En el Día del #OrgulloBogotá #Pride2021, se conmemora un año más del nacimiento del movimientos LGBTI+ en la defensa de los derechos humanos. El director distrital de diversidad sexual, David Alonzo, envió un mensaje contundente a las familias en cuyo seno hay miembros de estos sectores poblacionales: apelar al amor para protegerlos de las violencias.
El 28 de junio de 1969, en un bar del barrio Greenwich Village llamado StoneWall Inn, distrito de New York, se gestó el nacimiento de este potente movimiento mundial en torno a una serie de protestas en contra de la discriminación y persecución de autoridades a sus visitantes, personas con orientación sexual o identidad de género diversa que lo tenían como punto de encuentro.
Los bares, como facilitadores de la socialización y de cierta clandestinidad, han sido el punto de partida para estas reivindicaciones. En Bogotá, tres nombres acompañan el origen de los movimientos LGBTI+: Arlequín, Farol y Yango, tres que existían en 1972 y tres años después de la famosa revuelta en Estados Unidos. Todos fueron un importante hito para el reconocimiento de esta población en la capital y el país.
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Para 1976, ocultarse dejó de ser la regla y, bajo el liderazgo de León Zuleta y Manuel Velandia, nació el Movimiento de Liberacion Homosexual. Punto de partida para una serie de gestas que en casi medio siglo impulsaron en Colombia el matrimonio igualitario, la adopción por parte de parejas del mismo sexo, la pensión para sobrevivientes, entre otros grandes logros. Un movimiento que surgió de una mentira piadosa: Zuleta, un universitario trotskista de Medellín, afirmó que habían con él 10.000 personas más organizadas. Al final, resultaron ser solo él y Velandia, quien lo contactó a partir del titular que generó con la cifra escandalosa de afiliados a su congregación imaginaria, los cinco ceros a la derecha no existían.
Así, de actos individuales valientes y osados, creció un colectivo de manera colosal, en cuyas manifestaciones de cada junio, y de manera particular en Bogotá, se pintan de colores y registran a miles de ciudadanos y ciudadanas que salen a las calles a defender sus derechos y rechazar con orgullo la discriminación.
David es un digno representante de las nuevas generaciones que sostienen sus banderas con firmeza: un politólogo, comunicador social – periodista que dedica todo su tiempo y energía en la defensa de la libertad de Ser. Esta fue la entrevista con el Portal Bogotá:
Portal Bogotá: ¿Por qué se celebra el Día del Orgullo en esta fecha?
David Alonzo: El Día del Orgullo se celebra el 28 de junio. Es una fecha establecida internacionalmente en conmemoración de los derechos de los sectores sociales LGBTI+. Tiene como precedente las manifestaciones en el bar StoneWall Inn en Nueva York, que es la fecha que sería recordada anualmente como el día en que se enarbolan las banderas en exigencia de los derechos y de la dignidad.
PB: Hoy en día, ¿qué es lo que inspira las manifestaciones en el Día del Orgullo?
DA: Durante muchos años la homosexualidad fue patologizada y criminalizada, hasta hace 40 años en Colombia era un crimen ser homosexual. Hoy en día muchas personas creen todavía que es criminal o pecado ser homosexual. Los disturbios de Estados Unidos se dieron justamente por el maltrato que sufrían estas personas por parte de las autoridades. Desde ese momento surgió la exigencia que hoy se sostiene a pesar del tiempo: descriminalizar y despatologizar, así como reclamar medidas afirmativas que permitan la garantía de esos derechos.
PB: ¿Cómo evalúa el desempeño del movimiento en estos tiempos y los desafíos que le esperan?
DA: El movimiento LGBTI+ es relativamente joven. Sin embargo, sus precursores, que tuvieron la valentía de desafiar la discriminación y la violencia, abrieron el camino para el reconocimiento de la diversidad. Estamos en un proceso de maduración, de autocrítica y de reflexiones que permiten mejorar y atesorar los grandes logros en materia social.
