¿Qué efectos en salud a largo plazo genera el COVID-19?

Imagen de vacunación.
El autocuidado y la vacunación son las medidas más efectivas para evitar complicaciones de salud a causa del COVID-19. FOTO. Alcaldía de Bogotá.
Publicado:
2
Jul
2021
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Frente a la duda ciudadana de cuáles son los efectos a largo plazo que produce la enfermedad de la COVID-19 en el cuerpo y la salud humana, Portal Bogotá consultó en qué van las publicaciones e investigaciones científicas a nivel mundial respecto a este tema.

Según la Organización Mundial de la Salud, OMS, algunas personas que se han contagiado con COVID-19, que han necesitado o no atención hospitalaria, siguen experimentando algunos síntomas neurológicos, respiratorios o fatiga. Sin embargo, la organización asegura que está trabajando con su red técnica mundial para diseñar y llevar a cabo estudios que analicen más allá de los primeros síntomas agudos de la enfermedad, con el fin de determinar con mayor exactitud el porcentaje de pacientes que sufren efectos a largo plazo, el tiempo que estos efectos persisten y la razón exacta por la que se producen.

Los estudios que desarrollará la OMS no solo permitirán definir la exactitud de los efectos en salud que genera el COVID-19, a largo plazo, sino que servirán como una guía para la comunidad médica respecto a cuál debe ser el modelo de atención que requieren estos pacientes. 

Por su parte las investigaciones del Servicio Nacional de Salud del Reino Unido, NHS, acerca de los efectos a largo plazo del coronavirus establecen que para algunas personas, el COVID-19 puede causar síntomas que duran semanas o meses después de que la infección a desaparecido, lo que se denomina como síndrome post-COVID-19 o COVID prolongado. 

La publicación del NHS, explica que muchas personas se sienten mejor en pocos días, otras se recuperan en un tiempo de 12 semanas, mientras que otras pueden durar más de ese tiempo experimentando diversos síntomas, y que además, parece que las posibilidades de tener síntomas a largo plazo no están relacionadas directamente a qué tan enferma o no estuvo la persona cuando contrajo por primera vez el virus, puesto que incluso quienes tuvieron síntomas leves al inicio aún pueden tener problemas a largo plazo.

Los síntomas más comunes del COVID-19 a largo plazo, registrados por la NHS del Reino Unido son: cansancio o fatiga, dolor u opresión en el pecho, insomnio, mareo, hormigueo, dolor en las articulaciones, ansiedad o depresión, pérdida del apetito, erupciones, dificultad para respirar, problemas de memoria o para concentrarse, fiebre, dolor de cabeza, garganta y cambios en el sentido del olfato o gusto.

La principal recomendación de la NHS es que, ante la persistencia de cualquiera de estos síntomas luego de cuatro semanas de superar el COVID-19, se debe acudir a control médico en el que se dialogue con el especialista sobre el impacto que tienen los síntomas para la vida diaria y se realicen diferentes exámenes como análisis de sangre, control de la presión arterial, frecuencia cardiaca y una radiografía de tórax, entre otros.

Para obtener mayor información sobre los efectos en salud a largo plazo del COVID-19, la epidemióloga colombiana Andrea Ramírez Varela recomienda leer los siguientes artículos científicos:

👉 Long-term Health Consequences of COVID-19 (Consecuencias a largo plazo del COVID-19 para la salud), de la JAMA o Journal of the American Medical Association (Revista de la Asociación Médica Estadounidense).

👉 Assessment of the Frequency and Variety of Persistent Symptoms Among Patients With COVID-19: A Systematic Review (Evaluación de la frecuencia y variedad de síntomas persistentes entre pacientes con COVID-19: una revisión sistemática).

Autocuidado y vacunación: mejores aliados para prevenir complicaciones en salud

Andrea Ramírez Varela, doctora en epidemiología, médica y maestra en salud pública de la Universidad de los Andes, deja claro e invita a la ciudadanía a no dejar de recibir su vacuna contra el coronavirus, ya que ésta ayuda a entrenar al sistema inmune para combatir el virus y así evitar complicaciones graves de salud a corto y largo plazo.

Además, explica que con la aplicación de las dos dosis de vacuna, las personas pueden lograr el máximo grado de protección contra las versiones más severas (variantes) de la enfermedad de la COVID-19, producida por el virus SARS-CoV-2.

Por su parte, la Secretaría de Salud reveló que luego de iniciar el esquema de vacunación contra COVID-19 en Bogotá, hoy se reporta una disminución del 50 % de la mortalidad en personas mayores de 70 años, en lo corrido del tercer pico de la pandemia, lo que demuestra que la vacunación sí salva vidas.

Respecto a las medidas de autocuidado o bioseguridad, varios estudios respaldan la efectividad del uso del tapabocas para reducir los niveles de contagio, debido a que evitan tanto aspirar como expulsar al aire los aerosoles nasales o bucales que pueden ir cargados de gotículas que contienen el virus. 

A su vez, el lavado de manos con agua y jabón elimina los microbios, bacterias y virus que se adquieren al través del contacto con superficies contaminadas, y además disuelve la capa de grasa que contiene el virus, la cuál protege su material genético, y lo desactiva.

Ventilar los espacios cerrados y mantener el distanciamiento físico, son medidas de autocuidado que en combinación con el uso de tapabocas y lavado de manos, evita sustancialmente contagiarse con COVID-19. Prevenir siempre será la mejor decisión para cuidar nuestra salud y la de los demás.