484 años de historia de Bogotá en salas del Museo de Bogotá ¡No te lo pierdas!

Historia de la capital vista desde un recorrido por el Museo de BogotáFoto: Museo de Bogotá
La Casa Siete Balcones alberga el Museo de Bogotá en la calle 10 # 3 – 61, localidad de La Candelaria..
Publicado:
3
Ago
2022
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A finales del siglo XVIII, en las frías noches santafereñas, se hizo común ver por sus escasas calles a cuatro hombres que avanzaban sosteniendo en sus manos unas lámparas portátiles hechas de sebo con tela untada de grasa de ganado, sobre un plato de aluminio. 

Ellos integraban el Cuerpo de Serenos de Santafé, que fue creado en 1788 por el entonces alcalde de segundo voto, Antonio Nariño, –el mismo Precursor de la Independencia de la Nueva Granada— una de cuyas obligaciones era brindar seguridad a los ciudadanos que se aventuraban, pasado el ocaso, a visitar los negocios que funcionaban en la calle Real del Comercio —carrera Séptima—o para ir a las chicherías, muy en boga por esa época.

Esos velones hacen parte de la colección de 317 objetos tridimensionales que hoy tiene el Museo de Bogotá en su sede de la Casa Siete Balcones (calle 10 # 3 – 61),  y que contiene una gran parte de la rica historia de la ciudad, desde su fundación el 6 de agosto de 1538 por don Gonzalo Jiménez de Quesada.

A continuación, una imagen en la que aparecen algunos velones que se usaban en la época.

Velones
Con velones como estos el Cuerpo de Serenos de Santafé recorría el centro de la ciudad. Foto: Portal Bogotá

Testimonios de la ciudad en el Museo de Bogotá

Como explicó a Portal Bogotá María José Echeverry, coordinadora de colecciones del museo, “En total son más de 22 mil piezas que incluyen una gran colección de fotografías —el 93% — que son un testimonio de la ciudad de Bogotá y los 317 objetos tridimensionales que evidencian la historia de los servicios públicos de la ciudad”.

A pesar de que la iniciativa de ‘Los Serenos de Nariño’, solo duró un año, fue retomada en 1856 por la Junta de Comercio y posteriormente por el cabildo de la ciudad, que la restableció en 1875 con el nombre de Cuerpo de alumbrados y serenos de Bogotá.

A este antecedente del servicio de alumbrado público, heredado de la España colonial para evitar los robos en los sectores burgueses, lo seguirían los faroles que se colgaban en unas cuerdas de esquina a esquina. “3 o 4 calles alumbradas y eso en forma muy deficiente puesto que, por ejemplo, en la calle Real que era la principal no había más que 6 faroles con una triste vela en cada uno”, reza un texto de la época escrito por Auguste Le Moyne en ‘Viaje y estancia en la Nueva Granada’.

Sillas de manos para transportar enfermos y otros

Otro antecedente curioso en materia de servicios públicos, en este caso el de transporte urbano, que llama la atención en el recorrido por la historia de Bogotá, es el de la silla de manos, una especie de confesionarios apoyados en dos listones que eran sujetados por los cargueros para, entre otras funciones, llevar a los enfermos a los hospitales o transportar a los más pudientes de la ciudad.

A continuación, la foto de un retablo exhibido en una de las salas del Museo de Bogotá donde se ve cómo era una silla de manos.

Sillal de manos
La silla de manos fue usada en Bogotá para transportar personas. Foto: Portal Bogotá

Así lo describe el escritor y político argentino Miguel Cané —autor de la frase ‘Bogotá es la Atenas suramericana’— en ‘Notas de viaje sobre Venezuela y Colombia': “A veces a lo lejos, alumbra y precede una silla de manos que oscila cadenciosa al andar de los hombres que la llevan. Es una señora que va a una fiesta”.

Tranvía de mulas

En este recorrido por la historia, ya más reciente de la ciudad, el turno es para el tranvía de mulas, también conocido como ‘tranvía de sangre’, por ser movido por animales, cuyos primeros coches fueron importados de Estados Unidos.

En 1884 se inaugura la primera ruta con una carrilera de una sola vía, entre el parque Santander (río San Francisco) y el ‘caserío de Chapinero’, ubicado a unos seis kilómetros del centro. “Al final del trayecto, en cada terminal, el espaldar de la silla giraba y las mulas eran pasadas al otro extremo del tranvía para empezar un nuevo recorrido en sentido contrario”, se puede leer en un texto ubicado en una de las salas del Museo de Bogotá donde reposa un tranvía original, que luce como nuevo luego de ser restaurado en 2003.

