Una de las imágenes más impactantes de la pandemia por Covid-19 que mantiene a poblaciones encerradas en todo el mundo, es la de unas calles desoladas, situación que aterroriza a cualquiera.
Y Octavio Fajardo de 61 años, de los cuales 30 ha vivido en las calles de Bogotá no fue ajeno a esa percepción. Este panorama ha sido el único motivo por el que aceptó ir a un hogar de paso, nunca antes tomó esta decisión.
También ayudó en gran part, la voz amable de Jenny Alvarado uno de los ángeles que conforma el equipo de territorio de la Secretaría de Integración Social del Distrito. La funcionaria fue incansable al momento de animar a Octavio para que aceptara este servicio.
“Me lo encontraba y le insistía que se vinculara a un hogar de paso. Él decía que no se sentía indigente y no quería esa ayuda. Sentía que Octavio podría salir adelante y seguí luchando. Finalmente, gracias a los temores de la calle por la pandemia, Octavio fue por primera vez a un hogar de paso”, resalta Jenny Alvarado.
Así fue como Fajardo abandonó Los Mártires, localidad en la que pasó la mayoría de estos años donde contaba con el reconocimiento de residentes del sector, para ingresar a un sitio seguro con todas las garantías para seguir adelante.
Aunque siempre se rehúso a asistir a un hogar de paso, nunca desaprovechó las jornadas móviles de autocuidado organizadas por la Secretaría de Integración Social, en las que podía bañarse, recibir elementos de aseo y alimentación.
Paradójicamente esta pandemia significó la oportunidad de una nueva vida para Octavio, quien llegó a la ciudad para refugiarse del conflicto armado que en ese tiempo se tomaba a ‘La Gabarra’ en el Norte de Santander donde vivía con su familia, pues debido a esa guerra perdió a su hermano.
“Cuando llegué a Bogotá me fui a buscar a mi otro hermano, pero nunca lo encontré. No tenía a dónde ir, no tenía trabajo y esa desesperación me llevó a habitar la calle, principalmente en Los Mártires, mi vivienda”, menciona Octavio.
Tan pronto aceptó la oferta de la Secretaría de Integración Social, el equipo de ‘ángeles de calle’ activó la ruta para un chequeo profesional que determinara el estado de salud de Octavio.
Luego de su valoración médica, fue trasladado al Hogar de Paso ‘Los Mártires’ para permanecer durante la cuarentena y, si él lo desea, iniciar un proceso de recuperación de hábitos personales como el baño diario y el cuidado de su cuerpo, así como la reconstrucción de lazos familiares y formación académica en artes y oficios para una inclusión social y laboral.
Ahora, este hombre puede soñar con un futuro diferente y retomar sus pasiones como la latonería, oficio que amaba de joven, y al que se dedicaba cuando vivía con sus seres queridos.
Servicios integrales para los ex y habitantes de calle
Hoy, más de 1.200 ciudadanos habitantes de calle permanecen en una etapa de aislamiento en los 13 centros de atención del Distrito, donde reciben servicios integrales para su recuperación personal, minimizando el consumo y la habitabilidad en calle.
Y con una estrategia móvil llegan con elementos de aseo, agua, y alimentos a los ‘cambuches’ en donde los habitantes de calle adelantan su aislamiento preventivo.
¡No todo es malo en la pandemia del coronavirus! Durante 30 años, Octavio Fajardo González, de 61 años, vivió en las calles de la localidad de Mártires. Después de dos años de negarse a asistir a los hogares de paso, cedió ante la amenaza del contagio. https://t.co/883wR864yMpic.twitter.com/qlXXKaOWco
— Integración Social (@integracionbta) May 2, 2020
