Darnelly Yepes tiene una mirada serena, una sonrisa blanca y un rostro que, en general, no reflejan la vida intensa y sufrida que ha tenido desde que, siendo muy joven -menos de 15 años-, se volvió alcohólica y consumidora de marihuana y bazuco, entre otras drogas.
Después de muchos intentos de salir de ese infierno en que cayó, hoy está a un paso de terminar un proceso de recuperación exitoso gracias a la Comunidad de Vida El Rosario, del Distrito, -en Sasaima, Cundinamarca- a la que llegó hace unos meses y donde encontró el respaldo que no había tenido en ninguna otra institución.
‘’Es la primera vez que estoy sin consumir en 9 meses, porque en todos los procesos salía y consumía. Es la primera vez, en 45 años que tengo, que me encuentro totalmente limpia’’, asegura y agrega: ‘’Acá en Integración Social hay un programa donde le trabajan a uno todas las áreas que necesita restablecer, fortalecer; es un programa neutral donde lo tratan a uno como un ser humano, como una persona que vale’’.
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Aquí, una foto de Darnelly Yepes en la Comunidad de Vida El Rosario, en Sasaima, Cundinamarca.
Sentirse valorada la cambió
Ese sentirse apreciada y valorada ha sido uno de los factores más importantes en su recuperación como lo testifica la psicóloga de la Comunidad de Vida El Rosario, Jeimy Lorena Díaz: ‘’En este proceso lo que hemos hecho es que ella se visibilice como una mujer capaz, con las habilidades y potencialidades necesarias para lograr sus metas de vida y cumplir los sueños que tiene’’.
A continuación, un tuit con una de las actividades cumplidas en la Comunidad de Vida El Rosario.
Los y las participantes en proceso de superación de la vida en calle de la Comunidad de Vida El Rosario, celebran con creativos disfraces y actividades lúdicas este día de #Halloween. pic.twitter.com/F9qIGVxwxJ
— Secretaría Distrital de Integración Social (@integracionbta) November 1, 2022
Según cuenta Darnelly, fue por esa falta de cariño y de amor que, terminó arrodillada por las drogas y el alcohol, luego de ser dejada a su suerte por sus padres, en el barrio Olarte, en el sur profundo de Bogotá, donde nació en 1976. ‘’Mi mamá nos abandonó muy pequeños. Yo tenía 6 años y mis hermanos eran menores. Entonces mi abuela nos repartió sin papeles y sin nada’’.
Conoció las drogas por un tío suyo que era consumidor y desde entonces nunca se separó totalmente de ellas, a las que les sumó el consumo de alcohol, que siempre fue su tiquete para recaer una y otra vez durante más de 30 años.
Desde entonces recorrió un largo camino de vicisitudes que pusieron su corta vida patas arriba.
Perdió su primer hijo por una neumonía
A los 14 años quedó embarazada y tuvo un bebé que lamentablemente falleció a causa de una neumonía cuando tenía 4 meses. El entierro costó 500 mil pesos y lo pagó la señora donde estaba empleada, quien quiso cobrarle a Darnelly con los 30 mil pesos mensuales que ganaba. ‘’Me escapé, di vueltas por ahí y empecé a pagar un hotel en el centro de Bogotá. Ahí empecé a fumar cigarrillo para aprender a fumar marihuana y en ese hotel conocí el bazuco’’, se lamenta.
También allí conoció a un hombre con el que se fue a Cali, pero a los pocos días empezó a maltratarla, así que lo dejó y siguió con el consumo de bazuco, a la par que trabajaba y se pagaba una habitación. Entonces apareció en su vida otro hombre, con el que entabló una relación y del que solo supo que era casado cuando estaba a punto de dar a luz.
‘’Me vine a Bogotá a tener mi hija con mi abuela, pero ella fue una persona muy fría, muy dura, muy rencorosa. Yo trataba de acercarme a mi familia, pero nunca me mostraron amor, nunca quisieron tenerme cerca’’, comenta.
Tiempo después, producto de un abuso, tuvo otro hijo. ‘’Me interné en una fundación en Villavicencio. Ese embarazo lo rechacé hasta los 8 meses, no lo quería y mi plan era tenerlo y darlo en adopción’’, relata.