PB: ¿Por qué hablamos ahora de reconocimiento y no de tolerancia?
DA: Uno tolera el dolor de cabeza, pero espera que, en algún momento, desaparezca. Ahí yace la diferencia entre tolerar y respetar. Nosotros no pedimos que nos toleren, exigimos que nos respeten. El respeto pasa por el reconocimiento del otro, que no es más que darse cuente de que alguien puede caerme mal, pero que su orientación sexual o identidad de género no pueden ser determinantes en la manera como me relaciono con las personas.
PB: ¿Cuál es el paso que deben dar las familias hacia el reconocimiento de un miembro de los sectores LGBTI+?
DA: La invitación a las familias es a proteger a sus miembros LGBTI+ de las violencias que los persiguen. No es posible que dentro de los núcleos familiares excluyan a sus hijos e hijas del colegio, que los expulsen de sus casas a la calle, que los hagan sentir menospreciados hasta llevarlos al suicidio. Se ha hablado de un holocauso silencioso en el que jóvenes han perdido la vida, teniendo que enfrentar las violencias en las calles porque en sus hogares no los apoyan, respaldan o defienden.
PB: ¿Cómo debería ser el rol de los hogares en todo el proceso que enfrenta una persona LGBTI+ en su autoreconocimiento?
DA: El rol de la familia debe superar la sola aceptación, debe ser activo, de ser firmes en la defensa de quienes ridiculizan o atacan a las personas LGBTI+: “Con mi familia no te metas”. Las familias, los empresarios, cada barrio u organización debe trabajar en parar la discriminación.
PB: ¿Qué debe hacer un padre o una madre al que su hijo o hija le manifiesta una orientación sexual o identidad de género distinta a la binaria?
DA: Apelen al instinto básico: ¡protejan a los que aman! Ese que le dicta que a la persona que usted ama, que parió o que vive a su lado, no le deben causar ningún daño. No se necesita ninguna formación especial para apelar al amor.
En Bogotá existen los centros de atención integral a la diversidad sexual, que ofrecen atención psicológica y acompañamiento a las familias: Fundación GAAT y el Proyecto Monocuco para apoyar los tránsitos en familia. También hay literatura. Hay un libro recientemente publicado que se llama “De colores” y tiene muchas respuestas para las familias que se encuentran con la diversidad.
PB: ¿Qué tan eficaces han sido las leyes antidiscriminación para proteger a los sectores LGBTI+?
DA: Justificar que existe discriminación en el marco de un proceso jurídico, así como demostrar que hay prejuicio u odio en un crimen contra una persona LGBTI+ sigue siendo muy difícil. Hay que trabajar aún en los procesos y en las hipótesis investigativas, esto ha sido determinante en la impunidad hacia nuestros sectores sociales.
PB: ¿Qué tal los avances en las instituciones educativas respecto a la diversidad sexual?
DA: Los entornos educativos y formativos han sido muy violentos hacia las personas LGBTI+ históricamente. Hay muchos progresos para destacar, sin embargo, persisten en algunos espacios patrones de moldeamiento hacia un “deber ser”. Esto sigue arollando a los y las jóvenes a la calle y la desescolarización, la drogadicción, actividades sexuales pagas y demás.
PB: ¿Qué avances hay en cuanto a la inclusión laboral de la población trans?
DA: Bogotá ha sido un ejemplo de inclusión laboral en el Distrito con cargos directivos. Hay falencias en muchas entidades, pero mediante la directiva 005 de 2021 se definen unos lineamientos para incluir la población transgénero en procesos como la identidad, libreta militar; así como el manejo de temas críticos como vulneraciones o agresiones en el entorno laboral.
La administración entregó un paquete de acciones afirmativas para que sean tramitadas como un acuerdo del Concejo. También se está trabajando en lineamientos para el sector privado de forma afirmativa o diferencial.