Hace 25 años Bogotá se atrevió a transformar su manera de moverse. Lo que comenzó como una apuesta por un transporte público más rápido, organizado y digno, se convirtió en un sistema que cambió la vida cotidiana de millones de personas y proyectó a la ciudad en el mapa global como un referente de innovación urbana, aprendizaje continuo y mejora constante.
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TransMilenio nació el 18 de diciembre de 2000 y desde entonces ha sido mucho más que buses y estaciones. Una infraestructura que conecta barrios, acorta distancias y abre oportunidades. Con el tiempo, se consolidó como una experiencia observada por otras ciudades, reconocida internacionalmente por su capacidad de combinar planeación, operación y alianzas para sacar adelante un sistema masivo en una ciudad que no para de crecer.
De una idea latinoamericana a una Bogotá que integra y transforma
La idea original del BRT (Bus Rapid Transit), con corredores exclusivos y estaciones de acceso rápido, tuvo raíces en experiencias pioneras de Curitiba en Brasil. Bogotá la adaptó a su realidad y la llevó a otra escala, convirtiéndola en un proyecto urbano que ha evolucionado con el tiempo, ajustando su operación, incorporando tecnología y fortaleciendo su capacidad de respuesta.
Uno de los hitos más transformadores ha sido la integración con los cables, con TransMiCable, la movilidad dejó de ser solo transporte: se convirtió en acceso, inclusión y desarrollo urbano. Conectar territorios históricamente desconectados, mejorar tiempos de viaje y fortalecer el entorno barrial mostró que la movilidad también es una herramienta de equidad.
Este enfoque de movilidad integrada y transformación urbana, hizo que este año Bogotá recibiera el reconocimiento internacional con el Premio Shanghái, por el modelo de desarrollo urbano sostenible asociado al cable aéreo de San Cristóbal y su integración con el sistema. Un mensaje claro de que cuando el transporte se planea como proyecto urbano, su impacto se ve en espacio público, conectividad y calidad de vida.
Cooperación internacional e innovación: un sistema que el mundo viene a estudiar
TransMilenio se ha convertido en un “taller abierto” de aprendizaje entre ciudades.; delegaciones técnicas, autoridades de transporte, universidades y aliados internacionales llegan a Bogotá para conocer cómo se opera un sistema de esta escala, cómo se integran modos, cómo se gestiona el control en tiempo real y cómo se transita hacia tecnologías más sostenibles.
Solo en 2025, TransMilenio recibió 69 visitas, de las cuales 30 fueron internacionales, el sistema recibió la visita de delegaciones de países de América Latina, Europa, Asia y Norteamérica. Los temas que más interés generan reflejan lo que Bogotá ha construido: TransMiCable como experiencia social y urbana; los centros de control como corazón tecnológico del sistema; el funcionamiento del BRT en una ciudad de alta demanda; y la electromovilidad como ruta de transformación.
La sostenibilidad también marca el presente y el futuro del sistema. Bogotá avanza en la electrificación de su flota y en nuevas tecnologías para reducir emisiones y mejorar la experiencia de viaje. Este camino se ha fortalecido con cooperación internacional que impulsa innovación, financiación y transferencia de conocimiento para acelerar una movilidad más limpia.
Equidad y futuro: más mujeres, más seguridad y una red de movilidad integrada
La innovación de una ciudad también se mide por su capacidad de cuidar; por eso, TransMilenio avanza con una apuesta clara por la equidad de género y por entornos más seguros para las mujeres. Bogotá impulsa acciones para prevenir el acoso, mejorar la atención y fortalecer una cultura de respeto en buses, estaciones y espacios públicos.
Al mismo tiempo, la ciudad trabaja para abrir más oportunidades laborales para mujeres en un sector históricamente masculinizado, más mujeres al volante, más mujeres en roles técnicos y operativos, y un sistema que refleje la diversidad de quienes lo usan todos los días. Iniciativas como el proyecto AVANTIA, desarrollado con aliados internacionales y apoyo de la Unión Europea, refuerzan ese enfoque de movilidad sostenible con igualdad, combinando ambiente, salud y equidad en una misma agenda de ciudad.
Cumplir 25 años también significa prepararse para un sistema cada vez más intermodal, conectado con nuevos modos como la Primera Línea del Metro y los RegioTram. El reto no es solo construir infraestructura, sino lograr una integración real y sencilla: que los transbordos sean fluidos, que la información sea clara y que el viaje sea más eficiente en toda la red.
También, hay un reto igual de importante, lograr una mayor apropiación del sistema. Hacer de cada viaje un espacio más amable también depende de la cultura con la que lo usamos: respetar las filas, dejar salir antes de entrar, cuidar estaciones y buses, ceder el asiento cuando corresponde, evitar colarse, y entender que cada norma existe para que millones podamos movernos mejor. Esa apropiación será la base para recibir los nuevos modos que vienen, y para construir una cultura de movilidad más madura en una ciudad que se integra.
Hoy Bogotá celebra con orgullo, a quienes lo operan, lo sostienen y lo usan día a día: gracias. TransMilenio ha cambiado la ciudad y también su lugar en el mundo. Y quizá el mejor regalo de cumpleaños sea ese: cuidarlo entre todos, para que nos siga facilitando la vida y para que, en vez de perder horas en traslados más largos, ganemos tiempo para vivir mejor, compartir más y ser más felices.
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