¡Gabo por Bogotá! Busca las huellas del Nobel en cinco lugares de la ciudad

Cinco lugares importantes de Bogotá en donde estuvo Gabriel G. MárquezArchivo de Bogotá
La primera vez que Gabo visitó Bogotá fue en el año 1943.
Publicado:
17
Abr
2024
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Este 6 de marzo se celebra el natalicio de nuestro nobel de literatura, Gabriel García Márquez. Te invitamos a unirte a este festejo recorriendo estos lugares de Bogotá que fueron importantes en la vida y obra del célebre escritor. ¡Acompáñanos a este homenaje! 

El café donde comía empanadas, la universidad que lo recibió para estudiar derecho, las lecturas de versos en el tranvía desde la Plaza de Bolívar hasta la Avenida Chile. Todo esto y más para revivir a Gabo en esta ciudad que tanto lo asombraba. 

"¡Bogotá! es la ciudad que más me ha impresionado y que más me ha marcado. Recuerdo perfectamente mi primera llegada a París. Recuerdo perfectamente la primera llegada a Roma, la primera llegada a New York… ninguna me ha impresionado nunca tanto como la de Bogotá", afirmó García Márquez en el año 1977. 

1. Universidad Nacional de Colombia

Gabo en la Universidad Nacional de Colombia
Luego de graduarse de bachiller en el Liceo Nacional de Varones de Zipaquirá en el año 1946, Gabriel García Márquez se matriculó en la Universidad Nacional de Colombia el 25 de febrero de 1947 en la Facultad de Derecho.

Según el archivo histórico de la universidad, Gabo se esforzó el primer año pero no le fue tan bien en materias como estadística y demografía, lo que conllevó a tener un promedio de 3,7. Luego, en el segundo año, todo fue pérdidas por fallas e inasistencia a exámenes hasta que después decidió abandonar la carrera impuesta por su padre Gabriel Eligio García.

El interés de García Márquez ya estaba en otro lado, por eso no se perdía las tertulias en el cafetín universitario y ya empezaba a publicar sus textos. A continuación, un recuerdo de esa Bogotá de 1947, publicado en el libro 'Vivir para contarla':

"Bogotá era entonces una ciudad remota y lúgubre donde estaba cayendo una llovizna insomne desde principios del siglo XVI. Me llamó la atención que había en la calle demasiados hombres deprisa, vestidos como yo desde mi llegada, de paño negro y sombreros duros", escribió Gabo. 

2. Periódico El Espectador 

Gabo en El Espectador
Fotografías tomada del Archivo de Bogotá. 

El autor de 'El amor en los tiempos del cólera' fue contratado en el periódico El Espectador en 1954 a los 19 años. En ese tiempo, la sede del periódico quedaba en el edificio Monserrate, ubicado en la Avenida Jiménez de Quesada # 4-49.

Fue allí donde Gabo conoció al gran cronista  Eduardo Zalamea Borda, autor de la novela 'Cuatro años a bordo de mí mismo'; según su hija, Alicia Zalamea, fue su padre quien descubrió que Gabriel García Márquez era un escritor prodigio al leer por primera vez el cuento 'La tercera resignación', publicado en el Suplemento Cultural de El Espectador el 3 de septiembre de 1947. 

Estando en El Espectador, Gabo vivió una época dorada en la que la Bogotá se convertía en una meca de historias entre calles, cafés, cines, parques, lugares repletos de personajes incluidos en sus memorables crónicas y reportajes. Asimismo, fue en este periódico donde publicó la exitosa serie periodística 'Relato de un náufrago'. 

“Doy fe: a los diecinueve años —siendo el peor estudiante de derecho— empecé mi carrera como redactor de notas editoriales y fui subiendo poco y con mucho trabajo por las escaleras de las diferentes secciones, hasta el máximo nivel de reportero raso”, afirmó Gabo. 

3. El tranvía 

Gabo en los travías
Fotografía tomada del Archivo de Bogotá. 

Pagar el tranvía para observar a la ciudad y leer. Ese era el entretenimiento cotidiano de Gabo cuando llegó a Bogotá. Versos y versos por cada calle, con su libro en mano y observando el paso de las personas, la lluvia y el ruido locomotor del tranvía que traspasaba la pequeña Bogotá. 

Gabriel, ese muchacho costeño, no fue a visitar Monserrate, ni la Quinta de Bolívar, tampoco el Parque de Los Mártires, los lugares recomendados para todo turista. En su mayor tiempo permanecía en la Universidad Nacional, el periódico, el apartamento donde vivía, el café y... ¡el tranvía! Era allí donde leía y capturaba las ideas para escribir. 