Encuentra aquí una fotografía del tranvía de mulas que se exhibe en el Museo de Bogotá.

Tranvía de mulas
El tranvía de mulas fue muy popular en la Bogotá en la primera mitad del siglo XX. Foto: Portal Bogotá

De esta manera Bogotá, que por entonces contaba con cerca de 96.000 habitantes, se convirtió en la primera ciudad colombiana en tener tranvía.

“De esa época a ahorita, me parecen muy interesante los avances, pero siempre los recuerdos de aquellas épocas son bastante bonitos y quisiera uno volver a esos tiempos, con sus antigüedades, su belleza, porque ya hoy todo es fibra de vidrio. En cambio, en ese tiempo era madera maciza, puro hierro, todo original”, dice Héctor Julio Salinas, un visitante boyacense que aprovecha para felicitar a Bogotá por su cumpleaños e invita a cuidar la ciudad “porque nos pertenece y es el refugio de todos los colombianos”. 

En materia de movilidad colectiva, entre otros, también están: el Ferrocarril de la Sabana que entra en funcionamiento del 20 de julio del 1889, e iba hasta Facatativá y luego a Girardot; los buses, que aparecieron en 1920, armados sobre chasises de camiones; el tranvía eléctrico, que murió con El Bogotazo de 1948; los trolebuses y sus famosas tirantas, que al lado de los buses  de la Empresa Distrital de Transporte Urbano, fueron liquidados el 15 de agosto de 1991, y finalmente el Transmilenio, que entró en operación el 18 de diciembre de 2000.

En 1942, el acalde Carlos Sainz de Santamaría propuso el metro el 1942 y la reserva de los terrenos en una franja paralela a los cerros. Casi 80 años después, el 17 de agosto de 2021, la alcaldesa de Bogotá, Claudia López, ponía en funcionamiento el patio taller de la Primera Línea del Metro.

Una bicicleta costaba igual que un piano

Otro hito en la movilidad en Bogotá es el de la bicicleta que según los investigadores habría llegado a la ciudad a finales del siglo XIX, en 1894, como un artículo de lujo importado de Europa y costaba lo mismo que un piano.

Mira a continuación, un retablo del Museo de Bogotá con la foto de una de las primeras bicicletas que hubo en la ciudad.

Primera bicicleta en Bogotá
En 1923 había 866 bicicletas en Bogotá. Foto: Portal Bogotá

Casi 30 años después, en 1923, ya había en la capital 866 bicicletas razón por la cual las clases altas habrían dejado de usarlas porque ya se habían popularizado demasiado. Una cifra que contrasta con las registradas por la última encuesta de movilidad del 2019: 1.535.640, cuando aún la pandemia de la COVID-19 no había disparado su uso.

En 1901 había 10 automóviles en Bogotá

Sobre la llegada del primer automóvil a la ciudad algunos historiadores señalan que fue en 1901 y que pudo ser un Cadillac, con motor de cilindro vertical, importado por el fotógrafo Ernesto Duperly.

Hacía finales de ese año ya habría 10 automotores en la ciudad. Otra cifra minúscula si se compara con los 2.626.905 registrados a comienzos de 2022.

Encuentra a continuación, un collage de imágenes de diferentes épocas de Bogotá en una de las salas del Museo  de Bogotá.

Collage Bogotá
El Museo de Bogotá tiene en sus 8 fondos fotográficos cerca de 22 mil fotos con la historia de Bogotá. Foto: Portal Bogotá

En materia de aseo y salud hay varias curiosidades de las que da cuenta la sala destinada por el Museo de Bogotá a esta área.

Lavado de cabeza una vez por semana

En su tesis para el doctorado de medicina y cirugía de la Universidad Nacional de 1924, Andelfo González recomendó sobre el lavado de la cabeza de los niños: “La cabeza y el cabello deben asearse por lo menos una vez cada semana. Para el lavado de la cabeza puede usarse el jabón de alicante o simplemente el bicarbonato que no altera el pelo, y limpia bien la grasa”.

