Arelis Salgado es beneficiaria del programa Mujeres que Reverdecen, liderado por la Secretaría de Ambiente, quien a continuación te comparte su historia y cómo acceder a esta oportunidad gratuita le ayudó a mejorar su calidad de vida. En el trino, ella comparte su testimonio:
Arelis Salgado, es una de las #MujeresQueReverdecen Bogotá. ♻️
— Secretaría de Ambiente (@Ambientebogota) July 25, 2023
Ella, con su negocio de venta de aceite de coco, encontró la forma de cuidar el planeta.
Por mujeres como Arelis, ¡Bogotá Reverdece! 🌳
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Arelis tiene 48 años y nació en María La Baja, Bolívar. Desde 2008 tuvo que llegar a Bogotá, ya que fue víctima de desplazamiento forzado. Creció con sus abuelos, porque sus padres, al separarse, tomaron la decisión de irse a otro país y abandonarla a ella y a sus otros seis hermanos.
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Sin embargo, recuerda su infancia al lado de sus abuelos fue una de las mejores épocas de su vida. Si bien los recursos no alcanzaban para que ella pudiera dormir en una cama confortable, sino en el suelo, nunca pasaron hambre. "Mis abuelos se dedicaban a la agricultura; sembrábamos yuca, plátano, arroz, de todo. Disfrutaba ayudarles a hacer bollos de mazorca. Ya ellos están descansando y yo solo tengo agradecimiento por todo lo que me dieron", recordó Arelis.
Las pruebas duras para Arelis comenzaron con sus hermanos. Tres de ellos murieron de manera trágica y repentina. De ahí en adelante, con el propósito de cambiar su vida, ella empezó conoció a alguien que andaba con la guerrilla. "Él me mostró, en ese momento, otro mundo y me dejé llevar y me fui a vivir con él, pero pasó lo peor", cuenta.
A sus 20 años, Arelis tuvo que sufrir el drama de huir de cualquier lugar porque este hombre sufría una persecución constante de los grupos armados con los que estuvo involucrado; aun así, Arelis soportó 15 años a su lado. "Teníamos que correr de un lado a otro; no teníamos nada. Cuando pensé que iba a tener una buena vida, no la tuve", recuerda.
Cuando regresó al pueblo donde vivía, un comandante de este grupo armado la obligó a irse de nuevo. "Me dijo que me daban un plazo de 24 horas o si no reclutaban a mis niños y me los quitaban". Finalmente, Arelis logró pedir una reubicación como desplazada en Bogotá. Una amiga de ella la acogió un par de semanas en su casa, junto con su pareja y sus cuatro hijos.
Estos primeros días en Bogotá fueron complejos para ella. Aunque vivía con el padre de sus hijos, ella sola debía buscar la manera de alimentarlos y sostener su hogar, ya que él tenía una fuerte adicción por el alcohol que, incluso, lo llevó a agredir a Arelis.
"Peleábamos constantemente y delante de los niños; a veces, mis hijos también interferían. Pusimos un bar como negocio, pero fue lo peor porque él era muy celoso y se enfurecía si otros hombres me miraban. Yo solo pensaba en trabajar y él solo tomaba y tomaba. Por eso, tiempo después nos separamos y yo me fui a Ciudad Bolívar a vivir con mis hijos", relata.
Con el respaldo de un proyecto de la Unidad para las Víctimas, Arelis también recibió las herramientas necesarias para administrar un puesto de comidas rápidas. Sin embargo, no logró recibir los recursos suficientes para sobrevivir. Su angustia cada día era más grande e, incluso, sus hijos también podían sentirla. "Por pasar tanto tiempo sin comer, mis hijos lloraban y traían cosas que tomaban de las tiendas sin permiso. Yo les decía: 'No hagan eso, solo pidan'".
Días después, una amiga llegó a su casa para darle una idea que, aunque no parecía muy prometedora para ella, terminó siendo su mejor opción para salir adelante y tener todo lo que tiene hoy. "Me dijo: 'hagamos aceite de coco para vender, que un amigo nos explica cómo se hace'. Y ahí fuimos. Hemos sobrevivido por eso", agregó.
Una motivación para soñar y emprender
Un día, Arelis salió de su casa y en la Alcaldía de Ciudad Bolívar vio una larga fila que llamó su atención. No pudo evitar su curiosidad y decidió hacerla para averiguar de qué se trataba.
Allí se dio cuenta de que había un programa llamado 'Mujeres que Reverdecen' que ayudaba a mujeres en condición de vulnerabilidad a salir adelante y a tener una nueva oportunidad de recibir ingresos económicos y atención integral, a cambio de aprender sobre el medioambiente y vivir experiencias diferentes mientras aportan a su cuidado.
Ella logró inscribirse a la primera y segunda fase de este programa de la Administración distrital. "Me sirvió de mucho porque en ese momento estábamos muy mal pensando cómo iba a pagar el arriendo. Este programa me quitó esa angustia", dice.
Durante estas dos fases, Arelis asegura que aprendió a sembrar y a cuidar su entorno. Al estar sumergida en la naturaleza, volvió a su infancia y recordó sus días en el campo, cuando vivía con sus abuelos. "Aprendí cosas muy bonitas; lo primero, a valorar a las personas y al trabajo que hacen".
Pero, sin duda, lo que más agradece Arelis es haber recibido el apoyo emocional que jamás encontró en otro lugar. Con 'Mujeres que Reverdecen' pudo recibir atención profesional de una psicóloga que aún la sigue acompañando y visitando dos o tres veces a la semana, a pesar de que ya finalizó sus dos etapas de este programa.
Lee la historia completa en www.ambientebogota.gov.co