En el siguiente fragmento de 'Comadreo literario de cuatro horas con García Márquez', publicado en la 'Gaceta' de Colcultura, en marzo de 1981, Gabo cuenta esa rutina de andar en el tranvía:

"Cuando terminé mi bachillerato y me fui para Bogotá, a la universidad, mi diversión más salaz era meterme en los tranvías de vidrios azules que por cinco centavos giraban sin cesar desde la plaza de Bolívar hasta la avenida de Chile, y pasar en ellos esas tardes de desolación que parecían arrastrar una cola interminable de muchos otros domingos vacíos. Lo único que hacía durante los viajes de círculos viciosos era leer libros de versos y versos y versos, a razón quizás de una cuadra de versos por cada cuadra de la ciudad, hasta que se encendían las primeras luces en la lluvia eterna", afirmó el nobel. 

4. Café El Molino 

Café El Molino
Fotografía tomada del libro 'El impúdico brebaje. Los cafés de Bogotá. 1866-2015' del IDPC. 

Este era el café predilecto de Gabo: ¡El Molino! En este lugar el escritor se reunía con grandes intelectuales de la época y vio publicado su primer cuento en la prensa. Pero este lugar es importante por algo más, dejemos que sea el mismo Gabo que lo cuente:

"Cuando era estudiante, un poco antes de la fundación de la HJCK, había un café que se llamaba El Molino, que estaba exactamente en la esquina de la Jiménez y la Séptima, donde estuvo El Tiempo hasta hace poco. Entonces era un lugar de reunión de artistas, escritores, intelectuales, presididos por León de Greiff. Lo que fue después el café Automático. Entonces era un joven estudiante enloquecido por la fiebre de la poesía", contó Gabriel García Márquez. 

Sin embargo, Gabo no se antojó de conocimiento, se antojó del olor a un alimento delicioso que vendían en el café:

"Iba a El Molino a ver de lejos esa mesa presidida por el maestro De Greiff. Y ellos comían unas empanaditas deliciosas que vendían ahí. Y yo nunca tenía dinero. Eran empanadas de maíz con carne dentro. Debían ser como todas; pero la anécdota misma te va a explicar por qué te la estoy contando tantos años después. Muy pocas veces tenía para comprar empanadas… a veces levantaba para el tinto que valía cinco centavos. Y el sueño de mi vida no era crecer, y estar en El Molino con De Greiff, con Eduardo Zalamea, con Jorge Rojas… El sueño de mi vida era crecer para poder comerme todas las empanadas de El Molino. Y cuando volví y lo pude hacer, ya no solo no había empanadas, ya no existía El Molino. Lo habían demolido", afirmó Gabo.

5. La Séptima con Avenida Jiménez 

Gabo en el Bogotazo
Fotografía tomada de Archivo de Bogotá. 

Una de las esquinas más emblemáticas de Bogotá: la carrera Séptima con Avenida Jiménez, que frecuentaba Gabo debido a que la pensión donde vivía estaba muy cerca y también el café El Molino, fue epicentro del Bogotazo. El 9 de abril del 1948, el día del asesinato de Jorge Eliécer Gaitán, Gabriel García vio cómo el odio se apoderaba de las personas y los tranvías se convertían en esqueletos de fuego.

En el libro autobiográfico 'Vivir para contarla', García Márquez cuenta qué estaba haciendo cuando se enteró de la tremenda noticia:

"Me senté a almorzar en el comedor de la pensión donde vivía, a menos de tres cuadras. No me habían servido la sopa cuando Wilfrido Mathieu se me plantó espantado frente a la mesa. -Se jodió este país -me dijo-. Acaban de matar a Gaitán frente a El Gato Negro", contó Gabo. 

Con la algarabía en las calles, de inmediato el escritor dejó la sopa enfriarse y salió en búsqueda de Gaitán: 

"Apenas si tuve alientos para atravesar volando la avenida Jiménez de Quesada y llegar sin aire frente al café El Gato Negro, casi en la esquina con la carrera Séptima. Acababan de llevarse al herido a la Clínica Central, a unas cuatro cuadras de allí, todavía con vida pero sin esperanzas. Un grupo de hombres empapaban sus pañuelos en el charco de sangre caliente para guardarlos como reliquias históricas", contó García. 
Gabo en Bogotá

Seguirá presente el recuerdo de la primera vez que Gabo llegó a Bogotá y cruzó por la Avenida Jiménez frente a la Gobernación, cuando se puso a llorar por horas al sentir el frío aterrador y ver a las personas con paraguas. Era en esta ciudad donde García Márquez pasaría del llanto a la risa con el periodismo, oficio que  fue fundamental para convertirlo en el grandioso escritor, el adorado Gabo.