31 de agosto: entérate más de los grafitis en Bogotá en el Día del arte urbano

Conmemoramos el Día del arte urbano en Bogotá recordando el legado de Diego Felipe Becerra, el joven grafitero asesinado en el años 2011.
Planes en Bogotá con Día del arte urbano este 31 de agosto

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El 19 de agosto de 2011 la vida de Diego Felipe Becerra, un joven artista urbano de 16 años, fue truncada por la violencia policial en Bogotá. Este hecho impactó a la comunidad artística y a la sociedad colombiana en general, y estableció un hito en la historia del arte urbano en la ciudad.

Cada 31 de agosto Bogotá conmemora el Día del arte urbano, una fecha que exalta el valor de estas manifestaciones artísticas para la identidad de la ciudad y que sirve para recordar a Diego Felipe y reflexionar sobre su legado y la lucha de su familia por la justicia.

Con esta publicación de la Secretaría Cultural de Bogotá inicia la conmemoración del Día del arte urbano en El Rincón de la Estancia, Ciudad Bolívar:

La llegada del grafiti a Bogotá

La llegada del grafiti a Bogotá

El grafiti en Bogotá comenzó a tomar forma en la década de 1970, influenciado por los movimientos de contracultura que se desarrollaban en todo el mundo. Las expresiones del grafiti moderno llegaron a Colombia inspiradas por las corrientes del hip hop en Nueva York y otras ciudades del mundo, donde el arte callejero se utilizaba como una forma de manifestación política y cultural.

En Bogotá, en sus inicios el grafiti se manifestó como una herramienta de protesta como respuesta a la situación política del país. Los primeros grafitis reflejaban el descontento social frente a la represión del Estado. Durante los años 80 y 90, la escena del grafiti en la capital colombiana se consolidó de la mano con la cultura hip hop y otras propuestas urbanas.

Este crecimiento fue impulsado por la llegada de la globalización y el acceso a nuevas tecnologías, que permitieron un intercambio cultural más amplio. En las primeras décadas del siglo XXI, el grafiti en Bogotá vivió un auge significativo, con el apoyo de iniciativas que buscaron reconocer y regular esta forma creativa y de expresión.

 La ciudad se convirtió en un referente del arte urbano en América Latina, con murales que transmitían mensajes poderosos sobre la realidad social, política y cultural del país.

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La Fundación Tripido

La Fundación Tripido

En honor a la memoria de su hijo, Gustavo Trejos y Liliana Lizarazo crearon la Fundación Tripido, una organización que se ha dedicado a apoyar a jóvenes artistas urbanos y a denunciar la violencia policial en Colombia. Esta iniciativa se ha convertido en un símbolo de lucha por los derechos humanos, promoviendo el arte urbano y sensibilizando a la sociedad sobre la importancia del respeto por la vida y la justicia.

"Lo más importante es creer en sus hijos, en cómo los educaron, con los valores que les inculcaron y defenderlos. Digo que a pesar de todo, aunque en este país hay injusticias y que no se puede confiar plenamente en las instituciones, porque estas se han corrompido bastante, siempre es fundamental creer en que se encontrará gente que realmente es buena, que trabajará por las cosas justas. No callar, porque creo que el miedo y el silencio son los que hacen que a veces uno no logre encontrar justicia," expresó Liliana Lizarazo, refiriéndose a la difícil lucha que han enfrentado desde la muerte de su hijo.

La Fundación Tripido ha trabajado para darles un espacio seguro y de apoyo a jóvenes artistas del espacio público, ofreciendo talleres, exposiciones y oportunidades para que muestren su trabajo. Además, ha desempeñado un papel importante en la denuncia de los abusos policiales, ayudando a visibilizar casos similares y ofreciendo apoyo a otras familias que han enfrentado situaciones de violencia institucional.

"La Fundación Tripido es nuestra forma de seguir adelante, de transformar el dolor en algo positivo. Queremos que los jóvenes sepan que no están solos, que tienen un lugar donde pueden expresarse y donde sus derechos serán defendidos. La memoria de Diego Felipe vive en cada uno de estos jóvenes que siguen luchando por su arte y por un país más justo," afirmó Gustavo Trejos.

Un legado vivo en las calles de Bogotá

Grafiti en Bogotá

El asesinato de Diego Felipe Becerra impulsó una revisión en las políticas relacionadas con el grafiti en Bogotá, y además inspiró a una nueva generación de artistas urbanos a utilizar su arte como herramienta de denuncia y memoria.

En 2013 se promulgó el Decreto 75, que reguló esa práctica en la ciudad, reconociendo su valor artístico y social. Este decreto marcó un cambio social en la percepción del grafiti en Bogotá, consolidando su lugar como una forma legítima de expresión en el espacio público.

En 2023, la Secretaría de Cultura, Recreación y Deporte (SCRD) lanzó la Beca de Celebración del Día del Arte Urbano en honor a Diego Felipe Becerra. Esta iniciativa, que tiene su segunda edición en 2024, busca fomentar la creación de intervenciones artísticas en el espacio público, celebrando el arte urbano como una herramienta para la reflexión social y la construcción de comunidad. La beca, que cuenta con un total de $150.000.000, se distribuye en tres categorías: Nuevos talentos, Artistas con experiencia y Arte en espacio público y memoria, adjudicando nueve estímulos económicos a las y los artistas seleccionados.

La lucha por la memoria y la libertad de expresión

Grafiti en Bogotá

Gustavo Trejos también ha expresado cómo la lucha por la justicia se ha convertido en un proceso de aprendizaje y transformación para su familia"Nosotros no éramos activistas, no sabíamos cómo enfrentar a las instituciones ni cómo exigir justicia. Pero el amor por nuestro hijo nos dio la fuerza para aprender, para luchar. Hoy cada paso que damos en esta lucha es un homenaje a Diego Felipe, a su memoria y a todo lo que él representa," comentó el padre del artista urbano en una entrevista en 2019.

La memoria de Diego Felipe Becerra vive en los muros de Bogotá, en las luchas de los jóvenes artistas urbanos y en las iniciativas que promueven los derechos humanos y la libertad de expresión. Cada grafiti que aparece en las calles de la ciudad es un recordatorio de que el arte urbano es también una forma de resistencia, de reivindicación y de memoria.

"El grafiti es nuestra voz, nuestra forma de decirle al mundo que existimos, que tenemos algo que decir. La muerte de Diego Felipe nos duele, pero también nos impulsa a seguir pintando, a seguir llenando las calles de color, porque eso es lo que él hubiera querido. No podemos dejar que su historia se olvide, porque al recordarlo recordamos también a quienes han sido silenciados" expresó un joven grafitero durante una manifestación en Bogotá en 2018.

Este caso es un hito en la historia de la capital. La muerte de este joven, aunque trágica y dolorosa, ha contribuido a gestar grandes cambios en la percepción y regulación del arte urbano en la ciudad.

La Fundación Tripido y el Día del arte urbano son testimonios de que su legado sigue vivo, inspirando a nuevas generaciones a luchar por sus derechos.

En cada trazo de grafiti, que llena de reflexión, color y arte las calles de Bogotá, la memoria de Diego Felipe Becerra está presente, recordándonos la importancia de luchar por la justicia y la libertad de expresión.

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