Sixta Bautista da ejemplo y cede su 'Canasta rural' a otra familia vulnerable

Beneficiaria de canasta rural la cede a otra familia más vulnerable Foto: Archivo personal
Sixta Tulia Bautista viven en el sector rural de Usaquén, en el kilómetro 5 de la vía al Guavio.
Publicado:
30
Mayo
2022
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Después de 31 años de arduo trabajo, Sixta Tulia Bautista, logró la pensión que tanto había estado esperando para descansar un poco de la vida agitada que le tocó afrontar desde muy joven.

Esa felicidad que sintió en el momento de recibir su primera mesada, en enero pasado, quiso compartirla de alguna manera con otras familias que como la de ella han sufrido los avatares del día a día, por no tener el dinero suficiente para suplir las necesidades básicas.

En los últimos años, ella fue una beneficiaria del proyecto ‘Compromiso Social por una Alimentación integral en Bogotá’, que busca contribuir con la reducción del riesgo de inseguridad alimentaria de la población identificada por la Secretaría Distrital de Integración Social, en los territorios de pobreza, vulnerabilidad y/o fragilidad social con apoyos alimentarios y procesos de inclusión social.

Aquí, una fotografía de Sixta Tulia en su casa, que está ubicada en el sector rural de la localidad de Usaquén:

Sixta Tulia en la sala de su casa
Sixta Tulia Bautista fue beneficiaria de la canasta rural del Distrito por las condiciones difíciles que debió soportar. Foto: Archivo personal

Doña Sixta compartía el mercado con sus vecinas

Esa ayuda mensual, se hizo más vital para ella y su familia cuando llegó la pandemia del COVID-19, pues le sirvió para sobrellevar de mejor manera esos tiempos difíciles de aislamiento y carencias obligadas y evidenció más su carácter solidario como lideresa que es. Tanto que incluso, parte del mercado que recibía se lo daba a otras familias del sector que no tenían ese beneficio. “Yo compartía con mis demás vecinas, porque me daba pesar. Realmente fue una experiencia espantosa”.

Consciente de esa necesidad y superadas sus penurias, doña Sixta, quien en tiempos de COVID también compartía la comida y las cosas que le daban en su trabajo, optó por solicitar que le quitaran ese apoyo alimentario con el propósito de favorecer a otras personas más necesitadas. “Me retiré porque me sentía mal yo ya pensionada, por eso tomé la decisión de dejarle a que le dieran el mercado a otra familia”.

Este gesto solidario fue exaltado por la subdirectora local de Integración Social en Usaquén, Paola Mesa, poniéndola como un ejemplo a seguir.  “Es motivo de alegría ver como la ciudadana Sixta Tulia mejoró su calidad de vida y la de su familia, cerrando un ciclo en su vida, donde la Secretaría Distrital de Integración Social la apoyó con la canasta rural y la acompañó para solventar épocas complicadas, que hoy felizmente han sido superadas”.

Sixta Tulia fue desplazada por la violencia en Arauca

Desplazada por la violencia y estando muy joven, doña Sixta, debió abandonar su natal Saravena, en el Arauca. A Bogotá llegó con una hija de 4 años y acompañada por su mamá y un hermano.

Buscando un ambiente parecido a donde vivía en el Llano, supo de la venta de unos lotes en un sector rural de Usaquén, en el kilómetro 5 de la vía al Guavio, donde se ubicó y se convirtió en una de las fundadoras del sector. Luego consiguió un trabajo como aseadora en el barrio Cedritos, oficio en el que estaría el resto de su vida laboral activa.

Acudió por ayuda luego de que su esposo se quedará sin trabajo

Todo marchaba a pedir de boca hasta que su esposo pasó a la fila de los desempleados, luego de una delicada cirugía. “Vivía una situación como difícil: mis hijos estudiando, mi esposo se quedó sin trabajo, porque fue operado a corazón abierto, realmente en ninguna otra parte le dieron trabajo”, recuerda.

En seguida, una foto de Sixta Tulia Bautista al lado de su esposo José Paulino Gómez.

Sixta y esposo
José Paulino Gómez, esposo de Sixta Tulia Bautista, fue operado del corazón y se quedó sin empleo. Foto: Secretaría Distrital de Integración Social

Por esas razones se vio obligada a acudir en busca de ayuda al Distrito. En la Subdirección de Integración Social de Usaquén encontró esa mano solidaria gracias a que fue beneficiada con el programa 'Canasta rural'.

“La ayuda fue muy buena porque sirve para salir adelante con la familia, Es un mercado completico. Muy fresco, sano”, cuenta y agrega: “El mercado viene completo: arroz, frijol, lenteja, aceite, avena, verdura… o sea, un mercado muy completo”.

Canastas rurales tienen entre un 35% y un 40% de aporte nutricional

Las canastas rurales tienen un aporte nutricional del 35 % - 40 % de los requerimientos de energía y nutrientes y se clasifican en A, B y C, según su tamaño: las de tipo A son específicas para familias de 2 a 3 personas, las de tipo B son para 4 a 6 personas y las de tipo C son para 7 a 9 personas.

En los últimos meses del 2021 y los primeros del 2022 la Dirección de Nutrición y Abastecimiento de la Secretaría Distrital de Integración Social, SDIS, entregó cerca de 23.000 de estas ayudas alimentarias.

Entrega de canastas
La canasta rural que entrega el Distrito tiene un alto aporte nutricional cercano al 40%. Foto: Secretaría Distrital de Integración Social

“Identificamos personas y familias en situación de vulnerabilidad, inseguridad alimentaria moderada y severa, para llegar con nuestros servicios a donde nos necesitan, como doña Sixta Tulia, acompañamos y hacemos seguimiento a los participantes y sus familias para que reciban los servicios de la modalidad de canastas alimentarias”, dice Mabel Barrera, referente del proyecto ‘Compromiso Social por una Alimentación integral en Bogotá’.

“Recibir el mercado le significaba a uno tranquilidad porque esa plata me servía para comprar zapatos y ropa a mis hijos”, agradece la beneficiaria de la canasta tipo A.

Además de la canasta rural recibía talleres de formación

Hoy, la mujer campesina de 57 años, convertida en lideresa de su comunidad, también aplica lo aprendido en los talleres que recibía cuando iba a reclamar la canasta, ya que esta modalidad no solo se enfoca en entregar alimentos, sino en prestar un servicio integral que permite socializar un estilo de vida saludable en la población atendida. “Darles las gracias a Integración Social, a la alcaldía local, que muchísimas gracias, que Dios los bendiga por ese apoyo que tuve”.

Por eso también invita a todas aquellas familias que consideren que ya no necesiten ese apoyo, lo cedan para que otras personas más vulnerables puedan disfrutar de él.

En seguida, una foto con una de las actividades que adelanta Sixta Tulia Bautista como lideresa de su comunidad.

Por ahora, doña Sixta se dedica a vivir su nueva vida como pensionada, impulsando diferentes proyectos, entre ello uno de reciclaje y motivando a las personas a seguir adelante, trabajando en sociedad, para hacer de su barrio un mejor lugar en el que, a pesar de estar alejado de la ciudad, según ella, “se vive muy sabroso”.