El domingo era el día del baño

Para las últimas décadas del siglo 19 y las primeras del 20, los servicios públicos, como aseo de calles y suministro de agua, eran insuficientes por lo que se presentaban epidemias recurrentes, olores fétidos y acumulación de desperdicios que hacían parte del panorama de la ciudad.

De acuerdo con los registros de la época la mayoría de la población se limitaba escasamente a la limpieza diaria de las manos, la cara, el cuello y la boca, por lo que surgió el novedoso servicio de las casas de baño, unos lugares a los que algunos bogotanos asistían cada 8 o 15 días para tomar un baño completo. En 1886 existían 9 baños en Bogotá.

Encuentra aquí, una imagen del Museo de Bogotá con la historia de la expresión ¡A quejarse al mono de la pila!

El mono de la pila
La expresión 'A quejarse al mono de la pila' fue muy popular en Bogotá. Foto: Portal Bogotá

“A quejarse al mono de la pila”

Los primeros acueductos de la ciudad de Santafé, de acuerdo con los registros del Museo de Bogotá, eran construcciones artesanales que desviaban agua de los ríos hasta pilas o fuentes. La fuente conocida como el Mono de la Pila se construyó en la Plaza Mayor –Plaza de Bolívar- y hacía parte del primer acueducto de la ciudad, construido en 1584. Debido a que los bogotanos debían ir hasta fuentes y chorros a recoger agua, el acueducto fue bautizado con las tres b: burro, bobo y botija.

Cuenta la leyenda que las mamás enviaban a sus hijos a traer agua del Mono de la Pila, algo que no les gustaba por el esfuerzo que debían hacer, y llegaban a la casa quejándose. Como refunfuñaban desde que los mandaban por el agua, las madres les decían: “Vaya a quejarse al Mono de la Pila”.

Es un museo de ciudad, que promueve el sentido de pertenencia y el amor por Bogotá, pero también es un museo que da cuenta de la relación social que se han construido a lo largo de la historia”, comenta Maribel Zamudio, mediadora del museo, mientras le cuenta a un grupo de visitantes que, objetos como unas camisetas de Millonarios y Santafé y un tejo, fueron incluidos en la urna Bicentenario que reposa allí y que será destapada en 2110.

Los sitios más populares de Bogotá

Para esa urna, a través de una encuesta, los bogotanos eligieron los personajes, costumbres, objetos, eventos e imágenes más representativos de la capital:

-El Señor Caído de Monserrate, el Divino Niño del 20 de julio, La Rebeca, las estatuas humanas y el payaso que anuncia el corrientazo, se encuentran entre los personajes urbanos más destacados para los habitantes del capital.

-Los cerros orientales, el parque Simón Bolívar y la Plaza de Bolívar obtuvieron las mayores votaciones en la categoría de lugares de Bogotá.

-Costumbres: El septimazo, subir a Monserrate, jugar tejo y tomar tinto.

-Eventos de la ciudad: Alumbrado de diciembre, la Ciclovía de los domingos y Rock al Parque fueron escogidos como los más representativos.

-Objetos: Mapa actualizado de la ciudad, los periódicos del día del cierre de la urna en 2010, camisetas de los equipos de fútbol de la capital y una tarjeta de Transmilenio.

Cápsula de la Esperanza

En fin, son muchos los testimonios de la generosa historia de la ciudad, que reposan en el Museo de Bogotá, a los que se sumó, el último año, la Cápsula de la Esperanza, producto de las reflexiones de sus habitantes que han vivido y superado las difíciles circunstancias de la pandemia de la COVID-19.  

“La llave de la Cápsula de la Esperanza, alojada en la sala de del Museo de Bogotá hasta 2038, cuenta la historia de cómo, a pesar de la incertidumbre, fuimos la creatividad, la paciencia, el cuidado y la esperanza, para mantener con vida nuestra ciudad”, se lee en su dedicatoria.

Es por esta y 484 razones más que, los bogotanos y en general los residentes y visitantes, celebran este nuevo aniversario con mucha gratitud y reconocimiento con esta ciudad de puertas abiertas para todos, tal como lo resumió en un post it, una de las visitantes de la sala Alza la Voz, durante uno de los recorridos mediados:

“¡Bendiciones para mi hermosa, mágica y hospitalaria Bogotá, la ciudad de todos! Te amo Bogotá”. Pencha. Cleme Zárate Olaya.

Post-it Bogotá mágica