Henry Murrain, subsecretario de Cultura Ciudadana, se refirió a la nueva fase de autocuidado y responsabilidad social que debe tener la gente, para prevenir una nueva ola de la pandemia; pero también hizo énfasis en las medidas que, gracias a la evidencia científica y a las mediciones, ya no se consideran indispensables para evitar el contagio.
Pese a que el proceso de vacunación está a punto de comenzar, Murrain advirtió que el esfuerzo colectivo y la disciplina social, siguen siendo la manera más efectiva de protegernos contra el COVID-19.
¿En qué consiste la campaña “Detalles que salvan”?
Henry Murrain, subsecretario de Cultura Ciudadana: Hemos evaluado todo lo que hemos hecho, en cuanto a respuesta de la ciudad frente a esta pandemia, y encontramos muchas cosas que han sido fundamentales, que han sido eficaces, que han permitido salvar vidas e ir recuperando nuestra ciudad como el uso de mascarilla o tapabocas, que en calle es muy alto: el 98% de los ciudadanos lo utiliza.
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Sin embargo, hemos reflexionado sobre algunos temas en los que debemos hacer ajustes. Por ejemplo, el uso de la mascarilla o tapabocas que es tan positivo en la calle, en espacios cerrados, como comercios u oficinas, no es igual de riguroso; esto es problemático porque la posibilidad de contagiarse o de transmitir el virus es mucho mayor en espacios cerrados.
También hemos reflexionado sobre acciones que no tienen ningún efecto, como la toma de temperatura al ingreso de los edificios, la limpieza de las suelas de los zapatos o los registros en planillas. Por eso debemos concentrar nuestra agenda pedagógica en direccionar la cooperación ciudadana en aquellos comportamientos que son más efectivos.
Recuerda que hay #DetallesQueSalvan vidas y nos protegen del virus:
— Alcaldía de Bogotá (@Bogota) February 11, 2021
▶️Uso adecuado de tapabocas
▶️Ventilación de espacios
▶️No encuentros con personas ajenas al círculo familiar
¡No bajemos la guardia con el cuidado! 🙌🏼https://t.co/spRipkFXIi
La mitad de los contagios durante la segunda ola del virus, fue en sitios cerrados. ¿Cómo llegaron a esa conclusión?
H.M: Como cada vez tenemos un mayor número de población diagnosticada con coronavirus, es posible a través de encuestas grandes, representativas, recoger información sobre los fenómenos de comportamiento de estas personas y dónde señalan que se pudieron contagiar. Por eso en la última medición, en la que consultamos a 4.013 personas, el 13% dijo que fueron diagnosticadas con coronavirus; y ante la pregunta ¿cómo se contagió?, el 24% aseguró que lo adquirió en el trabajo, y el 23% sostuvo que fue a través de la visita de un familiar o amigo, en la casa.
La mitad de la gente que se ha contagiado de coronavirus, aseguró que fue en casa o en el trabajo, por eso “Detalles que salvan”, es una estrategia que va a enfocarse en estas dinámicas, porque quizá no hemos tenido el suficiente foco para lograr que la gente sea más cuidadosa en esos espacios.
Hay sitios en los que se registra constantemente la temperatura y se llenan planillas, como los centros comerciales. ¿Qué descubrieron allí?
H.M: En 42 millones de ingresos a centros comerciales, en los últimos cuatro meses del año pasado, se registraron solo nueve personas con temperatura superior a 37 grados. Esto es menos del 0,001 por ciento.
Es decir, la probabilidad de detectar a una persona contagiada con el virus a través de esta práctica de toma de temperatura es absolutamente imposible, es casi que un error estadístico; por otro lado, todo esto genera una falsa sensación de seguridad, estas medidas que son como una puesta en escena, de poner tapetes, de fumigar con alcohol todo el cuerpo, hace que la gente se descuide en cosas fundamentales como usar el tapabocas en lugares cerrados.
De hecho, muchas veces la persona que toma la temperatura, o aplica alcohol en los zapatos, ni siquiera usa bien su tapabocas.
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Una de las medidas que, quizá, no ha sido tenida tan en cuenta es la que tiene que ver con la ventilación. ¿Por qué es tan importante?
H.M: La ventilación es fundamental porque hoy en día sabemos que la forma en la que se transmite el coronavirus de una persona a otra es básicamente por partículas o gotículas que salen de la nariz y la boca, que llegan a la nariz y la boca de otra persona. Es menos frecuente y menos probable, por ejemplo, el contagio por superficies que yo toqué y luego me llevo la mano a la cara.
Aún, cuando no la veamos, hay una especie de nube con nuestras partículas o gotículas, alrededor de nosotros, cuando hablamos o respiramos. Como este virus es tan engañoso, y ocho de cada 10 personas que se contagian no tienen síntomas o tienen síntomas leves, puede haber mucha gente que nos estamos sintiendo bien y estamos transmitiendo el virus, sin saberlo, en los lugares cerrados, sin ventilación.
Allí se acumulan constantemente esas partículas o gotículas que salen de nuestro cuerpo, y si compartimos ese espacio con otras personas, el virus puede caer en esas personas, para las cuales el virus sí puede ser fatal. Entonces, cuanto más ventilados estén los espacios, menos posibilidad de contagio va a haber, porque esas partículas o gotículas van a ser renovadas con el aire que entra y sale del exterior, al tener puertas y ventanas abiertas.
¿Qué tan difícil es hacer esta campaña, en un momento donde hay desgaste en la ciudadanía, porque llevamos casi un año de pandemia, e incluso de relajación, debido a que muy pronto empezará el proceso de vacunación?
HM: Es importante decirle a la ciudadanía que las vacunas que llegan son pocas y para una población limitada de la ciudad, y con condiciones muy particulares. La probabilidad de que la mayoría de ciudadanos estemos vacunados en esta ciudad es baja en el corto plazo, lo más probable es que eso ocurra en un año o un año y medio.
Lo que en el corto plazo nos va a cuidar del efecto del virus, más que las vacunas, es renovar nuestro esfuerzo, nuestra cooperación y nuestra disciplina cívica, en el cumplimiento de las medidas de bioseguridad.