No era bogotana. Margarita Villaquirá, mejor conocida como la ‘Loca Margarita’, era de Fusagasugá. Entre las décadas de 1920 y 1940 fue considerada uno de los personajes más representativos del Centro de Bogotá e incluso llegó a inspirar una canción, ‘La Loca Margarita’, una rumba criolla compuesta por Milciades Garavito.
¿Pero quién era ella? Respetada profesora y esposa de un general liberal, vivía holgadamente en Fusagasugá. Siempre se le reconoció como una asidua seguidora del Partido Liberal y del general Rafael Uribe Uribe.
Cuando sobrevino la Guerra de los Mil Días, Margarita no fue inmune a sus tragedias. No solo quedó viuda luego de que su esposo fuera abatido en la Batalla de Palonegro, ella misma fue prisionera, al igual que su hijo de 20 años. Pese a sus ruegos, el joven fue torturado y luego fusilado.
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Fue allí cuando decidió trasladarse a Bogotá para enterrar a su hijo en el Cementerio Central como los héroes de su adorado partido. Juró visitarlo todos los días y llenar su tumba de flores rojas, el color de su bandera política.
Su vocación de docente se vio reflejada en su deseo de ayudar a otros, por eso acogía en su humilde casa a prostitutas, habitantes de la calle y drogadictos. Les ofrecía un plato de comida y un baño caliente y además les enseñaba el catecismo. Al mismo tiempo, iba acercándose a la clase política bogotana, que siempre la apreció mucho.
Se creía que la ‘Loca Margarita’ podía predecir el futuro y eso se evidenció el día del asesinato de Rafael Uribe Uribe en plena Plaza de Bolívar. Tras ese hecho que vaticinó terminó de perder el sentido, el general prácticamente murió en sus brazos.
A partir de ahí empezó a desconfiar de los sacerdotes, de la monjas y hasta de los habitantes de calle que antes acogía. Se paraba en la mitad de la Plaza de Bolívar a gritar arengas, “¡Qué viva el Partido Liberal!” es una que le sobrevive hasta nuestros días.
Empezó a recorrer el centro de Bogotá, la Candelaria, las Cruces y San Victorino, entre otros sectores. Eso sí, impecablemente peinada y vestida de color rojo, por supuesto. Lo curioso era que siempre lo hacía descalza, a pesar de que en su casa quedaban guardados relucientes pares de zapatos rojos que le regalaban sus amigos liberales. También cargaba una especie de bolsa con las escrituras de su casa.
Llegó a ser muy cercana a mujeres de la alta sociedad bogotana, con ellas compartía tertulias, bizcochos y tazas de chocolate. En ese círculo se encontraba la entonces primera dama Lorencita Villegas de Santos.
Pero las señoras de alta alcurnia no fueron las únicas amigas de la ‘Loca Margarita’. Uno de sus compañeros más entrañables fue ‘El negro Chivas’, otro habitante del centro de Bogotá, oriundo del Chocó. Fueron tan cercanos que Margarita lo esperó en su lecho de enferma para poder despedirse de él.
A la ‘Loca Margarita’ se la llevó una neumonía a sus 82 años, a principios de 1942. En agradecimiento por su compromiso con la causa liberal, el Partido pagó su sepelio, sus restos yacen en el Cementerio Central, al igual que los de su hijo. Por muchos años, la tumba estuvo decorada con flores de intenso rojo.
Aunque han pasado 77 años desde su partida, el recuerdo de la ‘Loca Margarita’ no se apaga. Actualmente, el Canal Capital emite una miniserie que narra su vida creando un paralelo con una Margarita moderna, también maestra, viuda y madre de un hijo desaparecido.