Aquí, una foto de Darnelly Yepes en la Comunidad de Vida El Rosario.
Inspirada por sus hijos rehizo su vida
Sin embargo, cambió de idea e inspirada por sus hijos se puso a trabajar fuerte, gracias a lo cual llegó hasta Yopal, Casanare, donde, con nuevo aire y ganas de salir adelante, alquiló una casa, terminó su bachillerato e inició estudios para hacerse profesional en contaduría.
Asimismo, montó una microempresa de arequipe, con la que le empezó a ir muy bien y tuvo varios empleados hasta cuando se cruzó con otro hombre que volvió a enlodar su floreciente camino.
De esa relación nació otro niño, que escribiría otra página de su vida con visos de tragedia, pues su padre abusó de él y hoy está pagando una larga condena porque ella lo denunció.
Recayó una y otra vez en las drogas y el alcohol
Darnelly volvió a recaer en las drogas y en el alcohol. ‘’Dejé el estudio; mi hija, que cuidaba a mis hijos, los entregó al ICBF, y me volví pedazos; me intenté quitarme la vida, estuve 5 días en el hospital, de donde salí a una clínica psiquiátrica y estuve recluida 3 meses”.
Son muchas más las vivencias difíciles que han marcado su vida en las calles y fuera de ellas; las mismas que la han fortalecido también para hoy estar donde está, dando la pelea para salir definitivamente de esa dependencia; inspirada otra vez por sus hijos, a los que quiere recuperar, y por un hombre -muy distinto a los demás- que conoció hace mucho tiempo y que reapareció en su camino.
‘’Cuento con mi pareja; una excelente persona, un excelente hombre; está firme, me ha apoyado, ha estado pendiente de mi proceso y pienso organizarme con él, formalmente’’, asegura ilusionada.
A continuación, una fotografía de Integración Social con una muestra de los trabajos en bisutería que hace Darnelly Yepes.
Darnelly es una emprendedora
Con el alma de empresaria que la acompaña, Darnelly tiene un emprendimiento en bisutería en la Comunidad de Vida de donde solo sale, los fines de semana para trabajar como parrillera en un restaurante en Sasaima.
‘’El objetivo es fortalecer los procesos de desarrollo personal de la población habitante de calle en busca de un proceso de inclusión, ya sea a nivel familiar, laboral, a nivel social para garantizar que salgan de la habitabilidad en calle y vuelvan a la productividad’’, cuenta Erney Díaz, el coordinador de la Comunidad de Vida El Rosario, quien también ha acompañado el proceso de Darnelly Yepes.
Aquí, un video de un festival de verano que se adelantó en la Comunidad de Vida El Rosario en el que participó Darnelly Yepes.
De acuerdo con la psicóloga Jeimy Díaz, ''cerrando duelos y los ciclos que todavía le generaban dolor y priorizando sus cosas, porque siempre pensaba en el beneficio de su familia o personas externas y nunca se puso en primer lugar'', Darnelly está muy cerca de lograr su objetivo de iniciar una nueva vida en la que ya tiene definidas sus metas a corto, mediano y largo plazo.
El 1 de febrero de 2023 iniciará su nueva vida
Será el 1 de febrero de 2023 cuando cumpla un año del proceso que, basado en el perdón y una autoestima fortalecida, la transformó totalmente y la empoderó para decirle definitivamente no a la droga y al alcohol que tanto daño le hicieron a su vida.
‘’Cuando me di la oportunidad en Integración Social, simplemente me dejé llevar por el proceso; me enamoré de mi proceso, de todas las experiencias que he tenido acá, de mi sobriedad y me enamoré de mí misma. Aquí aprendí a quererme, aprendí a darme valor como persona y con eso es más que suficiente para no volver a entrar’’, asegura muy convencida Darnelly Yepes, la nueva Darnelly Yepes.
Si estás interesado en conocer cómo iniciar un proceso de recuperación puedes comunicarte a la línea de habitante de calle 601 3206594 o dirigirte, en cada localidad, a la Subdirección Local de la Secretaría Distrital de Integración Social.