manejar el tema de los recintos en los colegios?
PVH: Se ha detectado que hay cuatro factores grandes que ayudan a disminuir la transmisión viral: el lavado de manos frecuente, el uso juicioso del tapabocas para niños de algunas edades, la distancia y la ventilación en los recintos cerrados.
En los niños menores de 10 años el riesgo de contagio es muy bajo, así que no hay que enloquecer si se acercan y juegan. Hay que mantener ventilación todo el tiempo y también usar los patios y zonas comunes. El hablar duro, cantar o gritar, hay que dejarlo para los espacios abiertos y con ventilación.
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PB: ¿Los niños se contagian en menor proporción del coronavirus SARS-Cov-2, o más bien este se expresa en ellos de manera asintomática y eso los convierte en vectores no ideales para la transmisión? ¿Cuál sería la mejor definición?
PVH: En principio son todas las anteriores. Los niños son menos transmisores, se requiere un contacto más prolongado con un niño para ser contagiado y el niño necesita también tener un contacto más prolongado con un adulto contagiado para recibir el virus. La mitad de los que reciban el virus serán asintomáticos; por lo tanto, tendrán menos posibilidad de transmitir el virus. Hay que hacerles seguimiento a todos los colegios.
En otras partes del mundo, donde han abierto los colegios, no hay grandes brotes. Lo que se ve son niños que se infectan por sus padres en sus casas, la fuente más grande de infección en los niños son sus hogares. Muchos temen que los niños vayan al colegio y les lleven el virus a la casa, lo que sucede es lo contrario. Esto lo evidencian estudios como uno sueco donde se evidenció que los profesores de preescolar se contagian mucho menos que personas de otros oficios.
PB: ¿Y los tapabocas para los niños en edad preescolar?
PVH: Creer que el uso de tapabocas en menores de cinco años va a ser efectivo es una mala estrategia de salud pública. Es mejor asumir que ellos no pueden usar tapabocas y no lo van a lograr hacer bien. De tal manera, las estrategias deben estar orientadas a la higiene de manos, el distanciamiento, la buena ventilación y tratar de que no griten en el salón de clases.
PB: ¿Por qué las vacunas no se les pueden aplicar a menores de 16 años hasta ahora?
PVH: Porque no se ha estudiado. Cuando se prueban medicamentos por primera vez, se trata de usar a la población menos vulnerable posible. Sin embargo, hay algunas farmacéuticas que están comenzando a hacer pruebas con menores. Lo mismo pasa con las mujeres gestantes.
PB: ¿Para la pediatría el regreso a clases debe ser prioridad o se debe aplazar?
PVH: Estamos preocupados por la realidad de los niños. Hemos hablado mucho de los riesgos de contagio, pero hemos olvidado todo lo positivo que tiene el colegio: tiene que ver con educación, nutrición, desarrollo, con disminuir la violencia intrafamiliar, con la vacunación.
La educación virtual tiene sus beneficios, pero lo que se ha ganado este año con esas herramientas no tiene el mismo valor que la educación tradicional. Desde hace ocho meses supimos que volver al colegio representa muchos más beneficios que riesgos, y por eso ahora se está comprendiendo que los niños deben ser una prioridad.
En este punto no hay razones de peso para impedir que los niños regresen al colegio, exceptuando unas situaciones específicas con comorbilidades de los niños o alguno de los familiares. La verdadera estrategia es hacer un capullo, no proteger a los niños de otros niños, sino que los adultos se cuiden para protegerlos a todos. Por eso también se deben vacunar.