"Lo logré, soy yo": Primera mujer trans en cambiar nombre y sexo en su cédula

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Alix Montoya Bolívar recibió el acompañamiento de la Subdirección para Asuntos LGBTI, para conseguir su documento de identificación con el cambio de nombre y sexo. Foto: Archivo particular
Publicado:
22
Oct
2021
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El 15 de octubre de 2021 volvió a nacer, o mejor nació oficialmente, Alix Montoya Bolívar, gracias al respaldo que le brindó la Secretaría Distrital de Integración Social.

Ese día, después de 31 años, dejó de ser Óscar Leonardo Montoya Bolívar, y se convirtió en la primera mujer trans a la que la Subdirección para Asuntos LGBTI, le entregó el primer documento de identificación con el cambio de nombre y sexo.

Con unos sentimientos encontrados de alegría y ansiedad recibió su cédula, cumpliendo un sueño que había albergado durante largos y tortuosos años.

“Sí, claro, es que imagínate la cédula que ya diga mi nombre o sea ya no me va a dar pena pasar la cédula porque muchas veces la gente la veía a una de chica, pero lo llamaban en cualquier trámite por el nombre de chico. Esos casos eran muy horribles”, recuerda.

A estos momentos incómodos que tenía que soportar en su día a día, se sumaba el hacer parte de una familia cristiana que no la aceptaba como una mujer trans. "Entonces sí fue duro porque ellos me decían que  me aceptaban siendo gay, pero que este paso ya era muy difícil para ellos. Poco a poco, fui mostrándome cómo era", recuerda.

No olvida que por vestirse como niña su papá le pegó

Aún recuerda con mucho dolor que la primera vez que su papá le pegó fue, precisamente, por una situación derivada de esa manera de ser que ya buscaba salir a flote desde muy corta edad. “De niño cuando tenía, más o menos, como 10 años mi mamá me metió a terapia porque me llevé el uniforme de mi hermana para el colegio. Lo llevaba en la maleta, me vestí en el baño y entré a clases. Allá hicieron escándalo los profesores”, dice con una voz cargada de picardía, pero agrega con tristeza: “Fue el primer día que mi papá me pegó, por eso no lo olvido”.

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Alix Montoya Bolívar, es una mujer trans, tiene 31 años y aspira a graduarse como contadora. Foto: Archivo particular

Ese primer e imborrable golpe, sin embargo, apenas fue el abrebocas amargo de una serie de situaciones que tuvo que afrontar por ir tras su sueño de reivindicarse como lo que ella sentía que era, una mujer constreñida en el cuerpo de un hombre en el “que no se hallaba”, lo que se conoce como disforia de género. “No me sentía segura de mí misma. Me veía en el espejo y no me sentía yo. Siempre me ponía la ropa de mis tres hermanas”, sostiene y agrega que por eso fue que cuando tenía 20 años se decidió a iniciar su proceso de mostrarse tal como se sentía y lo primero fue decírselo a su mamá.

La mamá la echó de la casa

“Cuando le conté a mi mamá que quería ser chica pues obvio, le dio super duro, pero ella me decía que desde muy pequeñita yo me maquillaba, me ponía los vestidos y los tacones de ella”, dice, pero lo que parecía ser un buen comienzo se convirtió en una tortura pues su mamá le dio un ultimátum. “Mi mamá me dijo que decidiera. Cambiarme a ser chica o irme de la casa. Le dije que no, que no podía seguir ocultándome y haciéndolo a la escondida. Entonces decidí irme con mi mejor amigo”.

A ese amigo, que no es su pareja y sí un gran soporte en su vida, Alix lo conoce hace 20 años y ha sido como una especie de paño de lágrimas al que le ha confiado todo, hasta cuando de niño se volaba a la casa de una amiguita para vestirse de mujer y jugar libremente sintiéndose muy ‘ella’. A él también le confió cuando a los 16 años, en su papel de Óscar Leonardo, tuvo una novia, por disimular y quitarse tanta presión en su casa y con sus amigos. “Me cuadré con la muchacha y duramos cuatro años, pero es que ella era lesbiana y nos ayudábamos mutuamente a aparentar.  Que ella tuviera novio y novia, pues no nos molestaba porque sabíamos que era solo para aparentar y ya”.

Hace 10 años se armó de todo el valor que había venido acumulando y se decidió a iniciar el proceso liberador. Entonces, ya empoderada, empezó a hacer eventos, presentaciones en bares y participaciones en concursos que le permitieron sentirse más como una mujer. “Me sentía muy bien siendo chica”, dice.

Encontró apoyo en el Distrito

Claro que hubo momentos de crisis en los que también encontró respaldo en el Distrito, pues acudió al Centro de Desarrollo Comunitario, CDC, de Kennedy, donde recibió apoyo psicológico y entre otras cosas le recomendaron que tratara de convencer a su mamá de acudir a una terapia para ayudarla a entender su situación. “Pedí una cita psicológica porque para mí también es muy duro que mi familia no lo acepte. Pues porque, aunque tengo amigos que me apoyan creo que no es lo mismo. Entonces a veces me siento como tan sola”, dice alargando la palabra ‘sola’.

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Alix exhibe su nuevo registro civil, luego de cumplir su proceso para cambiarse el nombre y el sexo. Foto: Archivo particular

Hoy en día Alix, un nombre que se puso porque la mayoría de sus personajes favoritos se llaman Alice, como ‘Alicia en el país de las maravillas’, tiene un novio heterosexual con el que lleva cuatro meses y se siente feliz por todo lo logrado en los últimos días.

Quiere terminar su carrera como contadora

Ante las negativas constantes en los diferentes puntos a los que se presentó a pedir empleo, desde hace un año encontró una opción en ser modelo webcam, trabajo con el que también aspira a terminar su carrera como contadora, luego de homologar los estudios de contabilidad que ya culminó en el SENA.

Unas metas que ahora ve más cercanas gracias a ‘Reafírmate: El Chuchú de la Cédula’, de la Secretaría Distrital de Integración Social, un trámite que cumple con el compromiso por la diversidad en razón a los derechos de los sectores sociales LGBTI+ en Bogotá.

A continuación, la publicación en el Twitter de la Secretaría de Integración Social.

Desde que conoció los servicios de Integración Social, Alix aprendió la importancia de la diversidad y la inclusión de género y sus derechos que confirmó con el cambio de nombre y de sexo en su documento de identidad. Por eso hoy se siente realizada y dichosa, sin los temores que debió cargar y soportar durante tantos años.

“¡Juemadre, lo logré, soy yo”, dice mientras mira orgullosa su nueva cédula con la letra F (Femenino) encima de la palabra sexo y los apellidos MONTOYA BOLÍVAR y nombres ALIX.