El 75% de Bogotá está compuesta por territorio rural. Un territorio que comprende desde los Cerros Orientales de la capital hasta las inmediaciones del municipio de Colombia en el Huila, pasando por el páramo de Sumapaz.
La Secretaría Distrital de Desarrollo Económico —SDDE— realizó este año un censo de hogares en 122 mil de las 124 mil hectáreas rurales con las que cuenta el Distrito, para conocer mejor sus características socioeconómicas y ambientales, así como algunas de las actividades productivas agrícolas y pecuarias que allí se desarrollan.
A este propósito, Carlos Simancas, secretario Distrital de Desarrollo Económico, explica que “en las zonas reglamentadas para la producción agrícola se cultivan 5.071 toneladas de las 6.103 sembradas en la ruralidad. El modelo de intervención de la SDDE comprende, en las zonas donde la vocación o capacidad de uso del suelo permite la producción agropecuaria, un “Plan general de asistencia técnica directa rural”, que busca mejorar la productividad y las condiciones socioeconómicas de los campesinos”.
De acuerdo con el funcionario, “una de los propuestas más significativas, resultado del censo, es aquella que incentiva la reconversión ambiental de las actividades productivas en zonas protegidas (cerca de 1.000 hectáreas de las 6.820 reconocidas por el censo) y que provocan mayor interés de la administración distrital para mantener la relación positiva entre estas actividades de los campesinos del Distrito y los servicios ambientales de interés global como la biodiversidad y el cambio climático. Se trata de una propuesta que reta con un nuevo enfoque del campesino tradicional, a través de la reconversión ambiental a un paisaje productivo mediante el uso sostenible de recursos naturales y gestión agrícola liderada por ellos mismos, especialmente en el manejo y cuidado del agua, la cual constituye una de las mayores riquezas de la región”. Simancas agregó que “que en 2012 la SDDE invirtió más de 2.511 millones de pesos, mientras en lo corrido de 2013 la inversión en la ruralidad de Bogotá ha ascendido a 1.163 millones”.
El Plan de Asistencia Técnica Rural Directa que adelanta la SDDE en los Cerros Orientales (Chapinero y Santa Fe), Suba, Usme, Ciudad Bolívar y Sumapaz, está a cargo de un equipo conformado por profesionales y técnicos, conformado principalmente por hijos de las familias que viven en estas comunidades.
Algunos resultados del censo
En el total de la ruralidad de Bogotá se censaron 1,306 fincas, de las cuales 50% son propiedad de los hogares (fincas enteramente pagadas); 66% de las mismas presentan un tamaño de entre 0 a 5 hectáreas, lo que indica un relativo minifundio en la zona.
Adicionalmente, de todas las localidades censadas, solo los pobladores de Usaquén, Usme y Ciudad Bolívar perciben la presencia y, por tanto, una afectación de explotaciones mineras en la zona. Generalmente el tipo de materiales extraídos son arena, ladrillo y arena.
Sin tener en cuenta Sumapaz, las dos localidades con presencia significativa de cultivos agrícolas son Usme y Ciudad Bolívar (fincas con más áreas sembradas). La producción estimada de la cosecha de cultivos en la zona rural de Bogotá es 6,314 toneladas, de los cuales 84% corresponde a papa (5,287 toneladas, en sus diferentes variedades, criolla, pastusa, tocarreña, suprema).
La zanahoria, la cebolla, las habas y la arveja son otros cultivos de preponderancia en la zona. De este modo, las hortalizas y los tubérculos frescos representan los de mayor producción, en materia de cultivos agrícolas. De otro lado, del total de área de las fincas en la ruralidad, 49% corresponde a pastos y rastrojos, dedicados mayoritariamente al pastoreo del ganado. La ruralidad cuenta con 5,223 cabezas de ganado bovino. El 35% son vacas en producción con fines lecheros, mientras 33% corresponde a terneros/as destinados/as al doble propósito (carne y leche).
El censo de hogares de la ruralidad, realizado por la SDDE entre marzo y mayo de este año, arrojó así mismo importante información sobre su concentración. En esta región viven 16,787 personas, las cuales representan 0.22% del total de la población de Bogotá (proyección de 2013, a partir del último censo del DANE, 2005).
La localidad donde conviven más personas en la ruralidad es Ciudad Bolívar, con 5,234 personas, seguida de Usme (5,205). Estas dos localidades representan 62% del total de la población de la ruralidad capitalina.
La mayor parte de las 16,787 personas que vive en la ruralidad está constituida por niños menores de 14 años (26%). Adicionalmente, la población juvenil (14 a 26 años) representa 25% de la población total, misma proporción conformado por el grupo etario de la población de entre 26 y 45 años.
Sembrado agua, comida y vida
El enfoque territorial de la SDDE, más allá de la asistencia técnica agropecuaria puntual limitada al predio o finca, está orientado a un servicio que permita enfrentar con acciones de mitigación el riesgo, la variabilidad climática y el cambio climático, a través de estrategias vitales como la denominada siembra de agua. Estos asuntos de interés público se abordan según lo dispuesto por el “Plan de Desarrollo de la Bogotá Humana” que establece como mandato fundamental que la ordenación del territorio deberá efectuarse alrededor del agua y de la mitigación a los efectos del cambio climático. La Secretaría de Desarrollo Económico, por ser la autoridad responsable de la política pública para el desarrollo económico del Distrito Capital adelanta sus acciones bajo el lema “la ruralidad bogotana siembra agua, comida y vida”
La Secretaría de Desarrollo Económico en la ruralidad impulsa procesos de reconversión de las actividades productivas, la ganadería y el cultivo extensivo de papa, en particular en suelo de páramo, ambos depredadores e impactantes del suelo y la biodiversidad. En lugar se apoyan e impulsan emprendimientos económico–productivos e instrumentos económicos de compensación, entre otros tantos, como reconocimiento público y efectivo de la ciudad por los servicios que presta.
En el contexto anterior, la prestación de Asistencia Directa Rural para el Distrito Capital debe potenciar los sistemas productivos y la seguridad, soberanía y autonomía alimentarias de la economía campesina, en un contexto de reconversión gradual hacia sistemas agropecuarios sostenibles en un territorio que se ordena alrededor del agua, enfrenta el cambio climático y conserva la estructura ecológica principal.
La ruralidad, prioridad para la Bogotá Humana
3·OCT·2013
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