"Parece razonable que medidas de distanciamiento social duren 2 o 3 meses": OPS

Fotografía de la alcaldesa frente a un tablero.
La alcaldía ha informado al Gobierno Nacional sobre las limitaciones en atención hospitalaria frente a la expansión acelerada de la COVID-19.
Publicado:
2
Abr
2020
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El pasado 31 de marzo la directora de la Organización Panamericana de la Salud Carissa F. Etienne llamó a los países de las Américas a implementar con urgencia medidas para desacelerar la propagación de la COVID-19 y a garantizar el espacio hospitalario, las camas, el personal de salud y el equipo médico necesarios para hacer frente a la pandemia.

Entre las acciones citadas por la cabeza de la organización están proteger especialmente al personal de salud y definir “cómo y por cuánto tiempo” deberían implementarse las medidas de distanciamiento social, argumentando que éstas deben extenderse al menos dos o tres meses según las experiencias registradas.

Parece razonable planificar estas medidas (de distanciamiento social) para que duren dos o tres meses al menos.

Declaración de Carissa F. Etienne, directora de la OPS/OMS

La situación en Bogotá, con 7.7 millones de habitantes, es compleja. Para la alcaldesa Claudia López se requiere más tiempo de cuarentena obligatoria para cumplir precisamente con los requisitos que demanda la OMS/OPS en cuanto a espacio hospitalario: camas, UCI instaladas, equipamientos médicos y personal de salud.

  • UCI instaladas: 300 y se requiere más tiempo para adquirir las necesarias (2.000).
  • Camas hospitalarias (Corferias): No hay aún, sin embargo se podrían tener 2.000 para el 13 de abril.
  • Equipos domiciliarios de atención: 21 (Se requieren 100).
  • 200 mil pruebas llegan en los próximos días para hacer un testeo masivo que permita identificar pacientes con síntomas leves. Hoy la ciudad cuenta solo con 25 mil.

Ante la dificultad que presenta la ciudad para atender la demanda hospitalaria por múltiples factores (demanda internacional de equipamientos y pruebas, destinación de recursos, etc.), parece lógico imponer la cuarentena por más tiempo. Para expertos como la doctora Zulma Cucunubá, del Imperial College del Reino Unido, hay casos específicos como los de Reino Unido y Estados Unidos, en los que la mitigación para “aplanar la curva de contagio” no resultaba suficiente en las proyecciones, pues, en el escenario más optimista, se excedía la capacidad hospitalaria; por lo que se sugirieron acciones como cuarentenas generalizadas y aislamientos. Pero advierte que las medidas también se podrían plantear de manera diferencial para países con ingresos más bajos.

Nuestro estudio plantea como alternativa, una posibilidad teórica, para el Reino Unido, de hacer bloqueos intermitentes. Pero con la advertencia, de que esa estrategia depende de la capacidad para predecir la demanda de cuidados intensivos con proyecciones de al menos tres semanas. Aunque hay esfuerzos enormes, esa capacidad analítica no es tan fácil de tener. No existe en todos lados, no sabemos aún qué nivel de sincronía requiere. Eso sumado al hecho de que grandes períodos de supresión podrían ser difíciles de alcanzar en países de baja renta.

Zulma Cucunubá en entrevista con El Espectador

El reto entonces podría ser invertir lo necesario para responder a la magnitud de la tragedia, poniendo por encima de cualquier consecuencia inmediata la salud de la población. En esa perspectiva, la región Bogotá – Cundinamarca como eje vital de la economía nacional que mantiene una alta conexión con las regiones, sería el primer muro de contención de la epidemia con maniobras más rigurosas.

En manos del Gobierno está dar luz verde a una eventual extensión de la cuarentena. Los hechos están expuestos por parte del Gobierno de Bogotá, que ha mostrado un escenario en el que hay limitaciones importantes para responder eficazmente a la demanda hospitalaria.

Más allá de este debate necesario que plantea diferencias entre las perspectivas del Distrito y la Nación, hay que ver los casos en los que la pandemia se salió de control y generó tragedias irreparables, como en Madrid (España) y Guayaquil (Ecuador). Con la COVID-19 las equivocaciones cuestan mucho no solo en lo económico, sino también en vidas que se pierden.